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Banda de niños de Albal, en una imagen del libro 'Albal, abans i ara', de Andrés Alcolea y Miguel Oller.:: LP
Muebles, naranjas y licores para el Albal del siglo XX

Muebles, naranjas y licores para el Albal del siglo XX

El pueblo se sobrepuso a los problemas de finales del XIX con un cambio de modelo económico, con la llegada de nuevas empresas y con el cambio del secano a la naranja

E. PALOMARES

Sábado, 28 de marzo 2015, 00:17

El siglo XIX terminó para el municipio de Albal con inundaciones, enfermedades y heladas. Pero también con un cambio en la base económica de la localidad y con un Ayuntamiento propio e independiente del de Beniparrell. La localidad valenciana cerró siglo dejando de lado el cultivo de secano para empezar a cultivar naranjos y comenzar a recibir la implantación de empresas fabriles de mueble, horchata y licores.

Los años previos a toda esta transformación Albal y Beniparrell compartían ayuntamiento y Salvador Llopis Vila era el alcalde de ambos. Fue alcalde entre 1877 y 1886, y después entre 1891 y 1893, y nuevamente 1895. En aquella época Albal y Beniparrell contaban con 1.888 habitantes procedentes de cerca de 490 familias.

Pero pocos ciudadanos podían votar al estar instaurado el sufragio censitario. Sólo 66 hombres tenían derecho a voto en Albal, como se apunta en el libro 'Albal 1881', de J. E. Hernández Sanchis. Los requisitos para estar en la lista del censo electoral y tener derecho a voto en 1879 eran muy excluyentes. Además de ser residente español, varón y mayor de 25 años, tenían que ser contribuyentes con una cuota mínima de 25 pesetas por contribución territorial ó 50 por subsidio industrial, o tener estudios.

Los mayores contribuyentes, atendiendo a la contribución territorial, excluyendo a los grandes terratenientes como el barón de Llaurí, el Marqués de Dos Aguas o el Marqués de Mirasol entre otros, eran pocos. Sólo seis nombres figuraban entre los mayores contribuyentes. Entre ellos destacaba Salvador Vila Llopis, con 486 pesetas de contribución, Salvador Muñoz Ferrandis, con 421 pesetas, o el que menos de los seis, Gerónimo Hervás Alonso, con 116 pesetas. Además de los 66 ciudadanos que tenían derecho a voto en Albal también estaban el sacerdote, Francisco Orero Bayo, el cirujano, Melchor Delhom Carbonell o el maestro Manuel Gordó Aliaga, como se apunta en el libro 'Albal, avanç i ara', de Andrés Alcolea y Miguel Oller .

Hasta 1884 la población y la economía del municipio se mantuvo más o menos estable. Pero a partir de finales de 1884 y 1885, año en el que muere el rey Alfonso XII por tuberculosis, Albal empezó a sufrir penurias derivadas de las inundaciones que asolaron las comarcas enteras, una nevada, la plaga de la langosta y el cólera, que se ensañó en Valencia más que en otra parte de España.

Los fuertes temporales de agua con inundaciones lanzaron a perder la mayor parte de los cultivos de Albal, como apuntan en el libro 'Albal, avanç i ara'. Muchos ayuntamientos solicitaron ayuda y se les condonaron las contribuciones. El cólera morbo, además, se llevó 47 vidas en Albal en un mes, entre junio y julio, de un total de 2.200 personas, afectando a 529 familias. Se calcula que en toda la provincia murieron 21.613 personas por esta enfermedad que tuvo como una de sus causas la ausencia de alcantarillado.

El año siguiente no empezó mucho mejor. En la noche del 14 al 15 de enero cayó una gran nevada y se helaron las tres cuartas partes de la Albufera, quemando los cultivos de la zona. Por otra parte, las consecuencias socio económicas del año anterior hicieron acto de presencia en Albal donde se registraron sólo 15 nacimientos frente a los 99 de 1881.

Sin embargo, en los años 90 la ciudad empezó a sobreponerse de los achaques de la década pasada a la vez que se separó de Beniparrell. La exportación de naranjas superó el medio millón de toneladas, consolidando un nuevo cultivo en el municipio que desplazó a sus tradicionales cultivos de secano. Y mientras en Valencia embarcaban soldados hacia Cuba con motivo de la guerra que había empezado, en Albal se fundaba la fábrica de Horchata HISC de Salvador Costa. Unos años más tarde, a lo largo del 1900, al tiempo que la luz eléctrica llegaba al municipio, se sumó una nueva empresa a Albal. Empezó a funcionar la primera fábrica de muebles en Albal, la de Joaquín Ballester, els Chimos, iniciándose un cambio en la trayectoria de la localidad.

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