El equilibrio perfecto entre tradición y modernidad de la ciudad de Torrent

Atrás quedan los 'aiguaders' que vendían la apreciada agua de Torrent. Y los 'granerers' que fabricaban escobas. El tiempo también ha borrado el uso de la 'terreta d'escurar', una tierra amarilla que servía para limpiar cuando aún no había detergentes. La vida de los torrentinos del siglo XIX apenas se parece a la del actual mundo globalizado. Sin embargo, el municipio, uno de los más influyentes y el segundo más poblado de la provincia de Valencia, ha sabido combinar a la perfección modernidad y tradición.

Torrent siempre ha sido una localidad de peso. Ello explica que fuera uno de los primeros lugares de la comarca a los que llega el agua potable y la luz eléctrica. Así, en 1892 el Gobierno Civil aprueba el proyecto de Aguas Potables desde la fuente de San Luis y un año más tarde se encienden las primeras luces eléctricas en la iglesia parroquial a la entrada de la procesión del Corpus. En el periodo entre 1890 y 1910, el municipio experimenta una gran transformación.

Además, su cercanía a la capital le permite que los avances de Valencia lleguen rápidamente hasta Torrent. El 11 de noviembre de 1893 se inaugura la línea del ferrocarril entre ambas ciudades. En 1894, la localidad queda unida con Picassent por tren y el 25 de abril de 1895 entra en funcionamiento la línea de tranvías con Valencia, movidos por caballerías.

En este siglo los habitantes de Torrent viven, principalmente, del campo. Se autoabastecen y vende los excedentes. Olivos, algarrobos, cereales como el trigo y vides. El vino de Torrent es muy apreciado.

Otros torrentinos se dedican al comercio. Incluso recorren varias ciudades españolas vendiendo helados y otros hacen lo propio con el vino y, a cambio, se traen trigo.

En cuanto a la industria, en la segunda mitad del XIX y principios del XX destaca el chocolate (la emblemática chocolatera de Gerardo Rius) y los talleres de calzado. También existen, tanto en Torrent como en Aldaya, fábricas de aguardiente, que se exporta a Europa.

Otro de los fenómenos que caracterizan el Torrent decimonónico es la población flotante que acoge, sobre todo, por el Vedat. Tanto en el siglo XIX como en el XX es frecuente la llegada de personajes ilustres (políticos, clases dirigentes...) a comer una paella a restaurantes tan tradicionales como La Torreta. Desde la Edad Media siempre ha tenido una tradición turística por la cercanía con Valencia, las buenas comunicaciones y la calidad de sus aguas. El municipio se convierte en un atractivo lugar para la burguesía valenciana que establece allí su segunda residencia.

Un valenciano puro

En esa época destaca el valenciano puro que se habla entre los torrentinos. No en vano, Jaume Roig destacó en sus versos del 'El Espill' la pureza de la lengua tanto en Torrent como en Paterna. El siglo XX esconde cambios políticos, económicos y sociales. Revueltas, guerras, crisis, industrialización y prosperidad. Torrent se sube al tren de la modernidad pero con parada en sus raíces. Un ejemplo de ello es la resistencia de los torrentinos a abandonar su ropa tradicional. Hasta la década de 1920 muchos de ellos se desplazan a Valencia con sus trajes de saragüell. Las mujeres no dejan de ponerse sus trajes largos.

Los avances continúan a lo largo de toda la centuria. En la década de 1910 se inaugura la fuente del Raval, nace el casino Nuevo Centro Artístico Musical en la calle del Convento y se contratan con la compañía Lebón 300 bombillas para el alumbrado público eléctrico.

El Estado aprueba la construcción de la carretera Torrent-Albal. Terminan las obras de reforma de la fachada del ayuntamiento en la plaza Mayor. La diputación provincial inaugura un hospital Psiquiátrico en el Vedat. Se construye un nuevo «porxi» en la Torre para albergar las oficinas del Juzgado de Partido Judicial y se levanta el nuevo Mercado. El ayuntamiento solicita la apertura de una Oficina de Telégrafos y Teléfono Público. También en 1900 se tiene constancia escrita de la primera falla del municipio.

En 1929 se inician las obras para la apertura de la gran avenida al Vedat, una de las actuaciones urbanísticas más importantes que han tenido lugar en Torrent. La obra supone una visión de futuro y su objetivo es unir el centro de la localidad con el Vedat. En 1935 el ayuntamiento vende terrenos aquí para la construcción de chalets. Hasta los años 80 esta zona es una estación veraniega y a partir de entonces se convierte en un núcleo de residencia.

Una vez superada la Guerra Civil y la posguerra, vuelven las décadas de prosperidad. Entre las fechas relevantes destacan la creación de la Caja General de Ahorros y Monte de Piedad en 1944, la biblioteca municipal en 1950, la concesión del título de ciudad en 1961, la apertura del mercado Central en 1969, la fundación del Instituto Prodesarrollo en 1972 y un año después la fundación de la Banda Sinfónica Unió Musical de Torrent.

Poco a poco la ciudad continúa mejorando sus equipamientos. En 1950 se crea la biblioteca pública municipal y en 1961 obtiene el título de ciudad.

Área metropolitana

Su principal desarrollo se produce a partir de los 60 como receptor de un flujo importante de inmigración vinculada al crecimiento del área metropolitana de Valencia. Se abre al público el Mercado Central y se funda el Instituto Pro Desarrollo. En 1982, se constituye la Mancomunitat de l'Horta Sud y se inaugura el parque comarcal de bomberos.

En 2007 se inaugura el edificio Metro y su biblioteca municipal. Se consigue así que el metro penetre hasta el casco urbano.

En las últimas décadas del siglo XX las infraestructuras, como la autovía de Valencia, y el transporte, como el metro, han aproximado aún más si cabe Torrent a la capital hasta el punto de conectarse con el centro de Valencia en apenas 15 minutos.

En los últimos años, ha sido declarado municipio de gran población así como turístico. Todo ello sin abandonar sus raíces con la celebración de las Fallas desde hace más de un siglo y fiestas como la 'Entrà de la Flor'. Pasado, presente y futuro se siguen dando la mano en Torrent.