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Carlos Garsán
Jueves, 23 de julio 2015, 21:27
No corren a cámara lenta ni a ritmo de sintonía televisiva, aunque ellos son los verdaderos vigilantes de la playa. Un año más, Cruz Roja alza la bandera rojiblanca en la costa valenciana para recibir a un grupo de 83 socorristas acuáticos preparados para entrar en acción en cualquier momento. Este nuevo curso llega, además, con un cambio de tendencia: los seleccionados vuelven a ser por mayoría jóvenes estudiantes en busca de un empleo de verano. "Con la crisis, la edad del solicitante aumentó, era gente más mayor que decidía volver a intentar trabajar de esto. Este año, sin embargo, hemos detectado la llegada de mucha gente joven, de 19 o 20 años, y con la formación recién sacada", explica Lorenzo López, responsable de Socorros y Emergencias de Cruz Roja en las playas de Valencia.
Pero el rejuvenecimiento de la plantilla de 2015 no es la única novedad. Una vez seleccionados, indican desde la propia entidad, son muchos los que han renunciado a su plaza tras haber encontrado un empleo de lo suyo. Sea lo que sea lo suyo, claro está. Así las cosas, reconoce Lorenzo López que este año han tenido que tirar más que nunca de la bolsa de trabajo, una lista que, para tranquilidad de los bañistas, suma a alrededor de 400 candidatos. "Hay un movimiento increíble. Nos llaman de otras playas pidiendo socorristas porque se han quedado sin bolsa, estamos llamando a gente que en un primer momento no había sido seleccionada", explica López quien, igualmente, indica que se da preferencia a aquellos profesionales con experiencia previa. "La solicitud en este año ha sido muy alta. En las pruebas hemos tenido a triatletas, gente que ha ganado competiciones... algunos parece que tienen un turbo en los pies", bromea.
El socorrista acuático es más joven que en años anteriores, aunque sigue escribiéndose en sexo masculino. Aproximadamente el 75 por ciento del equipo son hombres, siendo una cuarta parte mujeres. Esta situación, sin embargo, es específica de su puesto, pues la paridad sí se hace efectiva cuando se suma la plantilla total que conforma el dispositivo de seguridad de playas, que suma 155 profesionales. Las edad más habitual en esta ocasión es la comprendida entre los 19 y los 24 años, aunque a las pruebas pueden acceder todos aquellos mayores de edad, pues no hay un límite fijado en esta cuestión.
Crisis en la costa
Con la crisis económica instalada en nuestro país, fue 2009 el año en el que realmente dio la vuelta la tortilla. Socorristas históricos que tiempo atrás habían ocupado puestos en las playas del cap i casal volvían a presentarse a las pruebas de admisión para lograr ocupar el hueco vacío que había dejado el cierre de empresas y los despidos en cadena. En este caso, el empleo de verano dejaba de ser un extra para convertirse en una cuestión de necesidad. Este es el caso de José Carlos Ronda, el socorrista acuático más veterano de la promoción del 2015. A sus 40 años, su experiencia en la entidad pasa por haber sido también patrón y voluntario. Este año, vuelve al lugar que un día fue solamente escenario de un trabajo de verano. "Nos ocurrió a muchos. Cuando vino la crisis tuvimos que volver a nuestro trabajo de estudiante. Cuando regresé en 2009 me encontré a muchos de mis compañeros de mi primera etapa", explica. Ese primer periodo se remonta al año 1998, cuando por primera vez se presentó a la convocatoria de Cruz Roja, un puesto que mantuvo hasta 2003. Desde que formó parte de los novatos hace ya 17 años.
Tras cinco años en las playas de Valencia, José Carlos dejó su empleo de verano para trabajar en un centro comercial. Para cuando volvió a su puesto de socorrista las cosas ya no eran como antes aunque, según cuenta, 2015 está suponiendo una evolución con respecto a este último periodo. "En 2009 venía sobre todo gente que había perdido su trabajo. Ahora ya quedan muy pocos de ese perfil, se nota una situación más estabilizada. Este verano, además, está entrando mucha gente nueva, estudiantes, como cuando yo empecé". También, para él, este año es diferente con respecto a su regreso hace ya seis años. Ahora, entre los meses de octubre y mayo, trabaja como monitor de actividades extraescolares enfocadas al mundo del deporte.
