«Anoche fumé un porrito pero estoy bien para conducir»

Es una de las carreteras más transitadas en la provincia de Valencia durante el verano. La CV-500 en El Saler. Uno de esos puntos considerado, históricamente, como muy conflictivo. El lugar ideal, pues, para presentar una nueva campaña de control de verificación de alcoholemia y drogas por parte de la Guardia Civil y la DGT.

A las doce del mediodía de una calurosa jornada de julio arranca el dispositivo. En el espacio de una hora, no se detecta positivo de alcoholemia alguno. Los conductores asumen con paciencia y normalidad, la espera y el atasco.

Miembros de ASPAYM, de lesionados medulares ,están presentes para concienciar con su ejemplo de la importancia de una conducción responsable de cara a evitar las más de mil muertes que se producen el año pasado en España.

Pasada media hora desde el inicio del control, un joven es reclamado para pasar el test de consumo de estupefacientes. Tras estacionar su vehículo es acompañado al furgón habilitado para la prueba. El conductor reconoce haber tomado una sustancia. «Anoche fumé cannabis, pero vamos que no me afecta para conducir», afirma, mientras se dispone a hacer lo que el sargento de la Benemérita le indica para realizar el test. Esta acción no es nueva para el conductor, pues ya le ocurrió lo mismo hace años. Tras ocho minutos que se hacen interminables para este vecino de la zona, la máquina detecta el positivo. Es decir que será sancionado por conducir bajo los efectos de las drogas.

Es el momento de tramitar la denuncia. También se le inmovilizará el coche hasta que alguien pueda hacerse cargo de la conducción. Al final, un amigo vendrá a por el automóvil.

La intensificación de las campañas son habituales en periodo de vacaciones y aunque despiertan recelos entre algunos, lo cierto es que parece que ayuda a evitar el incremente de acciones irresponsables al volante.