B. González
Requena
Miércoles, 7 de diciembre 2022, 16:26
Hay momentos en que desearían bajar los brazos y quisieran pasar página, pero piensan que la muerte de su hija debe servir para evitar que otras personas terminen igual y sus familias pasen por los que ellos han pasado. Rafael Martínez y María Dolores Hernández perdieron a su hija Isabel en mayo. Enferma de anorexia, terminó suicidándose cuando iba a cumplir los 17 años. Hace unas semanas también otra chica con la misma enfermedad también se quitó la vida en un pueblo vecino. No quieren que vuelva a repetirse.
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Aparte de la batalla legal que han iniciado contra las dos profesionales que la atendieron en la Unidad de Salud Mental del Hospital de Requena por mala praxis, al considerar que no activaron el protocolo antisuicidio cuando la menor había manifestado abiertamente su intención, ellos creen que deben a su hija ir más allá, porque «no buscamos culpables, sino soluciones».
Es por ello que iniciaron una campaña de recogidas de firmas bajo el lema 'Por una Salud Mental digan', que cuenta ya con más de 100.000 firmas. Piden, a corto plazo, que puesto que hay pocos recursos para la Salud Mental en concreto y para los trastornos de la conducta alimentaria(TAC), que estos se gestionen mejor. «Hay pocos profesionales, pero estos enfermos no pueden tener una crisis a partir de las tres de la tarde o los fines de semana, porque no hay un psiquiatra o psicólogo en Urgencias», lamenta Rafael, quien también recuerda que para personas que sufren trastornos alimentarios solo hay 11 camas en el Hospital la Fe para toda la Comunitat.
Su caso ya es conocido en el Consell y en la Generalitat. Se han reunido con distintos grupos políticos como el Partido Popular, que ha presentado una serie de enmiendas a los presupuestos del próximo año destinados a la ampliación de camas TAC, creación de equipos multidisciplinarios en cada departamento de salud o reforzar los equipos de atención a personas con intento de suicidio, entre otras.
También han sido atendidos por el presidente Puig, en una visita reciente realizada a Requena, y a través del alcalde de la localidad. «Nos trasladó sus condolencias y mostró su preocupación y concienciación con el tema de la salud mental y el aumento de suicidios, en especial entre los jóvenes. A través de Rafael Tabares, Comisionado en Salud Mental, con quien ya mantuvimos un encuentro, el presidente estaba bien informado del caso y se comprometió a poner medidas para solucionar las actuales carencias», asegura.
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Para Rafael, que los políticos sean conscientes del problema «ya es un avance» y espera que esta implicación suponga dar un paso más y tratar de poner medios con urgencia, «porque no es una cuestión de partidos, ni colores, afecta a todo el mundo».
No están tan contentos con la respuesta dada por la Conselleria de Salud con respecto a cómo se ha gestionado su queja y el posterior expediente disciplinario abierto a las profesionales, algo que también trasladaron al presidente Puig. «Han intentado tapar el tema, solo han contestado al Síndic de Greues», a quien también acudieron exponiendo su caso.
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Rafael explica que son muchas las familias que se han puesto en contacto con ellos exponiendo también su situación, por lo que, asegura, continuará luchando para conseguir que se pongan los medios para que no sucedan más desgracias como la suya.
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