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A las 16:40:28 horas del 29 de octubre, el teléfono de Emergencias recogió la primera llamada desde Chiva alertando de la tromba ... de agua y apuntando el vecino que advertía de la situación que en su empezaba a entrar el agua. En cuestión de una hora y veinte minutos, el 112 recibió hasta 51 llamadas de teléfono que daban la pista de que algo estaba ocurriendo en la cabecera del barranco del Poyo.
Hasta ese momento, y según la documentación enviada por Emergencias a la jueza de Catarroja, sólo se habían producido cinco llamadas al 112 desde Chiva por cuestiones relativas a la lluvia. La primera de ellas a las 9:36 horas por un coche parado en el arcén; otra a las 9:53 horas por la caída de un muro en la carretera; a las 10:19 horas por inundación en una casa al desbordarse el barranco de Chiva; a las 10:28 horas otra porque no se podía circular por la A-3 y una última a las 12:02 horas por carretera intransitable.
A partir de las 16:40 horas, el panorama cambió 180 grados. Un zafarrancho de llamadas llegaron al 112 advirtiendo de una situación anómala en Chiva, con una tromba de agua nunca vista y que iba a provocar un auténtico caos en la rambla del Poyo. Desde las 16:40 horas hasta las 18:00 horas, Emergencias recibió 51 llamadas advirtiendo de que la lluvia que caía en ese momento empezaba a generar graves problemas.
El contenido de esas llamadas habla de personas atrapadas en viviendas, vecinos diciendo que ya tiene el agua por la cintura, coches bloqueados, personas refugiadas en terrazas, una casa inundada con dos personas mayores dentro y un montón de llamadas de gente atrapada en la carretera con niños en los vehículos.
A partir de las 18 horas, y hasta las 18:40, hora en la que aproximadamente la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) da la alerta hidrológica del Poyo -el caudal baja a más de 1.600 metros cúbicos por segundo- desde Chiva se registraron en el 112 un total de 41 llamadas más.
En las dos horas que nadie tuvo los ojos en la rambla del Poyo, desde Chiva, el kilómetro cero de la dana, el lugar en el que empezó todo, se registraron un total de cien llamadas alertando de inundaciones en viviendas, personas atrapadas en vehículos en la carretera y una situación que ya anticipaba todo lo que podía ocurrir aguas abajo, en la zona de l'Horta Sud.
Nadie vigiló la rambla en esas dos horas, como así reconoció el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo, que siempre ha defendido que la función de su organismo no es la de vigilar barrancos. En esas dos horas, a partir de las 17:30 horas, el Cecopi ya estaba reunido con los ojos puestos en Forata y Utiel.
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