L'Horta Sud, comarca industrial que se volcó en la construcción

Poco queda de la actividad económica que dio el nombre a la comarca de l'Horta. Por su cercanía a Valencia fue víctima del desarrollismo industrial de la década de los sesenta y setenta, y apenas existen agricultores que vivan de la tierra en l'Horta Sud, donde además los cítricos han ocupado prácticamente toda la zona que antiguamente se había dedicado a la tradicional huerta, en una época en la que la naranja era mucho más rentable que en la actualidad. Tampoco queda mucho de la industria artesana que existió en la zona, y que ha imprimido un carácter diferenciador a cada municipio; el mueble en Alfafar, Sedaví y Benetússer, la cerámica en Manises, el chocolate en Torrent, los abanicos en Aldaia, el papel en Mislata. Sólo por poner algunos ejemplos.

En l'Horta Sud existen actualmente 63 polígonos industriales que ocupan 20 millones de metros cuadrados, según los últimos datos del Sepiva. Por ejemplo, en Beniparrell, un municipio de dos mil habitantes, existen nueve polígonos industriales. En Aldaia se cuentan otras nueve zonas que ocupan casi cuatro millones de metros cuadrados. Estas cifras dan una idea de la actividad industrial que ha movido en las últimas décadas la economía de la comarca, conformada por 20 municipios que se extienden desde Picassent y Silla por el sur hasta Manises y Mislata por el norte.

La industrialización de estos municipios llevó a un gran crecimiento demográfico en la segunda mitad del siglo XX, que ha llegado casi hasta los 455.000 habitantes, según el censo de 2014. La inmigración nacional en los años 60 y 70 hizo crecer a toda prisa unas poblaciones que a finales del siglo XX vivieron otro boom poblacional, esta vez de inmigración extranjera, coincidiendo con la burbuja inmobiliaria que pinchó en 2008. Si poco queda ya de la huerta, menos todavía de la industria artesana. Por ejemplo, hace tiempo que cerró la última fábrica de chocolate en Torrent, y su sector industrial ha mantenido a duras penas su fortaleza, centrada casi exclusivamente en la pequeña y mediana empresa. En los primeros años del siglo XXI la atención, como en el resto de la comarca, se centró en la construcción y también en el sector terciario, con la promoción de áreas comerciales como la del Toll-l'Alberca.

Según los últimos datos publicados por el anuario económico de la Caixa, que datan de 2012, Torrent tenía 874 empresas vinculadas a la industria y la construcción, que apenas habían disminuido desde el inicio de la crisis. En cuanto a las actividades comerciales mayoristas, 164 en 2012, habían descendido casi un 20% desde 2007. Pero el sector más castigado por la recesión, como en la mayoría de municipios de la comarca, ha sido el comercio minorista, donde se habían perdido una cuarta parte de los negocios. En 2012 había un millar.

Según datos de la Cámara de Comercio de Valencia, el 16% de las empresas de la comarca están ubicadas en Torrent, que mantiene una hegemonía de capital de comarca. Tras esta ciudad, no hay ningún municipio que llegue al 10% del número de industrias de la comarca. Tanto Aldaia, Alaquàs como Mislata se quedan en un 8%, según estas mismas cifras. Hay municipios, como por ejemplo Manises, donde su tradición cerámica ha quedado en una actividad artesana que aguanta a duras penas la competencia de los productos provenientes de China y precisamente ha sido arrollada por los almacenes mayoristas regentados por asiáticos, trasladados desde el centro de Valencia hace años buscando mayor superficie. Mientras, Quart de Poblet ha mantenido algunas grandes firmas, aunque muchos empresarios han buscado mejores precios en polígonos industriales algo más alejados de Valencia, en Camp de Túria o la Hoya de Buñol, que han proliferado durante el boom inmobiliario.

Comercio minorista

Precisamente, esa explosión urbanística es la que ha dejado polígonos industriales por ocupar. En casi todos los municipios el pinchazo de 2008 dejó a medias la urbanización de zonas destinadas a la actividad fabril o terciaria; las zonas comerciales también han quedado a medias. Albal, Silla o Xirivella también han visto paralizados en medio de la crisis proyectos de desarrollo industrial o comercial.

En la comarca, así como en el resto de la Comunitat Valenciana, los comercios minoristas han sido los más afectados por la crisis económica. Según el anuario de la Caixa, hay municipios como Picassent o Silla, que entre 2007 y 2012 había perdido prácticamente la mitad de sus comercios. Otros, como Alfafar, Benetússer o Alaquàs, se han visto menos afectados.

Y el desempleo se ha dejado sentir con fuerza, con tasas por encima de la media de la Comunitat Valenciana, que se sitúa en un 23,4%. En Torrent, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa, un 37,7% de los ciudadanos en edad de trabajar no podían encontrar un empleo. Comparando el resto de municipios de l'Horta Sud, hay localidades donde el paro ha aumentado de una manera preocupante. Por ejemplo, en Alaquàs, la tasa de desempleo supera el 35%, mientras que en Mislata o Benetússer alcanza el 40%.

Por el contrario, localidades como Silla han podido mantener a raya su nivel de desempleo, con un 16%, por debajo incluso de la media de la provincia de Valencia, situada en un 22%. Y un caso aparte es el de Beniparrell, un pequeño municipio que cuenta en su término municipal con una actividad industrial importantísima y donde la tasa de desempleo es del 5% entre sus cerca de 2.000 habitantes, reduciendo incluso el paro respecto a 2012, cuando la población todavía mantenía un 18,4% de habitantes sin trabajo.

Sin embargo, una comarca tan dinámica como la de l'Horta Sud tiene visos de ser también el motor económico en la recuperación que parece que se empieza a vislumbrar. Los primeros datos comienzan a dar muestras de ello, y el paro se va reduciendo en algunos municipios en los primeros meses del año 2015. Apostar de nuevo por la industria o la tecnología es una de las estrategias que va dando sus frutos.