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San Antonio, levantado desde cero en pleno siglo XX

San Antonio, levantado desde cero en pleno siglo XX

La construcción de un pantano en Benagéber obligó a sus habitantes a abandonar sus casas y se creó un nuevo pueblo en otra ubicación

B. LLEDÓ

Sábado, 28 de marzo 2015, 00:17

La sequía marcó la vida de los ciudadanos de Benagéber. Este problema endémico de la Comunitat afectó especialmente a sus habitantes. No porque sus tierras sufrieran escasez de lluvias sino porque la solución a esta fue la construcción de un pantano que les obligó a abandonar sus casas. El 6 de abril de 1932 se detonaron los primeros barrenos con los que se iniciaban las obras de construcción del pantano, que se inauguró dos décadas más tarde. Era el fin de un pueblo sumergido entre las aguas. Y el inicio de otro levantado desde cero en pleno siglo XX.

Los vecinos con cierto respaldo económico se instalaron en los pueblos de los alrededores, como Chelva, Sinarcas y Utiel. Otros incluso optaron por probar suerte en el extranjero. Eran los difíciles tiempos de la posguerra. Los demás habitantes desarraigados, alrededor de 70 familias, quedaron a expensas de las decisiones de las autoridades competentes. El ministerio de Agricultura compró las fincas Masía de San Antonio y Pla del Pou, donde se construyeron 75 viviendas con sus tierras para los primeros vecinos. Esas dos fincas, enclavadas entre los términos municipales de Paterna, la Pobla de Vallbona y Bétera, fueron el origen de un pueblo que se llamó San Antonio de Benagéber. Allí se instalaron sus primeros habitantes. Sin agua, luz ni alcantarillado.

Los primeros años de este pueblo surgido de la nada fueron duros. Sus vecinos tuvieron que superar numerosos obstáculos. Empezando por el traslado. Los habitantes desterrados hacían el recorrido de Benagéber a Tuéjar con dos caballerías. Allí acudía un camión para cargar los escasos enseres que poseían.

Una vez en San Antonio de Benagéber aguardaban tiempos difíciles. La rentabilidad de las tierras recién cultivadas era baja, las averías en los pozos de riego eran continuas y las viviendas tardaron varios años en terminarse. Finalmente, el 27 de mayo de 1952 se hizo entrega de llaves de las nuevas viviendas a los colonos de San Antonio de Benagéber. De aquella primera generación ya no queda nadie.

Se trataba de casas grandes, ubicadas en plantas bajas y con tres habitaciones. Además, disponían de terreno suficiente para albergar animales. En aquel momento se vivía principalmente del campo y de la venta de terneros y otros animales que se criaban.

Durante ese arranque, los vecinos sólo contaban con cuatro fuentes. Por eso una de las primeras medidas fue la canalización para las casas y los desagües. No en vano, su pequeña depuradora fue una de las primeras en entrar en funcionamiento a principios de la década de 1960. Pese a las penurias, los vecinos empezaban a respirar tranquilos tras años complicados. Además, agradecían el clima templado de su nuevo hogar.

En esos primeros años, todavía están a medio construir el ayuntamiento, la iglesia y el cementerio. Poco a poco, se abre una carnicería, un horno, una tienda y un bar. Hasta entonces los primeros pobladores de San Antonio de Benagéber acuden a los hornos de L'Eliana y la Pobla de Vallbona a amasar una vez por semana. También iban a estas poblaciones cercanas a comprar. En la actualidad, la reciente concejalía de Comercio creada esta legislatura promociona el pequeño comercio local, el mercado municipal y el de venta no sedentaria.

En 1957 se constituye San Antonio de Benagéver como Entidad Local Menor dependiente del municipio de Paterna. En el documento se cambiaba la 'b' por la 'v'. Su segregación, 40 años más tarde, es un hecho clave para la historia de este municipio nacido a la sombra de un pantano.

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