Cocentaina prepara un programa de festejos en honor a San Hipólito ajustado a la pandemia

Cocentaina. Las fiestas de Moros y Cristianos de Cocentaina cumplen su segundo año consecutivo sin celebrarse. La festividad en honor a San Hipólito, patrón del municipio no sale a las calles como ya es tradición con sus más de dos siglos de historia. Sin embargo, los actos religiosos en su nombre serán uno de los pilares de esta manera diferente de celebrar las fiestas que desde el año pasado está dejando de ser atípica, aunque los distintos sectores implicados esperan que no por mucho más tiempo.

A las liturgias se les suma la música festera, que se deja escuchar en conciertos al aire libre por las bandas del municipio, mientras que algún pasacalles de la Colla Malpasset ambienta la localidad en unas fechas importantes para aquellos contestanos que esperan todo el año estos días.

No obstante, los festeros entienden la complicada situación que les obliga a continuar con los trajes colgados en los armarios y a los cargos más paciencia que de costumbre para que llegue 2022, año en el que confían regrese una de las grandes celebraciones del municipio.

Es por este motivo que la mayoría de las 'filaes', los locales donde se reúne las comparsas, permanecerán con las persianas bajadas pese al visto bueno de la Conselleria de Sanidad. En su lugar, las asociaciones festeras sustituirán las reuniones por cenas y comidas en restaurantes. El miedo a que puedan surgir nuevos brotes es uno de los motivos principales para esta decisión que los festeros aseguran se han tomado por unanimidad.

La trilogía festera se compone de tres días seguidos en los que evocan la batalla por la reconquista de la villa, unos hechos históricos que provocaron la quema de Cocentaina por parte de los musulmanes. El suceso marcó a sus vecinos para siempre, conocidos hasta la actualidad como 'socarrats', mote que comparten con los setabenses, aunque con siglos de diferencia.