El nuevo precio del aceite de oliva virgen extra en los supermercados desde este lunes 10 de marzo
Una médico de Familia toma la tensión a una paciente. Blanca Sáenz

¿Por qué los jóvenes no quieren ser médicos de Familia?

La saturación de pacientes en los centros de salud valencianos, la burocracia y la ausencia de investigación hacen poco atractiva la especialidad para los estudiantes, que de nuevo han vuelto a dejarla para el final en la elección de plazas del MIR

José Molins

Valencia

Domingo, 21 de abril 2024, 00:36

Es la especialidad más numerosa y también la más cercana. Los médicos de Familia son los que nutren los centros de salud y las Urgencias ... de los hospitales, el primer paso del paciente cuando tiene un problema, pero pese a encargarse de todas las enfermedades, con bajos porcentajes de derivación a cada especialista y tratar a cada paciente de forma integral, no están bien considerados ni por la propia profesión de facultativos ni por la sociedad. Los jóvenes médicos ya no quieren ese trabajo y se decantan por especialidades hospitalarias que les permita mejores horarios y más sueldo, como se ha visto en la elección de plazas MIR que acaba de terminar, donde Familia ha sido la última en ocupar sus vacantes en la Comunitat. Las razones de esta falta de atractivo son variadas.

Publicidad

Saturación de pacientes

Las jornadas son maratonianas y superan la recomendación de 35 personas diarias. «Vemos unos 40 pacientes todos los días, incluso a veces más. El horario es de 8 a 15 h pero casi todos los días sales a las 16 o 17 h sin comer, si quieres ver a todos los pacientes con calidad. Acabas quemándote si no haces otras cosas. Si te pasas el día sentado, viendo pacientes como churros uno detrás de otro, sí. Pero también se puede dar charlas, ir a los domicilios, pero lo tenemos que hacer fuera del horario laboral. Si haces eso no te quemas. Nuestra especialidad es mucho más que ver pacientes», señala Mari Carmen Gallego, médico de Familia en el centro de salud Just Ramírez de Valencia.

«Tenemos muchas más competencias, técnicas, actividades, hacemos infiltraciones, ecografías. Derivamos muy poco a otros compañeros, porque nosotros también somos especialistas, de Familia. El paciente acude a Primaria, que es donde le resuelven el problema. No se va a ir al hospital, que lo ve el especialista dentro de seis meses. Le damos cercanía, le resuelves el problema en poco tiempo, no se va a ir a un buscar a un cardiólogo al hospital», añade.

Mari Carmen Gallego, médico de Familia en Valencia. Iván Arlandis

También coincide Manuel Medina, médico del centro de salud de Massamagrell. «Cada día ves más pacientes de los 35 recomendados. Aparte de los citados, vienen muchos sin cita porque se han caído o les ha pasado algo. El tiempo es la principal limitación. Hay muchas pruebas que podemos pedir nosotros, pero muchas otras y tratamientos las tienes que derivar al especialista porque nosotros no podemos. Hay retrasos en especialidades de varios meses que nos limita a nosotros también porque el paciente vuelve mientras no lo ven», argumenta.

Publicidad

Y Luis Ortiz, del centro de salud de Pedralba, indica que «el paciente se ha hecho muy demandante, y al tener mucha gente, abres la consulta y tienes citada una persona cada 10 minutos, además los que vienen sin cita», apunta. «La mayoría de pacientes necesitan más de 10 minutos, así que no te da tiempo y se van amontonando, la gente se enfada, y si te vienen urgencias te descolocan toda la mañana. Algunos necesitan sólo una receta y otros necesitan 20 minutos», explica.

Demasiada burocracia

Otro de los principales problemas es el tiempo que pierden con trámites que podrían resolver administrativos y que les retrasan las consultas. «En burocracia pierdes unas dos horas diarias. Como traslados de ambulancia, partes de baja, que se hacen muy pocos en los hospitales. Hemos hecho una especialidad no para hacer papeles, sino para tratar pacientes. Muchas tareas burocráticas se podrían hacer con administrativos. O si has tenido un accidente y estás en el hospital, el traumatólogo que haga la baja, o el cirujano. Esa orden está mandada desde hace un año por Sanidad, pero no se hace, casi todas las bajas las damos en Primaria», comenta Gallego.

