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Daniel Guindo
Viernes, 20 de marzo 2015, 12:54
Prácticamente uno de cada cuatro contribuyentes valencianos hace frente a la hipoteca del inmueble en el que vive y, tal y como le permite la ley tributaria, se deduce este gasto en su declaración de la renta. Estos, aproximadamente, 610.000 declarantes de la Comunitat, como gusta denominarlos al Ministerio de Hacienda, se ahorran gracias a estas deducciones tener que abonarle al estado unos 420 millones de euros al año. No es de extrañar, por tanto, que la Agencia Tributaria ponga su lupa también sobre este colectivo y haya abierto una investigación masiva con nuevas herramientas para que afloren más fraudes. Principalmente, se basa en un plan especial de visitas domiciliarias y en la obtención de información acerca de los consumos eléctricos de los inmuebles, datos con los que confirma o descarta que estén habitados.
Estos nuevos sistemas están consiguiendo incrementar la efectividad de los inspectores, por lo que está aflorando un mayor número de irregularidades y, por tanto, de quejas de contribuyentes, tal y como resalta Carolina Verdés, responsable del Gabinete de Estudios de la Asociación Profesional de Asesores Fiscales de la Comunidad Valenciana (Apafcv). Y buena parte de estas irregularidades se dan más por desconocimiento de los declarantes, que no se han asesorado convenientemente, que por que exista un interés en defraudar al fisco. Sin embargo, la agencia no hace distinciones y las deducciones erróneas se saldan con la obligación de reintegran el importe restante (indebidamente deducido) y multas de entre el 30 y el 50% de la diferencia, en función de si existe pronto pago o no.
En el marco del plan especial contra la economía sumergida, impulsado por la Agencia Tributaria en 2012, se estableció un programa específico de visitas a los domicilios susceptibles de haber incurrido en alguna irregularidad en la deducción sobre la inversión en vivienda habitual. En dos de cada tres de estas visitas (cerca de 2.600) afloró un importante riesgo de que existiese fraude fiscal ya que los funcionarios, cuando se personan en un inmueble, ya poseen acreditadas sospechas de que se esté incurriendo en la presentación de una declaración no acorde a la realidad.
Al respecto, el secretario general del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo, comenta que, pese a los buenos resultados recaudatorios que están teniendo estos planes, la mayor parte de los contribuyentes afectados "no son expertos fiscales y normalmente la persona que incurre en una irregularidad lo hace por desconocimiento, ya que no tiene intención de defraudar".
Este experto también describe otro mecanismo muy efectivo. Ante casos dudosos, la agencia remite una carta al contribuyente para que se persone en la oficina más cercana, donde el funcionario le realiza unas preguntas de comprobación. "Normalmente contestan de forma espontánea, creyendo que han deducido correctamente, y luego la información que proporcionan se usa en su contra", advierte.
Varias son las irregularidades que cada vez con mayor frecuencia se encuentran los inspectores de la Agencia Tributaria. Por ejemplo, propietarios que, cuando adquirieron la vivienda, solicitaron un préstamo hipotecario mayor del valor que marca la escritura, normalmente para realizar alguna reforma, comprar mobiliario y electrodomésticos o adquirir un vehículo, y se deducen el préstamo íntegramente. En este caso, "la Administración va a descontar esos excesos hasta el importe que figure en la escritura y lo acompañará con la correspondiente sanción", apunta Mollinedo.
Jóvenes con la familia
Sin embargo, y debido a la crisis económica principalmente, los casos que más están aumentando son los de contribuyentes, normalmente jóvenes, que compraron una vivienda y que, tras perder el trabajo, se vieron obligados a volver a la residencia familiar. En este supuesto no pueden deducirse los gastos de la hipoteca puesto que el inmueble en cuestión no es su vivienda habitual, pese a que buena parte de ellos lo hacen.
Situaciones como esta han comenzado a aflorar durante los dos o tres últimos años gracias, principalmente, a que desde 2012, aproximadamente, la Agencia Tributaria tiene acceso a los consumos eléctricos de los inmuebles y, si detecta que en un domicilio declarado como vivienda habitual presenta un gasto de luz muy reducido comienza a sospechar. Además, según explica el secretario general de Gestha, "los inspectores se personan en el domicilio, preguntan a los vecinos o al conserje si alguien vive allí, miran si recibe correspondencia, si está empadronado...". Todo un abanico de posibilidades para detectar al infractor.
La recesión económica también ha obligado a muchas familias a ampliar los préstamos hipotecarios que tenían concedidos para hacer frente a algún gasto inesperado. "Estos casos son fáciles de detectar, porque la Agencia Tributaria recibe noticias de la ampliación del préstamo", reconoce Francisco Serantes, delegado territorial en Valencia y Castellón de la Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf).
Este especialista, además, alerta de que los inspectores "son muy puntillosos" en todo lo relacionado a reinversión en vivienda habitual. Al respecto, concreta que se dan casos en que un particular compra una vivienda que no cumple con las mínimas condiciones para ser habitada, por lo que debe acometer obras de mejora. "Sobre esto hay discusión ya que estas obras sí que deberían computar como un gasto añadido, pero para la Agencia Tributaria no es así", resume.
Aumento de quejas
Carolina Verdés, por su parte, reconoce que los asesores valencianos están registrando un incremento en el número de quejas de contribuyentes "sobre los que están haciendo una auténtica sangría quitándoles las deducciones, decisión que rara vez no va acompañada de una sanción". La mayor parte de estas reclamaciones se centran en que son los contribuyentes "los que tienen que acreditar el derecho a beneficiarse de estas deducciones". En general, reconoce, "ahora estamos detectando una importante campaña de los órganos de gestión tributaria".
Por otra parte, y para tratar de protegerse en relación a este afán recaudatorio, esta experta recomienda, en primer lugar, acudir a un asesor y adoptar todas las medidas necesarias, como empadronarse en el inmueble, domiciliar la correspondencia oficial y cambiar el domicilio fiscal a la vivienda en cuestión.
Verdés, por su parte, apunta a otra situación en la que también se están detectando casos de deducciones erróneas. "Parejas que, en origen, cada uno tenía su casa y su hipoteca pero, al vivir juntos, siguen deduciéndose las dos, pese a que sólo una vivienda es la residencia habitual", comenta.
Alquileres irregulares
En paralelo, el plan de lucha contra el fraude persigue también con insistencia los alquileres no declarados. A raíz del cruce de datos, entre las declaraciones de arrendadores y arrendatarios, el análisis de los consumos eléctricos, y las visitas personales (más de 7.400 en un año), la Agencia Tributaria saca a la luz también un buen número de declaraciones fraudulentas, de ahí que también centre sus esfuerzos en vigilar estas situaciones.
"Pese a que están reduciéndose las bonificaciones para el arrendador, si los propietarios hicieran números se darían cuenta que no merece la pena jugársela. Además, son deducibles todos los gastos que origina el inmueble, como la hipoteca, el impuesto de bienes inmuebles (IBI) o los gastos de comunidad", añade.
Por su parte, Molinell añade que al control del contribuyente medio se destina al 80% de la plantilla de inspectores, pese a que sólo supone el 29% de la evasión fiscal.
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