Daniel Guindo
Jueves, 23 de julio 2015, 21:26
Vista la sequía de esta año y la situación de los pozos municipales de abastecimiento de agua potable, en previsión de futuras restricciones, el ayuntamiento hace un llamamiento a la solidaridad y recomienda un uso responsable del agua potable". En Gata de Gorgos, el consistorio se ha visto obligado a recordar a los residentes este verano que podrían hacer frente a multas de hasta 900 euros por consumir caudales desproporcionados sin causa justificada, derivar agua al riego agrícola, abusar en el riego de jardines o llenar piscinas sin sistemas de depuración.
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Y no es el único, puesto que la amenaza de problemas en el abastecimiento urbano se extiende por buena parte de las poblaciones turísticas de la comarca de La Marina. En Valencia, la sequía y la última ola de calor que ha azotado a la Comunitat se está cebando especialmente con el suministro de cerca de un millar de chalets y casi 22.000 hanegadas de campos de cultivo del interior de la provincia, en el entorno del término municipal de Godelleta.
Los vecinos de Teulada y Poble Nou de Benitatxell han sido los primeros en sufrir cortes en el suministro de sus propios domicilios, originados en parte por el aluvión de turistas que está recibiendo Xàbia, y que ha disparado el consumo de agua potable. Para restablecer el servicio, estas localidades han tenido que activar un plan de choque que ha llevado hasta el límite de su rendimiento a las bombas que extraen los recursos de los pozos. Si persisten las actuales condiciones climáticas, cualquier nuevo pico de consumo o pequeña avería reproducirá los cortes en el agua potable.
A principios de la pasada semana, la demanda de agua de la desalinizadora de Xàbia superaba ya la capacidad de la planta, por lo que el Ayuntamiento no tuvo más remedio que descartar los aportes que venía haciendo a Teulada y Benitatxell y aprobar un bando que, entre otras cuestiones, solicitaba que no se llenaran las piscinas. Al menos hasta que acabe el verano, Xàbia no cree que pueda ayudar a los municipios cercanos.
Menor calidad
El alcalde de Benitatxell, Josep Antonio Femenía, explicó que, tras los cortes, la localidad se ha visto obligada a instalar bombas de más potencia ante el aumento del consumo y "sacrificar" la calidad del agua. El aluvión de visitantes, por ejemplo, a la playa del Moraig obligó el pasado fin de semana a doblar la vigilancia tanto de Policía Local como de Guardia Civil. Por ello, apuntó que "si pasamos el agua por las pequeñas desalinizadoras que tenemos, se pierde entre el 20 y el 30%, por lo que ahora no pasa por ahí. Para garantizar el consumo, sobre todo para los primeros 15 o 20 días de agosto, tenemos que reducir la calidad del agua, aunque está en los límites autorizados".
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Femenía, sin embargo, no descarta que el próximo mes pueda regresar la interrupción del servicio, aunque aplaude la buena acogida que ha tenido el bando municipal entre los residentes a la hora de reducir el consumo. "La gente no ha llenado la piscina, no ha regado y no ha lavado el coche, la respuesta ha sido muy buena". Otra cuestión que preocupa al alcalde es la posibilidad que se produzca un incendio. "¿Y si hay un fuego y los hidrantes no están operativos?", se pregunta.
Desde el Ayuntamiento de Teulada-Moraira confían en poder mantener el servicio tras los primeros cortes, con la instalación de dos nuevas bombas en el Pou de Lluca y la puesta en marcha del Pou del Pla. Eso sí, advierten que no habrá cortes siempre y cuando no aumente considerablemente el consumo en el municipio o surjan averías técnicas en los pozos en uso.
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El Consorcio de Aguas Teulada-Benitatxell y ambas localidades siguen buscando nuevos fondos hídricos, después de recibir aportaciones hasta de acuíferos particulares de los residentes. Incluso cuentan con la ayuda de un submarinista para buscar recursos en el acuífero de la Cova del Moraig.
Nueva canalización
Los municipios de Xalò y Llíber también atraviesan por una situación de emergencia a causa de la sequía y por problemas de calidad del agua, según confesaba la propia la Diputación de Alicante. José Juan Reus, alcalde de Llíber, apuntaba a la puesta en marcha de una nueva planta potabilizadora como solución transitoria a los problemas hídricos de la zona, una infraestructura que, sin embargo, "no será suficiente para garantizar el servicio al cien por cien".
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La actuación que sí resolvería la escasez de agua de estas poblaciones sería acondicionar y reactivar la antigua conducción de Benissa desde los pozos de Benigembla, un proyecto comprometido por la corporación provincial a finales de abril pero que, según Reus, "las obras aún no han empezado". El primer edil espera, sin embargo, que esta necesaria infraestructura esté operativa durante el próximo mes de agosto porque "si el tiempo sigue igual y no se pone en marcha puede haber problemas".
En Xalò, por su parte, el consistorio se vio obligado incluso hace un par de meses a prohibir el consumo de agua al salinizarse uno de los pozos de los que se abastece.
La prolongada sequía, avivada por la última ola de calor, también ha dejado en una grave situación los acuíferos que abastecen a la localidad de Benissa. Tanto que, hasta que acabe el verano y cuando la escasez amenace con obligar a cortar el suministro en los hogares, la población recibirá 1.000 metros cúbicos de caudal "extraordinario y puntual" desde el vecino municipio de Calp, que sí cuenta con excedente pero que, a pesar de ello, también ha hecho un llamamiento a los residentes para que lleven a cabo un consumo responsable y no malgasten este escaso bien de forma innecesaria.