Con su situación estable durante el año lectivo, el socorrismo le sirve para llenar un hueco en unos meses de parón, tanto es así que no se plantea abandonar su puesto a medio plazo. "En mayo acabo en el colegio y en junio vengo a la playa, lo tengo programado ya así. Además de que me gusta el salvamento, esta profesión es un medio de vida, yo en verano como de esto", explica José Carlos, que ya piensa en volver en 2016. "Es un trabajo muy físico y los años no perdonan, aunque yo me cuido mucho y, de momento, respondo bien".
Aunque destaca que gran parte del atractivo de su empleo es el contacto con la gente, siendo muchos los que agradecen su labor obsequiándoles con meriendas para paliar las largas jornadas de trabajo, el trabajo del socorrista acuático no es tarea fácil. Las emergencias no avisan y la preparación es vital para hacer frente a unas actuaciones que nunca son sencillas. José Carlos, como el resto de veteranos, tiene grabada a fuego su primera actuación con víctima mortal. "Se había mareado en el agua y sus amigos no se dieron cuenta. Lo peor fue avisar a los familiares, ver su angustía. Fue el primero y el más duro", recuerda el socorrista.
Por suerte, el joven José Tolosa todavía no ha tenido que enfrentarse a una situación tan espinosa. Con apenas 19 años, él representa la otra cara de la moneda. Motivado por la experiencia de su hermana y su cuñado, que fueron socorristas acuáticos en la misma playa de Pinedo donde él opera, se presentó este año a las pruebas de selección. Un pensat i fet con el que se estrena en el dispositivo de seguridad de Cruz Roja. "El mismo día en el que acabé el curso era cuando tenía que entregar los papeles. A pesar de ser novato me escogieron, la verdad es que ha venido todo rodado", explica.
Tolosa acaba de finalizar su Grado Medio de Enfermería y, poco antes de embarcarse en la aventura de Cruz Roja, aprobó las pruebas de acceso para cursar el Grado Superior en Prótesis Dentales. En septiembre, vuelve al cole. "Después, si tengo dinero, quiero hacer la carrera de Enfermería. No tengo obligación de pagar vivienda o comida, así que este verano y el que viene quiero ahorrar para eso", explica el joven. "Busco un trabajo de verano porque, como estudiante, el único momento para ingresar es entre julio y septiembre. Además son tres meses con un sueldo, yo que no tengo gastos, importante".
El preceso de selección del equipo de socorristas acuáticos es largo e intenso. La prueba más espectacular: una gymkhana en la playa de Pinedo digna de ser televisada. Todos los seleccionados son convocados a orillas del mediterráneo en una carrera que comienza en la arena para pasar a una prueba de nado de 200 metros. Entonces han de alcanzar una embarcación, punto en el que realizan una prueba de apnea, y coger un puñado de tierra del fondo para demostrar que se ha alcanzado la profundidad máxima. Entonces toca hacer el camino inverso. Esto es en lo que respecta a las pruebas físicas, pero no son pocos los exámenes teóricos y prácticas que han de realizar antes de hacerse con una de las plazas.
Durante la pasada temporada, entre el 17 de mayo y el 12 de octubre de 2014, las playas valencianas registraron un total de 11.765 atenciones por parte de los profesionales de Cruz Roja. La mayor parte de actuaciones, el 50 por ciento del total, fueron ayudas a discapacitados. En segundo lugar, los efectivos de la entidad atendieron hasta 2.243 contactos con medusas en las playas del cap i casal, mientras que las picaduras de pez araña son la tercera causa de atención, con 1.078 casos. En cuarto lugar se encuentran las heridas (769) y, lejos de estos datos, el extravío de menores, que sumaron 256 casos durante este periodo de 2014. El ámbito de actuación del dispositivo de seguridad de Cruz Roja son las playas de la Malvarrosa, el Cabanyal, Pinedo, Arbre el Gos, el Saler, la Garrofera, la Devesa y el Perellonet.
Como novedades, el operativo de Cruz Roja para la campaña estival presenta un incremento en el horario de asistencia y en las fechas de prestación del servicio. De esta forma, el servicio estará en marcha hasta el 13 de septiembre y en horario de 10.00 a 20.00 horas. Además de la ampliación de fechas y de horario, la temporada ofrece un nuevo punto accesible, es decir, un espacio para el baño asistido por personal especializado, y dirigido a personas con minusvalías físicas o psíquicas. En concreto, se localiza en la playa de Recatí-Perellonet, con lo que el total de puntos accesibles en las playas del municipio asciende a cinco.
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