Sólo la mitad de consumidores usa el cigarrillo electrónico para suplir al tabaco

Muchos fumadores se compraron un cigarrillo electrónico para dejar el tabaco. La publicidad de los establecimientos que venden este dispositivo indicaba que era un remedio eficaz y bastante más sano. Sin embargo, los médicos siguen advirtiendo que, mientras contenga nicotina, continuará siendo un producto adictivo y los distribuidores han matizado que no se trata de ningún sustitutivo. De hecho, según un estudio publicado por la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) sólo el 51 por ciento de los usuarios los consume como sustitutivo del cigarro convencional.

La encuesta se ha llevado a cabo en centros sanitarios de toda España y han participado 1.827 fumadores, 2.720 no fumadores y 2.309 personas que han logrado dejar el tabaco, con una edad media de 48 años. Cerca de un cuarenta por ciento de los que respondieron al cuestionario admite que compagina el cigarrillo electrónico con el habitual, mientras que un nueve por ciento lo ha adquirido para vapear en los lugares en los que está prohibido fumar.

Por otra parte, los encuestados se muestran totalmente contrarios a que se usen estos dispositivos electrónicos en lugares públicos. De momento, la nueva normativa aprobada por el Gobierno no permite que se utilicen en centros de la Administración, en transportes públicos o cerca de parques infantiles. Sin embargo, nada indica acerca de que se pueda consumir en cafeterías, bares o restaurantes. Una circunstancia que tampoco gusta a los españoles. El 90 por ciento considera que en estos lugares también debería prohibirse «al desconocerse los efectos» que pueden «tener sobre otras personas».

El semFYC destaca dos aspectos más en cuanto a los cigarrillos electrónicos. Por un lado, un 80 por ciento considera que los dispositivos pueden influir para que los adolescentes empiecen a fumar. Por otro, el 36% de los fumadores desconoce que el cigarrillo electrónico es perjudicial para la salud. Hay mucha confusión entre la población respecto a estos productos, destaca a doctora Arantza Mendiguren, coordinadora de la Semana Sin Humo organizada por la sociedad.

La encuesta ha hecho un énfasis especial en los más pequeños de la casa y su exposición al tabaco convencional. En este sentido, y a pesar de que el 85 por ciento de la gente es consciente de que la exposición al humo del tabaco es muy nociva para ellos, sólo un 21 por ciento de los españoles los protege del humo. Esto implica una clara indefensión por parte de los más pequeños ante los perjuicios del tabaco, así como la necesidad de realizar una importante labor de concienciación entre los adultos para proteger a los niños», añadió la especialista.