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Manuel García
Valencia
Viernes, 14 de marzo 2025, 01:24
«En Tuéjar los niños nacen con una placa solar debajo del brazo». La frase pronunciada por un técnico y recogida por el alcalde del ... municipio, Carlos Tarazón, muestra el arranque de una iniciativa que persigue, entre otros aspectos, consolidar a la población en zonas que sufren para mantener sus cifras de habitantes.
En el caso de este pueblo de los Serranos esta misma semana ya se están poniendo en marcha la Comunidad Energética Local que busca aunar ahorro energético con fomento de la natalidad y atracción de nuevas familias.
Un acontecimiento en principio tan lejano como la guerra de Ucrania y el consiguiente incremento en las facturas de la luz provocó que, a partir de febrero de 2022, desde el Ayuntamiento se decidieran a impulsar este tipo de iniciativa. En el 99% de los casos, explica el primer edil, se paga una cuota para el mantenimiento de las placas.
En Tuéjar, sin embargo, el Ayuntamiento lo impulsa y cada familia que esté interesada, con una única inversión de cien euros, ya comienza a ver, desde el principio, cómo baja la factura de la luz. La media, según explica Tarazón, está entre 10 y 15 euros al mes por niño, lo que supone que la inversión de cien euros «se recupera en menos de un año».
Por el momento hay 27 niños que han hecho que la factura de la luz de 22 familias haya descendido y esta cifra, según el alcalde, va a seguir aumentando porque existe la demanda suficiente.
Los cien kilovatios de paneles solares con los que cuenta la Comunidad Energética han sido financiados en parte por el IVACE y en parte por el Ayuntamiento, que se quedará un 33,3% de la energía que se produzca para recuperar parte de la inversión.
«Pero lo bonito viene aquí, el 66,7% que se produzca se repartirá a razón de 1,5% por cada niño o niña que se haya apuntado con este coste de solo cien euros por participar hasta que cumpla 18 años», explica ilusionado el alcalde.
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«De esta manera, lejos del modelo depredador del territorio que entiende lo rural como territorios de sacrificio, nosotros le hemos dado la vuelta y la cubierta del polideportivo servirá para rebajarle la factura de la luz a las familias con hijos pequeños que vivan en el pueblo, añadiendo una razón más para que no se vayan, y quién sabe, vuelvan otras», señala Tarazón.
La evolución en el número de habitantes de la localidad es positiva, ya que se ha pasado de los 1.136 habitantes de 2019 a los aproximadamente 1.300 de la actualidad. Y la cifra promete seguir subiendo.
Pero esto no termina aquí, advierte el alcalde de este municipio: «Ya tenemos los ojos puestos en seguir creciendo y que cada vez más gente del pueblo pueda beneficiarse de esto».
A corto plazo la intención es doblar la capacidad de generación eléctrica y aumentar el número beneficiarios
Más a medio plazo en el punto de mira tienen el espacio de una mina abandonada para darle un uso público a tierras improductivas y además sin impacto visual.
Paralelamente también desean impulsar una Comunidad Energética a nivel provincial con la Diputación y la Cámara de Comercio que permita rebajarle la factura a los establecimientos, comercios, peluquerías, bares…
«Si somos inteligentes y trabajamos juntos vamos a hacer que vivir en Tuéjar, además de ser la mejor decisión de tu vida, sea más barato y sostenible. Lo mejor está siempre por venir», señala Tarazón.
Este municipio, situado a aproximadamente 50 minutos en coche de Valencia, se convierte por tanto en un punto a estudiar por quienes puedan estar buscando un lugar donde asentarse.
Tarazón está convencido de las bondades de esta iniciativa: «Las energías renovables se han convertido desde hace años en la esperanza de nuestras sociedades para no enfrentarnos a los peores escenarios que traerá el cambio climático y la crisis energética derivada y retroalimentada por éste. Mantener el nivel vida actual con este consumo de materias primas es algo que ya ni el IPCC reconoce como posible».
«Pero desde hace pocos años, estas energías «verdes», se han postulado como un aliado de la rentabilidad económica, algo que a priori y unido, es positivo. Pero el principal freno que están teniendo a nivel social es el desarrollo de éstas en el territorio. La producción energética a gran escala necesita de grandes superficies, lo que muchas veces choca desde una lógica capitalista con la conservación de espacios agrícolas productivos. Plantar placas en la huerta no parece que sea lo más sensato viendo hacia donde nos dirigimos», continúa explicando.
Es por eso por lo que se necesitan experiencias «que hagan posible unir todo lo bueno y darle forma en un proyecto que, aunque deseable, parecía utópico. Y aún queda mucho por experimentar».
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