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Jose Forés Romero
Lunes, 4 de mayo 2015, 19:29
La guerra sucia contra los radares que cazan a quienes infringen el código de circulación vivió el pasado mes de abril un episodio desagradable cuando la Policía autonómica de Cataluña sancionó a un hombre que llevaba instalado en su vehículo un sistema fijo de detección de radares y un inhibidor láser. El precio que pagará por semejante acción es de 6.200 euros por la acumulación de dos multas que sumaban y la retirada de nueve puntos del carné de conducir. El individuo invirtió no menos de 800 euros en el aparato.
El detector de radares y el inhibidor láser se suelen instalar en la parte delantera del coche y, cuando localizan un radar láser policial, emiten una señal de láser para inhibir la lectura de velocidad a la que circula. Ello provoca que los radares den error de lectura y no pueden detectar ni fotografiar los vehículos infractores. Algo ilegal en España como otras formas de burlar la foto y la receta de vigor. « Quien lleva los inhibidores tiene muy claro que va a exceder la velocidad para que no le pillen, además la sanción es muy elevada, y luego están los detectores de radar, que tampoco están permitidos y cuestan entre los 30 y 60 euros. Nos informan a medida que te acercas a uno, y la sanción es de 600 euros», señala Julián Tío, portavoz de AVACU:
Aunque si lo que quiere es conocer dónde estás los radares para evitar sanciones, la DGT ofrece, como determinados GPS o Apps, que son avisadores. Advierten de los puntos en los que se encuentran los radares fijos en las vías españolas y está permitido por la ley.
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