dani guindo
Lunes, 13 de abril 2015, 00:39
valencia. Las intensas precipitaciones registradas en la Comunitat a finales de marzo originaron más de cinco millones de euros en daños, desbordaron ríos y cortaron carreteras, pero también han supuesto un punto de inflexión para la dramática situación que estaban comenzando a atravesar los embalses valencianos. En menos de un mes, los pantanos han recibido prácticamente la mitad de la cantidad de agua que, al año, necesita la Comunitat como aporte externo que complete sus propios recursos. Entre el 16 de marzo y el 6 de abril, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha visto incrementadas sus reservas en unos 145 hectómetros cúbicos, frente a los 300 que reclama la Generalitat.
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El último informe de seguimiento de indicadores de sequía en el ámbito territorial de la CHJ, del 31 de marzo, abre la puerta a la esperanza. En sólo un mes, y en comparación con el informe del 28 de febrero, los sistemas de Cenia-Maestrazgo y Mijares-Plana de Castellón han pasado de nivel amarillo (prealerta) a verde (normalidad); mientras que el de Palancia-Los Valles y Vinalopó Alacantí también han bajado un escalón, de alerta a prealerta. Los recursos hídricos del Serpis y la Marina Alta, en situación de emergencia (rojo) también han aliviado su indicador y han cerrado marzo en alerta. Por su parte, el sistema del Turia sigue en prealerta y el del Júcar en situación de normalidad. La cruz, sin embargo, se da en los embalses de la Marina Baja, los únicos que empeoran su índice, pasando de alerta a emergencia.
Estabilidad
Por otra parte, y pese a las buenos resultados cosechados en las últimas semanas, todavía es necesario esperar más tiempo para que esta tendencia se afiance como un cambio definitivo en la calificación general. Es decir, hasta que los índices que maneja la CHJ no se mantengan estables en estos niveles entre dos y seis meses consecutivos, según cada caso, no cambiará la calificación general, puesto que en la actual se contabilizan los meses precedentes (entre febrero y septiembre del pasado año, en función de cada sistema determinado).
Aún sí, la tendencia es muy positiva, y los sistemas de embalses acumulan ya, de media, prácticamente la mitad de agua que pueden contener y rozan los 1.645 hectómetros cúbicos de agua.
Sin embargo, las lluvias tuvieron especial incidencia en las provincias de Castellón y Valencia, situación que también se ha visto reflejada en el estado de los embalses. La Marina Baja, con el pantano de Amadorio a menos del 6% de su capacidad, es la que se lleva la peor parte, de ahí que el coeficiente haya entrado ya en situación de emergencia.
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