ANTIGUO FERROCARRIL Un tren circula por Gandia a principios de los años 60. :: lp

Del cénit de la naranja en los años 20 al auge del turismo

1881 es un año crucial para Gandia con la demolición de las murallas, la llegada del ferrocarril a vapor, la primera publicación periódica local y la Exposición Regional

BEATRIZ LLEDÓ

Sábado, 28 de marzo 2015, 00:17

La Exposición Regional. La plantà de las primeras fallas. La inauguración del puerto. La Chicharra. Una virulenta epidemia de cólera. La emigración en 1910 por la filoxera, éxodo que en pleno siglo XXI se repite por la crisis. Las primeras elecciones democráticas de 1979. La inmigración. Sin todo ello la Safor no sería tal y como hoy la conocemos.

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La segunda mitad del siglo XIX viene marcada por un momento muy concreto. 1881 es el año clave para la Safor, cuando confluyen cuatro hechos históricos que suponen un estallido de modernidad. «Es un año mágico», opina el investigador Jesús Eduardo Alonso. En 1881 se produce el desmantelamiento de las murallas de Gandia, la llegada del ferrocarril a vapor, aparece la primera publicación periódico local, 'El Litoral', y se celebra la Exposición Regional durante la Feria y Fiestas de la localidad. «Todo ello gracias a una burguesía progresista muy activa en el contexto de una sociedad mesocrática», matiza Alonso, que ejerce como director del Arxiu Històric de Gandia.

En 1881, el entonces alcalde, Josep Rausell, ordena derribar las murallas, que durante siglos definieron la ciudad y la protegieron de los peligros externos. El municipio comienza entonces a crecer hacia el sur. El 14 de octubre de ese mismo año, Gandia ve circular por primera vez un ferrocarril a vapor procedente de Gran Bretaña después de que un año antes el marqués de Campo adquiriera los derechos de la desaparecida compañía del tranvía a Carcaixent. A ello se une el nacimiento del semanario 'El Litoral' y la organización de una feria-exposición regional. Por ello Alonso no duda en calificar 1881 como un año «milagroso».

Toda esta efervescencia va unida a cambios en la agricultura, que también resultarán cruciales para los habitantes de la Safor, y que comienzan a forjar el trinomio arroz-pasa-naranja. Las buenas relaciones con Gran Bretaña y Estados Unidos son esenciales para la incorporación definitiva de la producción citrícola en la comarca. Y, precisamente, el comercio de productos agrarios será determinante en la construcción del puerto de Gandia en 1893, otro hecho decisivo y con el que la ciudad lograría vehicular también la producción de la Vall d'Albaida, la Costera y la Ribera.

La construcción de las instalaciones portuarias impulsan el desarrollo del Grao. «El derribo de parte de la antigua torre de vigilancia en 1888 sería un símbolo del final de una época y el comienzo de otra marcada por el puerto, la actividad generada a su alrededor y la presencia de bañistas desde San Jaime hasta mediados de agosto», explica Alonso. El 24 de enero de 1893 se inaugura la línea de ferrocarril Gandia-Alcoi. El propio fundador y director de LAS PROVINCIAS, Teodoro Llorente, relata la puesta en marcha de una línea conocida como 'La Chicharra'. En este tren, formado por un coche-salón, dos breacks, tres coches de primera, dos tocadores, un coche de segunda y un furgón, tomaron asiento».

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En Oliva, la introducción del cultivo de la naranja aporta largas décadas de prosperidad y este cítrico se extiende prácticamente como monocultivo. El cultivo de arroz también es significativo a finales del siglo XIX. En 1875, en Tavernes se destinan 11.000 hanegadas a este cereal, lo que supone casi el doble que en XVIII. En Xeraco, pasa de 95 hanegadas en 1753 a 2.490 en 1875, tal y como recoge la 'Memoria de la agricultura valenciana', redactada a finales del XIX por Manuel Sanz Bremón.

El siglo XX arranca, en relación con el ferrocarril, con movilizaciones reclamando la vía ancha de Carcaixent-Dénia.

En septiembre de 1911, la crisis de Marruecos y la Semana Trágica de Barcelona derivan en momentos conflictivos de la mano del recién surgido movimiento societario. Durante una manifestación de medio millar de personas en Gandia, se queman casetas y se rompen vías de tren. También en la vecina comarca de la Ribera se prende fuego al Ayuntamiento de Carcaixent, con su archivo incluido, se asaltan comercios en Alzira y los revoltosos se concentran en Cullera, donde se había implantado el anarquismo.

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En esta década, Gandia se posiciona como segundo puerto exportador de naranja, sólo por detrás de Valencia. También en 1910 llega la plaga de la filoxera en las viñas, que obliga a la emigración a Argelia y América. En Oliva, a la producción de la naranja se añade, a principios de este siglo, una pujante industria alfarera, con los populares 'rajolars'.

