Benidorm toca el cielo con la apertura del Intempo

Pese al paso de los años, este proyecto inmobiliario continúa acaparando calificativos como 'ambicioso' o 'descomunal'. No es para menos, pues el Intempo albergará 256 viviendas repartidas en las dos torres de 198 metros de altura cada una. Será el edificio residencial más alto de la Unión Europea. Un total de 45 plantas de lujo coronadas por el ya icónico diamante, comprendido entre las plantas 38 y 45, que albergará el producto que convierte en único y exclusivo el proyecto Intempo; unas viviendas totalmente exteriores de nivel superior, en donde la opulencia rebosará por sus cuatro costados.

El lujo no se paga barato, por lo que aquellos que decidan instalarse en cualquiera de los 256 apartamentos del techo de Benidorm deberán desembolsar cantidades importantes. El baremo se mide por la altura y las dimensiones. Desde la primera planta hasta la 22, el precio de las viviendas de entre 62 y 95 metros cuadrados se venden por 257.000 euros, los más baratos y 341.000 euros los más caros. En la parte media, desde la planta 23 a la 37 las cantidades son mayores, desde 367.000 euros los más 'económicos', hasta 497.000 euros por apartamentos de 95 metros cuadrados y dos dormitorios. En la zona más alta de la planta 38 a la 45, el precio también asciende, aunque no se especifican.

Además de su llamativa forma y el lujo que se desprende en las viviendas, otra de las cualidades más deslumbrantes de este edificio es el espacio comunitario con el que cuenta, alrededor de 6.500 metros cuadrados en los que los inquilinos pueden disfrutar de una alta gama de servicios que empiezan en el restaurante y en las piscinas de la planta baja. Los apartamentos que debían ocupar la planta 46 han sido substituidos por espacios destinados al disfrute de toda la comunidad con las mejores vistas de Benidorm. Y la planta 47, la última, también es comunitaria y cuenta con un exclusivo local de restauración con vistas al infinito Mediterráneo.

A nadie se le escapa que el lujo y la particularidad del Intempo está al alcance de aquellos que cuentan con un buen pellizco en el banco. Principalmente los interesados en adquirir una vivienda en la torre más alta de la Unión Europea son extranjeros, mayoritariamente rusos, nórdicos, franceses o alemanes. En mucha menor medida están los británicos en esta lista pese a ser los más fieles amantes de esta metrópoli, Meca del turismo. También hay demanda a nivel nacional, apuntan desde la promotora Uniq Residential. Sus responsables aseguran que desde que se abrió el mercado se ha podido dividir a la clientela en tres grupos: el de residente, que usará el piso durante los periodos vacacionales; el inversor, que busca rentabilizar su compra con alquileres; y por último un cliente mixto, que aúna los dos perfiles anteriores, pues se trata de personas que estarán unos meses disfrutando de las instalaciones y el resto del año lo alquilarán para conseguir beneficios.

Para reinar en los cielos de Benidorm, el edificio Intempo ha tenido que recorrer un duro periplo plagado de baches hasta su resurgir. Fue la promotora Olga Urbana la que empezó a erigir el proyecto por allá el 2006, aunque pocos meses después llegó la crisis económica. Se iniciaron entonces los problemas; primero sucumbió la empresa constructora, Estructuras Aliben, que a mediados del 2009 presentó un ERE temporal que afectó al 99% de su plantilla. Fue el preludio de algo inevitable, la quiebra económica de la mercantil, un grave contratiempo que llevó a la paralización de las obras durante varios meses.

El Intempo parecía abocado entonces a convertirse en un esqueleto dentro del mar de edificios que componen el 'skyline' de Benidorm. Pero a principios de 2010 se constituyó otra empresa que recogió el testigo de la anterior, dispuesta a seguir con las obras. Aunque sus buenas intenciones duraron poco tiempo: no solo tuvo problemas la propia empresa constructora, sino que también surgieron grandes imprevistos en la parte promotora de este megaproyecto, golpeado por todas partes por la mala suerte. «Todo lo que relacionado con el Intempo daba sensación de desaguisado», recuerdan todavía algunos vecinos de la localidad de la Marina Baja. Incluso se especuló en su momento, por allá el año 2013, sobre otro posible obstáculo: que los arquitectos del edificio no habían tenido en cuenta el hueco para los ascensores. Un bulo que fue desmentido poco después.

Finalmente, tras años de andar por la cuerda floja, en noviembre de 2014, Olga Urbana solicitó el concurso de acreedores. En ese momento el edificio Intempo parecía un proyecto que nunca vería la luz. Por fortuna, en el 2017 la compañía americana SVP Global puso sobre la mesa 60 millones de euros y nombró promotora a la mercantil Uniq Residential. Se reanudaron los trabajos en el 2019 con 30 millones para el presupuesto. Ahora, en pocas semanas, culminará el resurgir de este coloso que vuelve a situar a Benidorm como una de las capitales europeas del lujo.