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R. D.
Requena
Viernes, 5 de enero 2024, 10:53
Un águila imperial ha muerto electrocutada en Requena. Los agentes medioambientales de la zona recibieron este martes una llamada de un vecino de la pedanía de Hortunas en la que les alertaba de que el cuerpo de un ave yacía muerto a escasos metros del pueblo, bajo el apoyo de un tendido eléctrico. Al llegar comprobaron por sorpresa que se trataba de una especie muy poco habitual por estos montes. Era un águila imperial ibérica (Aquila adalberti), según indica la Societat Valenciana d'Ornitologia (SVO) en un comunicado.
Esta especie endémica de la península Ibérica representa uno de los principales iconos nacionales en materia de conservación de la naturaleza. Sus poblaciones fueron menguando en los últimos siglos debido, principalmente, a la persecución humana a la que fue sometida. De hecho, la SVO comenta que su presencia en la Comunitat, donde actualmente no cría, está documentada hasta mediados del siglo XIX.
A día de hoy, y gracias a los esfuerzos en conservación que se están llevando desde diferentes comunidades autónomas, la especie está en franca expansión demográfica y también geográfica. Sin embargo, la alta mortalidad que presenta por electrocución en líneas de conducción eléctrica está frenando su recuperación. Es una especie que utiliza los apoyos eléctricos como punto de descanso y desde allí otea con comodidad su entorno. Esta costumbre le está costando muchas bajas cada año a nivel nacional.
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El ejemplar encontrado en Requena, un pajizo, por el característico color ocre que presenta esta especie durante sus primeros años de vida, confirma varias ideas, según apuntan desde la Societat Valenciana d'Ornitologia. En primer lugar, la presencia cada vez mayor de ejemplares inmaduros en dispersión en tierras del interior valenciano y en las que podría no tardar en instalarse alguna pareja reproductora. En segundo lugar, la insuficiente adecuación de las infraestructuras de conducción eléctrica que se da actualmente en la Comunitat Valenciana, y en concreto en la Meseta de Requena-Utiel. Pese a haberse realizado algunas correcciones puntuales en los últimos años en la zona, no cesan de aparecer cadáveres de aves bajo las instalaciones no corregidas.
La Societat Valenciana d'Ornitologia exige la corrección de todos los tendidos eléctricos peligrosos que existen en la Comunitat para atajar esa «sangría». Para ello considera estrictamente necesaria la aplicación de la Ley 26/2007 de Responsabilidad Medioambiental y señala que «las empresas propietarias de las infraestructuras de conducción eléctrica no la quieren aplicar para prevenir los daños al medioambiente».
Además, la SVO apela a una sentencia del Tribunal Supremo de 2021 en la que se dice que la Administración de Industria debería velar por la prevención de daños ambientales y obligar a reparar las líneas cuando se detecten defectos por ausencia de medidas antielectrocución en las inspecciones trianuales obligatorias que certifican el estado en que se encuentran las instalaciones eléctricas. Asimismo, lamenta que, a pesar de ser fallecimientos previsibles y evitables, no se sanciona por causar la muerte a especies protegidas, ni se suele pedir al responsable que pague por el valor patrimonial de los ejemplares destruidos.
Además, la Societat Valenciana d'Ornitologia recalcal que «la Generalitat Valenciana tiene mucho que hacer en este sentido antes de lucir proyectos engañosos haciendo creer a la sociedad que se preocupa por las especies emblemáticas, cuando la realidad en estos últimos años ha sido otra». Según remarca, 2024 acaba de empezar y «la sangría de muertes continúa» con la ocurrida en Requena. Por ello se pregunta cuál será la próxima víctima.
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