Daniel Guindo
Viernes, 3 de abril 2015, 10:38
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«Por fin se ha roto la tendencia tan negativa que arrastrábamos desde mediados de 2013». Bruno Ballesteros, jefe de la unidad de Valencia del Instituto Geológico y Minero de España, y uno de los mayores especialistas en aguas subterráneas de la Comunitat, quiere poner el acento en un hecho especialmente significativo: después de casi dos años de sequía al fin un episodio de lluvias ha recargado, al menos en parte, los acuíferos valencianos. Hasta ahora, las escasas precipitaciones registradas en la región habían sido absorbidas por el terreno, especialmente seco, por lo que no habían tenido ninguna incidencia en los almacenes subterráneos, acuíferos de los que se nutren buena parte de las poblaciones valencianas, los campos de riego y que suponen el 75% de los recursos hídricos de la cuenca del Júcar.
Sin embargo, las alarmas en la costa siguen encendidas. Pese a este esperanzador cambio de tendencia, la incidencia de las lluvias ha sido desigual en el territorio valenciano. Mientras en la mitad norte se han batido récords de precipitaciones (en localidades castellonenses como Catí o Benassal se han recogido 400 litros por metro cuadrado entre el 18 y el 24 de marzo), en el litoral sur apenas ha llovido (en Alicante y Benidorm sólo se han contabilizado 20 y 30 litros, respectivamente), por lo que las precipitaciones no han sido suficientes para cubrir el abastecimiento urbano de esta zona.
Al respecto, desde el Consorcio de Aguas de la Marina Baja concretaron que en el interior de la comarca las lluvias sí han sido significativas, lo que ha permitido recargar acuíferos y disminuir la demanda para el riego en el campo, pero no así en el litoral. «En principio nos dan mas tranquilidad, ya que preveíamos que a mediados de junio podían empezar a llegar aportes desde el Júcar. Ahora nos manejamos en dos escenarios de cara al verano. Si vuelve a llover, y se acumulan 200 o 250 litros, dejaríamos de estar en sequía y se podría retrasar la llegada de aportaciones exteriores; pero si no llueve nada antes de verano, tendrán que llegar esos aportes», explicaron. El citado consorcio solicitó a principios de marzo un trasvase extraordinario de 5 hectómetros cúbicos de agua del Júcar para garantizar el abastecimiento de localidades tan turísticas como Benidorm, Altea o Torrevieja, aportación que, tras las lluvias, ya no es tan urgente, pero que todavía no se descarta por si las nubes no vuelven a hacer acto de presencia en la provincia.
En esta línea se manifiesta también Andrés Martínez, presidente de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, LAlacantí y Consorcio de Aguas de la Marina Baja. «Nos ha llovido, pero no lo suficiente para solucionar el problema. El abastecimiento en la comarca de LAlacantí está garantizado, pero tenemos dudas de si en la Marina hará falta algún aporte externo», resumía.
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1.600 hm3 embalsados
El nivel de los pantanos también refleja esta desigual incidencia. Mientras los sistemas de embalses de Castellón se encuentran ya a más del 64% de su capacidad, los de Alicante no pasan del 25%, según los datos proporcionados por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) a fecha 27 de marzo. Las intensas precipitaciones han hecho que, entre los días 20 y 27, el nivel de agua embalsada en los sistemas de la confederación aumente en 106 hm3, una tercera parte de lo que demanda la Comunitat al año para compensar su déficit hídrico. Sin embargo, mientras pantanos como el de Alcora o María Cristina están por encima de su capacidad, el pantano de Amadorio, en la Marina Baja, se encuentra a un pírrico 6%. De media, la CHJ se encuentra ya casi al 50% de su capacidad, con más de 1.600 hm3 de agua embalsada.
Para el campo la lluvia también ha sido «muy, muy positiva; a los árboles les está cambiando la cara». Según la Asociación Valenciana de Agricultores ha sido especialmente beneficiosa, ya que está arrancando la brotación, y también porque ha llovido de forma progresiva. «No nos están llegando apenas partes de daños», indicaron desde la entidad. Además, ha servido para limpiar las hojas de los árboles y recargar acuíferos, añadieron.
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