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Las consultas para decidir la aplicación de la jornada continua en los colegios valencianos tienen consecuencias más allá de que sirvan para que la Conselleria de Educación autorice definitivamente su implantación. Porque si el resultado es negativo la posibilidad de cambiar queda vetada durante los ... siguientes ejercicios, una manera de evitar que desde los centros se presenten proyectos de modificación horaria de manera insistente, año tras año, hasta conseguir el objetivo. No es un asunto baladí, pues el debate está muy polarizado y suele generar tensiones en las comunidades educativas que lo proponen.
Actualmente hay 126 colegios de Infantil y Primaria, la inmensa mayoría públicos, que se encuentran en esta situación. Una vez superado el periodo de bloqueo, dentro de tres o cuatro años en función de su situación de partida, podrían tenerla siempre que cumplan todos los requisitos que exige Educación.
La posibilidad de concentrar las clases antes del comedor en las etapas de Infantil y Primaria se generalizó a partir de 2016, pues hasta entonces solo había funcionado de manera experimental en una treintena de centros. Entonces el departamento autonómico decidió abrir la mano con unas condiciones determinadas: que el nuevo proyecto horario fuera aprobado por dos tercios de los miembros del claustro y del consejo escolar (o propuesto por la titularidad en el caso de los concertados) y que posteriormente fuera reafirmado por al menos el 55% del total de padres y madres del centro.
En la primera orden que regulaba la modificación de jornada nada impedía que un consejo escolar volviera a pedirla el curso inmediatamente posterior a una votación negativa (la técnica del martillo pilón), una situación que se corrigió en 2018, cuando se estableció el periodo de veto que sigue vigente en la actualidad.
Según los datos que ha ido facilitando la Conselleria de Educación, 103 centros tendrán que esperar hasta el ejercicio 2026-2027 para poder aplicar el horario intensivo. Y siempre que cumplan todos los requisitos citados en cuanto a proyecto y validación de los órganos colegiados o de decisión y de las familias. Estos participaron en la convocatoria de cambio de 2022, cuyas votaciones se programaron en el mes de abril. En los otros cien que concurrieron sí que salió adelante.
La normativa habla exactamente de un periodo de tres cursos transcurridos a partir del siguiente en el que se produjo la consulta negativa. Para estos 103 son los que van desde el 2022-2023 hasta el 2024-2025. La otra clave que recoge la orden reguladora es que a partir de ese momento puede iniciarse el procedimiento de nuevo. Es decir, en el ejercicio 2025-2026 podrán hacer una propuesta de cambio de jornada (la organización de las sesiones lectivas y los talleres voluntarios que cubren el tiempo entre el comedor y la salida a las 17 horas), presentarla, aprobarla y someterla después al escrutinio de las familias, siempre antes del proceso de admisión. Y como plasma la norma, su implantación ya sería para el curso siguiente.
«Si se cumple todo lo que establece la orden, incluyendo al menos un 55% de los votos afirmativos entre todo el censo, la conselleria autorizaría el cambio de jornada para el curso 2026-2027», matizan fuentes del departamento. Entre los 103 colegios sólo uno planteó la jornada flexible o mixta, que consiste en alternar durante la semana días de horario partido e intensivo.
Los 23 centros restantes hasta completar la cifra de 126 son los que obtuvieron resultados negativos en las últimas votaciones celebradas, las del pasado 27 de febrero. Atendiendo a la misma lógica, podrán participar en la convocatoria de cambio que se impulse en el 2026-2027, y si la consulta es positiva, aplicar la modificación en el curso 2027-2028.
En el último proceso organizado otras 23 escuelas sí consiguieron los votos suficientes, por lo que tendrán jornada continua el curso que viene. Para estas la autorización es indefinida. Sólo puede revocarse si se acredita que se está incumpliendo el proyecto horario aprobado, o cambiarse si así lo decide el titular en el caso de los colegios concertados o el consejo escolar por mayoría de dos tercios en los públicos, iniciándose de nuevo todo el procedimiento. Con las últimas incorporaciones, de los 1.376 centros de Infantil y Primaria de la Comunitat 773 tienen jornada continua (56,2%) y 603 (43,8%) partida.
Representantes del sindicato docente ANPE CV se concentraron el martes ante la sede de la Conselleria de Educación para criticar la normativa que regula la jornada continua por «injusta y antidemocrática», en el sentido de que ha provocado que «la mitad de los centros que optaban (23 de 46) no hayan conseguido aprobarla». Según recogió Europa Press, la organización criticó que la norma «obligue a realizar consultas a las familias pese a que esta propuesta ya tiene que haber sido aprobada por el consejo escolar del centro, que es su órgano máximo de gobierno y de participación». Además, tildó de «esperpéntico» el hecho de que en estas el porcentaje de aprobación tenga que llegar al 55% de todos los votos posibles, «habiendo escuelas donde se han alcanzado cifras de más del 70% de votos favorables (emitidos) sin poder conseguir la jornada continua». También cargó contra el periodo de veto, considerándolo «un castigo».
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