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La previsión y la solidaridad entre territorios han evitado que los problemas de escasez hídrica de la Marina Alta afecten también a la zona sur, a otras poblaciones turísticas como Benidorm, Altea, La Vila Joiosa, La Nucia, Alfàs del Pi, Finestrat, Callosa dEn Sarrià o Polop. Para evitar desabastecimiento y cortes en estas turísticas poblaciones, ha sido necesario un aporte extraordinario de la Mancomunidad de los Canales de Taibilla, activado hace más de un mes, y poner en marcha un trasvase extraordinario de agua del río Júcar al Vinalopó, del que ya se han proporcionado 1,5 de los 5 hectómetros cúbicos comprometidos, según subraya Andrés Martínez, presidente de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, lAlacantí y Consorcio de Aguas de la Marina Baja. "Salvo alguna rotura que se ha ido solucionando está bajo control, gracias a esto salvamos el verano", añade. Además, a mediados de junio se ponía en marcha la desalinizadora de Mutxamel para ayudar también a que en verano estas poblaciones no sufran cortes en el suministro doméstico.
En el interior, la peor parte se la está llevando la zona de Godelleta, en la provincia de Valencia, que en la actualidad subsiste con, aproximadamente, la mitad del caudal que necesita. Según explica el presidente de la comunidad de regantes y usuarios San Pedro Apóstol de Godelleta, Vicente Franco, se están viendo afectadas por las restricciones cerca de 22.000 hanegadas (1.816 hectáreas) de cultivos de naranjos, caqui, frutales y viña, principalmente, y alrededor de un millar de chalets, sobre todo de Godelleta, pero también de Turís y alguno de Montroy. "Algunos veraneantes, incluso, han optado por no venir, por las dificultades que hay para llenar la piscina", apunta.
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La escasez de agua de esta zona obliga a los regantes a bombear el agua desde Buñol, por lo que tienen que salvar una altura de 522 metros. El coste eléctrico de este proceso dispara el precio del agua hasta los 40 céntimos por metro cúbico, el triple que en zonas cercanas, un importe "inasumible para muchas de las variedades que se cultivan, que no dan ni para pagar el agua". Además, Franco resalta que, para conseguir este 50% del caudal necesario para la subsistencia del sector y los aportes que se llevan a cabo a las urbanizaciones, "hemos tenido que invertir de nuestro bolsillo 5 millones de euros, sin ningún tipo de ayuda".
Para trata de atajar la situación, los agricultores arrancaron a la Conselleria de Agricultura el compromiso de construir una planta fotovoltaica que sirviera para abaratar los costes eléctricos que genera el traslado del agua.
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Azote del mercurio
Esta situación surge como resultado de la intensa sequía que, desde hace más un año y medio, viene sufriendo la Comunitat, aunque especialmente la provincia de Alicante y el sur de Valencia. Un proceso que está contando con un nuevo espaldarazo: la primera quincena de julio más calurosa registrada en la autonomía desde que existen registros.
Al respecto, según explican desde la delegación valenciana de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), con una temperatura media de 26,3 grados, estas dos semanas han sido sorprendentemente cálidas. En observatorios como el de Alicante, cuya historia llega a superar el siglo y medio de registros, nunca habían contado con datos tan elevados en la primera quincena de julio.
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En el promedio del territorio valenciano, la anomalía térmica de esta primera quincena ha sido de 2,9 grados y supera al mismo periodo del año 1982, que hasta ahora era el más cálido. Espacialmente, la mayor anomalía de temperatura, con una media que incluso ha superado en más de 5 grados a los valores normales (promedio del periodo 1981-2010), se sitúa en comarcas de la montaña del norte de Alicante y en el interior norte de Castellón.
Dentro de este periodo cálido, destaca el pico de calor del día 7 de julio, cuando se llegó a 45,9 grados en Xàtiva y valores por encima de 40 grados en tres cuartas partes de la provincia de Valencia. Una de las consecuencias de la estabilidad y del intenso calor de las pasadas semanas es el calentamiento de la superficie del mar, que se encuentra entre 26 y 27 grados frente a la costa de la Comunitat, temperatura que es aproximadamente 2 grados superior a lo normal a mitad de julio. Son valores de temperatura del mar más típicos de final de agosto que de mitad de julio.
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La culpa de esta sofocante calor la ha tenido «la persistencia de las condiciones de estabilidad atmosférica registrada desde el pasado 26 de junio, con una potente dorsal anticiclónica semipermanente durante estas tres semanas sobre el oeste del continente europeo, con aire cálido asociado, y unido a otros procesos de mesoescala que provocan el calentamiento del aire», apuntaron desde Aemet.
Pantanos bajo mínimos
Por su parte, el último informe de seguimiento de indicadores de sequía en el ámbito territorial de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) tampoco deja espacio para el optimismo. Tres sistemas de embalses (Serpis, Marina Baja y Marina Alta) se encuentran en situación de emergencia, y el de Vinalopó-Alacantí, en alerta. El volumen de agua embalsada, sobre todo en los sistemas alicantinos, está llegando a mínimos preocupantes, con sólo al 16% de su capacidad a 13 de julio, último dato disponible por la CHJ. Especialmente alarmante es la situación del pantano de Amadorio que, con sólo 0,38 hectómetros cúbicos de agua embalsada se encuentra al 2,41% de su capacidad. El de Escalona está al 4,56% con 4,5 hectómetros.
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