Publicidad

Y Ortiz asegura: «Tenemos que dar bajas laborales, hacemos mucha gestión administrativa que se podría cambiar para que no se hiciera en la consulta, para ello hay inspectores sanitarios. En Primaria el tiempo sólo lo puedes usar para atención asistencial, cuando deberías tener un 30% para dedicar a otras cuestiones como salud familiar, docencia y administrativo. Así no haces la medicina que te gusta y los jóvenes lo saben y por no están viniendo a Primaria, les gusta más hacer una especialidad y saber mucho de una sola cosa antes que un poco de todo».

Sin tiempo para investigar

Para Inma Cervera, presidenta de la Sociedad Valenciana de Médicos de Atención Primaria (Semergen), apunta también a la falta de tiempo para investigar, algo que los jóvenes consideran fundamental: «Hay muchas cuestiones laborales que provocan sobrecarga, a lo que se suma una escasa proyección personal de carrera y unas condiciones económicas un poco por debajo del trabajo en un hospital. Resulta muy difícil investigar y formarte, cada vez estamos más alejados del mundo científico, y eso a las nuevas generaciones no les gusta».

Publicidad

En lo que también incide Luis Ortiz: «Aparte de atender pacientes deberíamos poder hacer investigación, pero no tienes tiempo para ello, no puedes publicar, y eso sí se puede hacer en las especialidades. En Primaria no tienes mecanismos para poder investigar, necesitas tiempo, pero si de 8 a 15 h estás en la consulta y con broncas de los pacientes, no se puede», lamenta el facultativo. Y Gallego se expresa en similares términos: «Investigamos y publicamos pero tiene que ser fuera de nuestro horario, porque no da tiempo. Hay que conocer más la especialidad en las universidades, no hay asignatura de Familia en todas, se debería dar más visibilidad a Primaria, que no es sólo estar sentado, recetar y derivar a otros, hacemos muchas cosas», destaca.

Conocer todas las especialidades

Otro de los puntos que suele asustar a los jóvenes médicos es que en Familia deben conocer todas las patologías para saber tratar a cada paciente, lo que supone un desafío continuo de estar al día en conocimientos y novedades. «No quieren trabajar en Primaria porque hay más cosas que hacer, tienes que ver de todo y es más compleja que otras porque tienes que saber de todo, igual haces de traumatólogo, de digestivo, de lo que sea. Es una especialidad complicada. Y si a eso se añade que hay mucha demanda, pues uno prefiere ser dermatólogo, que no hace guardias y que sólo ves piel. Ha aumentado mucho la demanda porque tenemos más competencias», determina Gallego.

Publicidad

Cervera puntualiza que el 85% de los casos «se ven y se resuelven en Primaria y sólo el resto se deriva a los especialistas», señala. «Pero entre cuestiones burocráticas se pierde mucho tiempo y también vemos mucho paciente sin cita en el día. Lo más cercano siempre es el médico de Familia, hemos aumentado un 22% la actividad asistencial desde la pandemia. La carga asistencial está por encima de lo recomendado, todos vemos más de 35 pacientes», expone.

Menosprecio

Y tristemente es muy habitual también el menosprecio que sufren los profesionales de Familia, ya sea desde sus propios compañeros médicos de otras especialidades o desde algunos pacientes. «No se reconoce la medicina de Familia como lo que es, la infravaloran, la menosprecian, pero es muy importante, es la base de la sanidad. Otros especialistas banalizan a Familia y muchas veces los jóvenes no optan por esta especialidad porque acabas quemándote», expresa Medina. «Se debería valorar más por la Administración, por la sociedad y por los médicos. Derivamos casos pero muchas cosas nos ocupamos nosotros, esos pacientes ya no necesitan ir al especialista. Nadie va directamente al especialista, primero vienen aquí y vemos si es necesario derivarlo si no podemos ocuparnos nosotros», señala el facultativo.

Noticia Patrocinada

El doctor Manuel Medina, de Massamagrell. LP

Además, Gallego añade que esta falta de atractivo para los jóvenes creará problemas en los próximos años, al no haber suficientes efectivos para reemplazar a los que se vayan jubilando. «Desde otras especialidades creo que no nos conocen, no saben que hacemos tantas cosas, a veces nos ningunean un poco, creen que es una especialidad menor, pero es compleja, es la base de la medicina, no conocen nuestra formación, que es de especialista como el resto», expresa también.

