PPLL
Sábado, 13 de septiembre 2014, 00:01
Algunos residentes no se enteraron de los avisos e incluso hicieron caso omiso como María, una catalana que también tienen su residencia de verano en Xàbia y que se negó a abandonarla, pese a que las llamas estaban a pocos metros de distancia. «Sabía que si dejaba la casa ya no me dejarían subir, por lo que decidí quedarme y morir con las botas puestas si era necesario». María explicó que ante su reticencia, los bomberos la advirtieron que se quedaba «bajo su responsabilidad», aunque, según apuntó, «estuvieron toda la tarde y la noche por los alrededores realizando trabajos». Además afirmó que pudo dormir «tranquilas toda la noche».
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