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'Valencia', de Padilla: un siglo del nacimiento de un mito

'Valencia', de Padilla: un siglo del nacimiento de un mito

Abril de 1925 Escrita como un coro de la zarzuela 'La bien amada', la partitura triunfó cuando Mercedes Serós la cantó en el Olympia de París

Domingo, 16 de febrero 2025, 00:01

Valencia, es la tierra de las flores de la luz y del amor». ¿Verdadero o falso? ¿Tópico o realidad? Hay tantas respuestas como observadores, pero lo bien cierto es que el mito se hizo carne y ya nos acompaña desde hace un siglo. El Ayuntamiento de Valencia ha propuesto celebrar la efeméride y evocaremos cómo nació esa música y cómo se hizo mundialmente famosa en cuestión de meses, gracias a los espectáculos de revista de París y a un invento que hacía furor hace también un siglo: la radio. Ni que decir que su autor, José Padilla, se hizo rico gracias a ella y sigue siendo uno de los músicos más queridos por los valencianos.

15 de octubre de 1924. En el teatro Tívoli de Barcelona se estrena una zarzuela, en dos actos y cinco cuadros, de costumbres y ambientación valencianas. La música es del maestro Padilla y la letra de José Andrés de Prada. Al levantarse el telón, en una playa sorollista, pescadores e hilanderas se lanzan requiebros. A los pocos minutos, el coro femenino aborda una melodía que todos reconocemos, nuestro entrañable 'Valencia', solo que con una letra que no es 'la nuestra':

Te quiero, / porque tienes en los ojos / la mirada traicionera.

Te quiero, / porque cuando miras dices: / ¡Ay mi amor, si me muriera!

Te quiero, / porque pones en los labios /miel y rosas al decir:

Te quiero, / y al oírlo me estremezco. / !Ay!, y me siento morir.

La gran cantante valenciana Cora Raga encabezó un reparto en el que figuraban Victoria Racionero y Enriqueta Serrano; y el público, también la crítica, recibió la nueva obra con mucho afecto. Sin embargo, no fue un éxito apoteósico. Resistió cuarenta representaciones, que para aquel momento era un éxito mediano. LAS PROVINCIAS, en una breve reseña, dijo que la música estaba «inspirada casi toda en los poemas del maestro Giner» y que «se oye con agrado». Por lo demás, «el libro peca de lánguido». El 17 de marzo de 1925, la obra se presentó en Madrid con parecidos resultados.

Mercedes Serós y la Mistinguett

Raquel Meller y Mercedes Serós eran cantantes de cuplé de éxito; y aragonesas las dos. Pero la primera se dice que odiaba a la segunda de una manera singular. Bastará decir que bautizó a su perro como Merceditas; y que no se cortaba a la hora de referirse a su colega como 'Mierdecita Serós'. Pero la Serós, catalogada por la crítica como 'Muñeca de porcelana', estaba haciendo buena carrera en París y quiso preparar su debut en el Olympia con material cantable de calidad. Así las cosas, a finales de 1924 pidió al maestro Padilla una canción, a ser posible de tema valenciano, pues le habían hecho llegar un bonito traje de valenciana que pensaba lucir ante los franceses en un número especial.

Es ahí donde Padilla, muy atareado en la preparación de nuevos productos de su factoría musical, decidió enviarle el cantable del coro de 'La bien amada' pero con otra letra, en este caso inspirada en la del cuadro final de la zarzuela, que era una pura exaltación de las bellezas, los jardines y los amores valencianos.

El 18 de abril de 1925, en Valencia, se inauguró la primera emisora de radio. Por la noche, en París, pura casualidad, tuvo lugar el debut de Mercedes Serós en el Olympia, según las pesquisas que hemos hecho en la bien dotada hemeroteca nacional francesa. La prestigiosa revista 'Comoedia', especializada en espectáculos, da reseña de la presencia de la Serós y, en ediciones posteriores, nos dirá que fue ella quien lanzó la canción 'Valencia', conocida, admirada y reclamada enseguida por Jeanne Burgeois, el verdadero nombre de la prodigiosa Mistinguett, la reina del Moulin Rouge.

El número de 'Comoedia' de 23 de noviembre de 1925 nos habla de una Mistinguett que se presentó deslumbrante «en fleur d'oranger de Valence, dans un robe qui répand sur la salle une pluie de lumiére...» La crítica -media página de la portada- encumbró a la artista y a Padilla en lo que sin duda fue el espectáculo de la temporada. Que se cerraba, una noche y otra, entre vivas y aplausos de admiración, con ese número final de 'Valencia', una tierra exquisita donde la brisa deshoja las flores de azar...

Valencia / Terre exquise / Où la brise /Effeuille les fleurs d'oranger

Valencia /Doux rivage / Où le nuage /Emporte nos rêves légers

Valencia / Fleur perverse / Qui nous verse / Tous les parfums tour à tour

Je t'aime / Car j'eus le bonheur suprême /Dans ton paradis d'amour...

Perfumes y brisas, paraísos de amor, dulce rivera... No falta de nada en el cuadro. En sucesivas ediciones, hasta 1929, la revista 'Comoedia' habló del éxito de Padilla y Mistinguett, sin dejar de citar la delicada interpretación que Mercedes Serós hizo en el Olympia. Pero el éxito que Padilla había alcanzado años atrás con 'Ça c'est Paris' se quedó pequeño al lado del que habría de conseguir 'Valencia' en muy poco tiempo.

Hay dos pruebas de la extraordinaria popularidad que 'Valencia' adquirió en cuestión de meses. Una es que en marzo de 1926 ya formaba parte de los repertorios de las orquestinas que actuaban en las principales emisoras de radio: Radio París la anunciaba en su programación. Por otro lado, el pasodoble estaba en el repertorio de los transformistas e imitadores de estrellas que eran prueba de popularidad: por ejemplo Derkas (Manuel Izquierdo Vivas), que a lo largo de 1926 triunfó con la canción, pero imitando a Merceditas Serós y no a la Mistinguett.

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