«Cuando reclamas ayuda a la especialidad no hay una integración como se dijo que iba a haber, no se tiene respuesta en el vínculo con la especialidad y no tenemos tiempo para investigar, al final atiendes rápido, mal, y aumentan las colas», lamenta Ortiz. «Desde la Administración se debería apoyar más a Primaria, si no vendes que es bueno, no van a venir los médicos jóvenes, se van a ir a las especialidades», critica.

Publicidad

¿Qué piensan los nuevos MIR que eligen Familia?

En todo este panorama poco atractivo, sigue habiendo muchos jóvenes que eligen Familia para trabajar en centros de salud o en Urgencias de hospital. Es el caso de Tamara del Valle, que el pasado lunes se adjudicó una plaza MIR de Familia en el hospital de Sagunto, donde se formará como especialista en los próximos cuatro años. «Desde la carrera me gustaba el concepto de Primaria, aunque la sociedad te lo quita de la cabeza porque las condiciones laborales te las pintan como malas, de saturación, de cupos de pacientes, pero siempre me ha gustado la idea de hacer una medicina integral», explica la joven.

Ella sufrió algo habitual entre los MIR, la pregunta de si no le había dado la nota para otra especialidad. «La mayoría de compañeros me preguntaba por qué. Familia es una especialidad más como otras. Lo he elegido porque he querido. Cuando dije en casa que quería Familia se quedaron un poco extrañados, pero me apoyaron», señala.

Publicidad

La nueva MIR de Sagunto Tamara del Valle. Iván Arlandis

Ella dudaba con psiquiatría, pero al final lo tuvo claro. «Mi primo es pediatra y tiene que saber de todo, y a mí me gustaba eso, saber cómo tratar a todos, y psiquiatría no te ofrece eso, por lo que terminé descartándola. En Primaria se puede hacer mucha salud mental también, aunque el tiempo es limitado. Antes de llegar a psiquiatría llega a Primaria y lo ves», apunta Tamara. «En Familia te formas para estar en Urgencias, en atención en el centro de salud, estás en contacto con los pacientes, ves el día a día, cómo evoluciona cada uno, los conoces. Familia agrupa todo lo que me gustaba de mi concepto de ser médico», determina.

Tamara tenía opción de elegir una plaza en Valencia, pero ha preferido un hospital comarcal. «Más pequeño, porque te formas mejor en Familia porque hay menos residentes. En Sagunto no tienen algunas especialidades, no hay residentes de Cardiología, entonces lo que haya lo ves tú. En mi opinión aprendes más, tienes la oportunidad de ver más cosas. Si quieres estar en un centro de salud te van a llegar casos habituales, no los súper raros y vas a formarte mejor», asegura.

Publicidad

«Me da un poco de miedo no poder hacer bien mi trabajo porque no tenga tiempo, ver un paciente cada cinco minutos, porque si tienes que explorar, pedirle pruebas, en 5 minutos no da tiempo. Acabas tarde o terminas haciendo las cosas regular y te terminas quemando, yo no quiero acabar así. Hay pacientes que están esperando y no entienden que haya retraso», apunta la joven facultativa.

También eligió Familia, pero el año pasado, Patricia Santapau, que trabaja como residente de primer año en el hospital La Fe de Valencia. «Yo tenía vocación, me gustaba cómo se trabajaba la especialidad, esa visión integral del paciente, donde no tratas sólo una patología, sino que haces un seguimiento largo y la confianza se deposita en el médico», expresa. «Es verdad que en las condiciones nos falta mucho para mejorar. No creo que sean determinantes para rechazar una especialidad tan amplia como esta. Que además no se acaba en el centro de salud, sino que hay unidades en hospitales, porque en Urgencias la amplia mayoría son de Familia».

Publicidad

Patricia también vive a diario ese desprestigio que se le da a esta especialidad. «Desde otras especialidades se ve peor Familia, oyes comentarios de 'qué lástima que has elegido esto porque no te daba para más', pero en realidad hay muchas plazas y por eso tarda en acabarse», argumenta la joven. «Se valora poco la especialidad, es más por la carga asistencial que hay. Lo que echa para atrás es la estigmatización de la sociedad, te dicen que van al médico para que los deriven al especialista, pero nosotros también los podemos ver, aquí hay que saber de todo«, asegura.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad