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Paco Huguet
Sábado, 28 de marzo 2015, 00:17
La historia de la Pobla de Vallbona, a través de la casa Bernal, y la de los primeros años de LAS PROVINCIAS están directamente relacionadas a través de Teodoro Llorente Olivares.
El poeta y fundador del periódico era suegro de José María Bernal Peris, propietario de esta vivienda considerada bien de relevancia local y que ya ha sido rehabilitada en parte por el Ayuntamiento de la Pobla de Vallbona. El dueño de la casa se casó con María Llorente Falcó, que era hija del primer director del diario decano y hermana del segundo. Por este motivo, Teodoro Llorente Olivares visitó «con frecuencia» la casa, en una de las épocas de su mayor esplendor. Aprovechaba sus estancias «para trabajar en sus proyectos literarios», tal y como está documentado mediante fotografías.
150 AÑOS | COMARCAS
A mediados del siglo XIX, José María Bernal impulsó la reforma de la fachada, de manera que no se apreciara la diferencia de altura entre las dos casas originales. El Ayuntamiento de la Pobla se encuentra actualmente recopilando toda la información audiovisual disponible y prepara un documental para la recuperación de la memoria de la casa.
Ricardo Gutiérrez Bernal, biznieto de Llorente Olivares, ha participado en este documental. Además, relata para LAS PROVINCIAS cómo «el poeta pasaba mucho tiempo escribiendo en un huertecito de árboles frutales que tenía un cenador. Era un jardín en la calle Colón (hoy avenida), casi enfrente de la actual Casa de la Cultura».
Años más tarde, el fallecimiento de dos de las tres hijas que tuvieron José M.ª Bernal y María Llorente, con 5 y 20 años, hizo que la familia dejara de acudir con tanta asiduidad a la casa, que quedó medio cerrada. Ricardo Gutiérrez recuerda que la joven (su tía) estaba a punto de casarse con un diplomático. La tragedia llevó a sus abuelos a pasar casi todo su tiempo en Valencia.
En sus orígenes fue villa romana y más tarde alquería árabe. Tras pasar a ser masía cristiana y casa señorial, el caserón de la Pobla pasó así por una mala época en ese periodo de principios del siglo XX. Pero finalmente la única heredera, Filomena Bernal Llorente, volvió a dar esplendor a la casa tras la Guerra Civil española. Filomena Bernal, según destacan desde el Ayuntamiento, estuvo muy vinculada a la Pobla y «a la iglesia de la Santísima Trinidad y San José; suya es la donación de la imagen de la Virgen del Rosario y de los bancos de piedra que sirvieron como escalones en la entrada de la iglesia».
El hijo de Filomena Bernal Llorente, Ricardo Gutiérrez ha sido el último propietario de parte de la casa antes de pasar a titularidad municipal. El Ayuntamiento vallbonense adquirió en 2003 la mitad del edificio, restaurado recientemente, y el año pasado compró la otra mitad a los sobrinos de Ricardo.
Dentro del proceso para devolver esplendor a la casa, de 460 metros cuadrados, un equipo de rodaje ha entrevistado a los hijos de la familia de 'estatgers', el joven matrimonio que formaban Jaime Picher y Carmen March y que en su día fueron contratados por Filomena Bernal para el cuidado de sus propiedades.
Según informan fuentes municipales, Carmen, una de las hijas de los 'estatgers', explica que su madre «limpiaba y llevaba el mantenimiento de la casa», mientras que su padre «se encargaba de todo lo concerniente a las tierras que tenían. A cambio vivíamos en la casa toda la familia». Para Carmen y sus hermanos la relación con los dueños de la casa «siempre ha sido excepcional, desde el principio hasta la actualidad».
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