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Los operarios han talado ya una ladera de la montaña de La Patà de El Puig afectada por el tomicus.

Expertos avisan de que sólo se acabará con el tomicus con la tala de miles de pinos afectados

Ingenieros concluyen que la plaga, que afecta a 10.000 ejemplares, «demuestra que el cambio climático ha llegado a la Comunitat»

José Manuel Ortuño

Martes, 17 de marzo 2015, 11:39

"Los problemas con el tomicus van a ir a más siempre. Se trata de una plaga que no tiene solución y lo único que se pueden tomar son medidas paliativas". Antonio del Campo, profesor del Departamento de Ingeniería Hidráulica y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València (UPV), ha estado junto con expertos en hidrología forestal "de toda España visitando las zonas más afectadas" por la plaga de escarabajos y la conclusión a la que llegaron es clara: "el único modo de mejorar la situación es talar todos los árboles infectados".

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Desde la Conselleria de Medio Ambiente llevaron a cabo una primera investigación a partir de la que diagnosticaron que existían alrededor de 10.000 pinos infestados por este insecto, aunque fuentes del ramo no descartan que, ante la falta de lluvias de este invierno, la cifra se haya podido incrementar.

Un circunstancia que corrobora Del Campo en nombre del resto de expertos que visitaron la Comunitat. "La plaga se está extendiendo, puesto que apenas se han producido precipitaciones en los últimos meses. Esto conlleva inevitablemente que se propague". Con todo ello, el profesor de la UPV advierte de que se trata de "una de las primeras manifestaciones claras de que el cambio climático ha llegado y viene para quedarse".

Desde hace tres años algunas zonas del territorio "ni siquiera recogen 100 litros por metro cuadrado. Estas cifras son propias de un clima más desértico", por lo que el experto considera que el "tomicus es un mecanismo que usa la naturaleza para avisar de que estos árboles se encuentran fuera de sitio. Se estaría produciendo una conversión de la estructura forestal hacia otra de matorral más propia del clima que tenemos actualmente".

Entre Medio Ambiente y las tres diputaciones han empezado ya con la tala de los árboles en peor estado, aunque en algunos casos utilizan otros métodos con el fin de paliar esta plaga que no tiene una solución concreta. "No sirve ningún fitosanitario", destacan las fuentes de conselleria consultadas. Otro sistema que se ha intentado es la utilización de trampas con feromonas que atraen al escarabajo hacia un tronco que después es quemado.

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Los ingenieros consideran que todas estas acciones llevadas a cabo por la administración entran dentro del sentido común y se basa en criterios lógicos, pero "su utilidad es muy dudosa si las condiciones climáticas no cambian, cosa que parece poco probable".

En gran parte del territorio valenciano no se acumulan precipitaciones "y da la sensación de que va a seguir así durante mucho tiempo. La lluvia mejoraría la situación de los pinos, pero tendrían que caer al menos 150 litros hasta el verano, algo que se antoja complicado", señaló Antonio del Campo para, posteriormente, añadir que incluso "hay laderas enteras de la Comunitat que se han secado y han muerto, de modo que se deben de eliminar", puesto que se trata de árboles que pueden "propagar otras plagas o incendios, así como acarrear otras consecuencias negativas".

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Los expertos dividen en cuatro grados diferentes la situación de los pinos en las zonas más áridas de la región. El primero de ellos se refiere a los que se encuentran sin vida "y ya no portan el insecto, pero que igual hay que talar". En el segundo entran "aquellos que ya están amarilleando, los más infestados y que habría que eliminar sin ningún tipo de dudas del monte". Al tercer grupo, "el mayoritario, pertenecerían árboles debilitados, que seguramente se vean afectados de algún modo aunque no se llegue a percibir y que, si sigue sin llover, pueden acabar muriendo". Estos son los se deben estudiar bien para saber como evolucionan hasta el verano, considera el profesor universitario.

En última instancia, Del Campo habla de los árboles sanos, "situados en zonas frescas o húmedas" y que incluso se pueden encontrar en lugares más secos, algo que no llega a comprender el experto. "Con sólo 100 litros por metro cuadrado anuales se puede considerar un milagro que todavía haya árboles verdes y el daño no sea aún mayor, puesto que además de las cuestiones climáticas, también se hallan en suelos poco profundos y, aún así, la naturaleza se defiende y los pinos siguen creciendo", admite sorprendido.

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