El acueducto romano más importante de Valencia sigue hablando

La obra de ingeniería hidráulica romana más importante de la provincia de Valencia continúa 'hablando' y ofreciendo información dos milenios después. Una nueva campaña de excavaciones en el acueducto de Peña Cortada, en el término municipal de Calles ha permitido descubrir parte del revestimiento del acueducto, el mejor conservado hasta la fecha de todo el trazado excavado.

El equipo de arqueólogos compuesto por Juan José Ruiz y Ana Sabater ha llevado a cabo los trabajos para continuar documentando y excavando el acueducto en el barranco de Más de Solaz o parte sureste de Torre Castro en Calles, liberando al puente de las rocas calizas que lo cubren en parte.

La cuarta fase del proyecto de excavación arqueológica y conservación del acueducto que realiza el ayuntamiento de Calles a través de la Subvención de Conselleria de Educación Cultura y Deporte para actuaciones de conservación y protección de los bienes inmuebles de Patrimonio Cultural de la Comunitat Valenciana está dando frutos, pues se han localizado nuevos tramos del acueducto, alguno que parecía perdido. y además una moldura que servía para facilitar la limpieza de la obra hidráulica.

En las labores de recuperación de este Bien de Interés Cultural desde 2004 se han invertido algo más de 25.000 euros.

La historia y las incógnitas alrededor de esta infraestructura es bastante voluminosa. La longitud de los restos hallados es de 28,6 kilómetros hallándose en el término de Calles gran cantidad de restos diseminados que se unen a los existentes en las poblaciones como Tuéjar, donde se llevaba a cabo la captación del agua desde el propio azud. Chelva, con el puente del barranco del convento (aún en uso y que forma parte de la acequia mayor de Chelva) y además la Cantera de la torrecilla dónde se extrajo piedra para construir el puente de la Rambla de Alcotas). Y Domeño, donde se hallan restos de canalizaciones en diferente estado de colmatación.

De esta manera, junto con los yacimientos en el término de Calles lo convierten en una de las obras hidráulicas más relevantes de España junto con el acueducto de Segovia, Les Ferreres de Tarragona y Los Milagros de Mérida.

Su destino sigue siendo una incógnita. A lo largo de los siglos grandes eruditos, viajeros e historiadores han escrito y formulado distintas hipótesis sobre el ignorado destino final de sus aguas. Desde Pedro Antonio Beuter en su 'Crónica general de España y especialmente de Valencia' (1546-1550) a Gaspar Escolano, en 'Década de la Historia de Valencia' (1611), dónde amplía la información de Beuter y considera que su destino final sería Llíria, aunque otros lo situaran en Sagunto.

Por otra parte, Vicente Mares, en 'La Fénix Troyana' (1681), habla de "los arcos de Chelva" que llevan el agua a Sagunto, pasando por Villar de Benaduf y los llanos de Llíria, razón por la cual algunos pensaban que su destino final era la antigua Edeta.

En cambio Antonio Chabret, en su obra 'Sagunto. Su historia y sus monumentos' (1888), descarta que hubiese servido para el abastecimiento de la ciudad romana de Saguntum.

José Antonio Cavanilles también teorizó sobre el destino del acueducto en 'Observaciones del Reino de Valencia' (1795), en el señala que el acueducto terminaba antes de llegar al Villar de Benaduf aunque Alexandre Laborde, en 'Voyage historique y pittoresque d'Éspagne' (1806-1826), no comparte la opinión de que su destino fuera Sagunto o Llíria, porque cada una de estas ciudades tenía su acueducto y sus presas de agua mucho más cerca.

La teoría de Juan Agustín Ceán Bermúdez, en 'Sumario de las antigüedades romanas que hay en España' (1832), no duda en afirmar que se trata de un acueducto levantado por los romanos para conducir el agua a Llíria.

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