

Secciones
Servicios
Destacamos
E. PALOMARES
Sábado, 28 de marzo 2015, 00:17
El más importante patrimonio inmaterial que Benigànim ofrece al mundo es la única y particular fiesta de la Beata Inés, que se celebra cada año el 21 de enero. La solemnidad está precedida por un solemne novenario que culmina el día 20 de enero, noche en la que además se prende fuego a una monumental hoguera como preludio.
La historia de esta fiesta empieza en 1888 con el decreto de beatificación del Papa León XIII, que autorizó los cultos en su honor. En los años cuarenta del siglo XX se inició el acto de la procesión. En la siguiente década tomó la fuerza actual, siendo el 21 de enero de 1955 cuando entraba en Benigànim la actual imagen procesional de la Beata, obra de Carmelo Vicent. Otro hito de estas fiestas fue la celebración del primer centenario de la beatificación en febrero de 1988.
La Villa Real de Benigànim es uno de los municipios valencianos con una historia intensa y muy reseñable, aparte de ser la patria de la primera mujer valenciana elevada a los altares, la Beata Inés. Benigànim es un centro de importantes edificios monumentales que testimonian su importancia histórica. No en vano escribió el botánico Cavanilles que era una de las «hermosas poblaciones del reino». Aunque hay multitud de recursos turísticos, tanto en el término municipal como en el núcleo urbano, algunos de los principales son la Iglesia del Cristo de la Sangre, la Plaza Mayor, la Iglesia Parroquial de San Miguel, la Casa de Bartolomé Tudela, el Taronger de la Beata Inés, Iglesia y convento de la Purísima y la Beata Inés, Iglesia de l'Ortisa, Calvario, Iglesia y Convento de San Francisco, así como las Ermitas Ermita de Gracia y de San Antonio.
La Iglesia del Cristo de la Sangre está edificada sobre los cimientos de una mezquita. Es la más antigua de la comarca, ya que data del siglo XIV. De esta época data su nave de arcos del gótico reconquista aunque el principal reclamo para quienes visitan esta iglesia es el crucero del siglo XVIII decorado con frescos en torno a la temática de la pasión. Su emplazamiento es el barrio medieval de origen árabe donde se pueden ver fachadas interesantes, el asilo de las hijas de la caridad y las capillas de la Virgen de los Desamparados y la de la Beata Inés en su lugar de nacimiento.
La Plaza Mayor es el centro del Benigànim renacentista, un callejero jalonado de casonas señoriales que constituyen la enseña de la villa y transmite al visitante parte de la esencia del tiempo en que se erigió como una Villa Real del imperio de los Austria. Ahí se encuentra el ayuntamiento, la fuente mayor y algunas interesantes fachadas de diversos siglos. Igualmente cerca de la plaza se puede observar los principales retablos cerámicos y un ejemplo de antiguo lavadero público.
La Iglesia parroquial de San Miguel es un imponente edificio del último renacimiento español con reminiscencias herrerianas. Destaca su torre octogonal de la que dijo el geógrafo Madoz que era el mejor campanario valenciano a excepción del Micalet de Valencia.
El naranjo plantado al revés
Otro de los edificios destacados en Benigànim es la residencia del baile Bartolomé Tudela, hoy Casa de la Cultura. Destaca por su arquitectura tradicional pero especialmente por haber vivido allí la Beata Inés en su juventud, conservando la casa vestigios del paso de la santa.
El naranjo de la Beata Inés hoy está catalogado como uno de los árboles monumentales de la Comunitat. Dice la tradición que fue plantado del revés por la Beata en su juventud pero creció con toda normalidad.
Por otra parte, el monasterio de Agustinas Descalzas fue fundado en 1611. La actual iglesia fue levantada entre 1804 y 1810, en plena guerra de la independencia. Es de estilo neoclásico destaca la capilla de ricos mármoles con el sepulcro de la Beata Josefa de santa Inés y su adyacente museo.
Destaca también la Iglesia de L'Ortisa, un hermoso monumento del arte neogótico, bendecida en 1912 como capilla del asilo de ancianos desamparados. Destacan la decoración con vidrieras, mosaicos y la cripta sepulcral con los sarcófagos de la familia fundadora. El Calvario es un camino ascendente con las estaciones del Vía Crucis dispuestas entre cipreses. Lo más notorio son las vistas y la Capilla de la Verónica patrocinada por el marquesado del Ràfol de Almunia.
Gastronomía y tradición arropera
El convento de franciscanos alcantarinos, fundado en 1575, mantiene en su imagen actual el rigor de esta orden y la sencillez franciscana, a pesar de que diversas reformas han dotado al edificio de su monumentalidad actual. Su iglesia es resultado de una reforma del s. XVIII que la constituyó en sus dos naves y la dotó de sus frescos de la pasión. En el huerto del convento aún se conservan la ermita, el sistema de riego y el pozo de nieve.
Y las ermitas de Gracia y de San Antonio, ambas en el entorno del convento, son de reducido tamaño y aglutinan tanto el espacio de culto como otras dependencias. La de Gracia, también apodada como «l'ermita redona», es del XVI y la de San Antonio debe su aspecto actual a una reforma del XIX.
La gastronomía típica de Benigànim es la misma que la de los pueblos valencianos pero con particularidades en el 'arrop i tallaetes', confitura de origen árabe. Ya Cavanilles reconoce la tradición arropera de la villa muy reconocida en la Valencia del siglo XVIII y representada en la figura del arropero ambulante que vendía por pueblos y ciudades este curioso dulce. Igualmente el chocolate goza de una tradición centenaria. Entre las tradiciones más destacadas de Benigànim se encuentran las fiestas de moros y cristianos, la fiesta del 'xop', las danzas populares. Las danzas populares tienen suma importancia en la Jota de Benigànim y la celebración de la Semana Santa.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.