Epidemia de gripe

Entre la Gran Guerra y la dictadura de Primo de Rivera, se aceleran las crisis. Entre 1914 y 1918 emigran desde Gandia casi 400 personas hacia Barcelona y América. Muchos vecinos de Villalonga, la Valldinga y la Marina se marchan a las costas de Argelia. En 1919, en sólo un mes (octubre fue el más mortal) una epidemia de gripe se cobra 300 víctimas en la comarca.

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De 1924 a 1930 el comercio de la naranja vive su época dorada. Se introducen nuevas variedades como la 'Valencia late' y la 'navel', así como las mandarinas. Los arrozales sufren la competencia interior y menores posibilidades de exportación y ceden terreno a los cítricos.

Con la II República se vive un clima de inestabilidad política pese a que, Gandia, durante siglos se ha caracterizado por un consenso importante. «Socialistas y anarquistas eran moderados y en los años 30 se vive una relativa paz social. En 1936 sí hay una radicalización importante, sobre todo, en Sueca y Tavernes. Gandia normalmente se ha distinguido por ser flexible y adaptativa», reflexiona el historiador valenciano. Con todo, 1932 es un año especialmente problemático en la Safor. En Xeresa, una manifestación donde interviene la Guardia Civil termina con cuatro muertos y varios heridos.

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El 2 de agosto de 1936 queman la Colegiata. El 27 de septiembre arde el archivo municipal de Simat de la Valldigna. También acaban con los archivos de Oliva y Barx, entre otros. El 26 de febrero de 1937 caen en Gandia las primeras bombas desde el aire causando 16 muertos y 30 heridos. Finalmente, en marzo de 1939 las tropas nacionales entran en la ciudad.

En 1953 se anima la actividad exportadora de la naranja y dos años después se funda la Naviera Gandiense, «con la que la burguesía local iba tomando el control de la actividad exportadora», cuenta Alonso.

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El binomio naranja-turismo empieza a definir la economía comarcal. En 1951 comienza la urbanización de la playa norte de Gandia y seis años después se promueve la construcción del hotel Bayrén.

La construcción del edificio de la Caja de Ahorros de Valencia en el paseo de las Germanías de Gandia en 1959 supone el inicio de las construcciones verticales. Con la llegada de la inmigración en la década de los 60 se crean nuevos barrios y la ciudad crecía rápidamente. En el año 1963 se aprueba la urbanización del paseo marítimo Neptuno. El puerto y la playa van ganando más protagonismo y con ello el turismo se va consolidando.

Esta década también supone para Oliva un impulso de la actividad industrial y de los servicios, especialmente en el sector turístico, cuyo proyecto más visible hoy es Oliva Nova.

El turismo también ha sido clave en otras localidades de la comarca como Xeraco. Desde mediados del siglo XX, se ha desarrollado y revalorización su franja litoral y se ha convertido en polo de atracción de turismo de calidad en la provincia de Valencia. Así, la dinámica positiva tanto económica como demográfica con la que inicia la centuria debido a la agricultura intensiva y comercial tiene su continuidad con el sector terciario.

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En la zona de la Valldinga la década de los 60 también es sinónimo de desarrollo económico. Se construye la playa y la demanda turística impulsa al desarrollo del comercio, la construcción, la banca y las pequeñas y medianas empresas. Entre 1969 y 1974 desaparecen las líneas férreas de Alcoi al puerto de Gandia y Carcaixent-Dénia. Desde entonces se han repetido los intentos por recuperar este ferrocarril.

A principios de los 70, «el aperturismo de la economía y su internacionalización continúan provocando cambios en el ámbito agrícola como el abandono de arrozales de la Valldinga por su baja rentabilidad», recuerda Alonso.

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Mientras, la mejora de las comunicaciones favorece la actividad económica y política. En 1972 llega la línea ferroviaria ancha desde Valencia hasta la estación de mercancías y en 1975 concluye la construcción del ramal de la N-332 que permite a los turistas llegar a la playa norte sin pasar por el centro urbano de Gandia. La industria, en sectores como la transformación de metales, alimentación y madera, van ganando terreno.

En 1975 tiene lugar la fundación de la Mancomunitat de Municipis de la Safor y cuatro años después se producen las primeras elecciones democráticas tras el periodo franquista.

La Safor es una comarca que ha sufrido desastres naturales. Noviembre de 1987 será recordado por las inundaciones que dejaron 800 litros por metro cuadrado en un solo día en Gandia. En las últimas décadas, el sector turístico ha mantenido un crecimiento constante pese a su dependencia del sector inmobiliario. Por otro lado, la inmigración ha sido uno de los fenómenos que más ha marcado a la comarca y al resto de la Comunitat Valenciana. Hoy Gandia es uno de los principales polos de atracción del turismo de playa.

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