Un millar de rayos en dos días sobre la Comunitat

Las tormentas han aparecido de nuevo en la Comunitat, aunque con menos potencia de la que se preveía por parte de los expertos en climatología. Durante la tarde del lunes, los chubascos fuertes se produjeron en un par de poblaciones del interior sur de Valencia. Mientras que ayer la lluvia cayó de un modo más disperso, pero en menor cantidad. Así, se recogieron 39 litros en Jérica, 28 en Segorbe, cerca de 25 en Fanzara o unos 19 en Lliria.

El agua, por tanto, no provocó problemas de ningún tipo para los valencianos. Sin embargo, los bosques sí que se vieron más perjudicados por culpa del importante aparato eléctrico que, en las últimas 30 horas, han acompañado a los aguaceros. Según confirmaron desde la Agencia Estatal de Meteorología, las primeras precipitaciones llegaron acompañadas de más de 630 rayos, mientras que ayer «no hubo tantos, pero sí entre 400 y 500», señalaron.

«Como suele ocurrir en esta época del año, las tormentas se producen en las zonas de montaña del interior y prelitoral, ya que el agua del mar sigue estando fría y cuando se acercan a la costa, se debilitan», explicó a este periódico el climatólogo José Ángel Núñez.

Los servicios de extinción de incendios tuvieron trabajo, puesto que los rayos produjeron más de una decena de conatos. Uno de los primeros fuegos que se dieron tuvo lugar en Lucena del Cid (donde hubo otro más tarde). «A priori es consecuencia de alguno de los caídos ayer, ya que cuando hemos recibido el aviso, todavía no había tormentas», aseguraron los bomberos, que incluso tuvieron que enviar un helicóptero para poder controlarlo.

A lo largo de la tarde, ya debido a los chubascos que arreciaron todo el interior de la Comunitat, se produjeron otros veinte conatos de incendio. Según confirmaron las fuentes consultadas, la mayoría de ellos fueron causados por los relámpagos y no complicaron las labores de extinción.

Jérica, Ribesalbes, Alcora, Chóvar, Soneja, Ayódar, Loriguilla, Algimia de Alfara o el municipio de Castielfabib, en el Ricón de Ademúz, vieron como una pequeña parte de sus montes ardían por culpa de los rayos. En todas estas localidades la lluvia, pese a ser responsable de lo sucedido, también ayudó posteriormente a apagar las llamas. Sin embargo, en Culla los bomberos tuvieron mucho más trabajo. El aparato eléctrico no llegó acompañado de agua, lo que propició que el fuego se extendiera con mayor facilidad.

Las primeras estimaciones preveían que se habían quemado unas 6 o 7 hectáreas, «sobre todo de matorral, aunque también algo de pinar y más arbolado. No se descarta que la superficie sea mayor», añadieron fuentes de bomberos. Hasta el municipio castellonense se acercaron a sofocar las llamas dos air tractor, un helicóptero, tres brigadas de emergencias de la Generalitat, una dotación de bomberos, así como un coordinador forestal.

A última hora de la tarde, daban el incendio por controlado, aunque durante la noche tenían previsto que siguieran trabajando en el lugar al menos una brigada con la intención de asegurar definitivamente el perímetro y que la situación no fuera a mayores.

En Valencia, los bomberos también tuvieron que realizar más de una decena de salidas, aunque la única que estaban seguros de que era debido a un rayo fue el fuego que se produjo en Castielfabib. El aviso llegó alrededor de las 13.30 horas y no lograron sofocarlo hasta las siete menos cuarto, habiéndose quemado «unos 5.000 metros cuadrados de pinar».

Hubo otro importante, aunque por causas desconocidas, tuvo lugar en Alfarp. Empezó a las 16.45 y a las diez de la noche, los servicios de extinción continuaban trabajando con el objetivo de apagarlo. Pese a todo, su extensión tampoco era importante. Durante las próximas horas, continuarán las labores de vigilancia en los montes del interior de la Comunitat, ya que los más de mil rayos caídos en las últimas horas pueden provocar que broten llamas de algún árbol, «especialmente a partir de jueves, cuando desaparecerán por completo las tormentas».