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José Manuel Ortuño
Domingo, 2 de agosto 2015, 20:32
La meteorología adversa podría crear de nuevo problemas en Cortes de Pallás. Las intensas lluvias de finales de marzo y principios de abril provocaron el derrumbe de toneladas de roca que colapsaron la única entrada al municipio, la carretera situada sobre la central hidroeléctrica de Iberdrola (la empresa que lleva a cabo los trabajos de limpieza). En estos instantes, en plena ola de calor, autoridades y vecinos temen que se produzca un incendio que cerraría de nuevo las salidas de la localidad.
«Estamos preocupados por si de nuevo llegan las llamas -habituales en la zona-, puesto que el viento las arrastraría hacia la población», aseguró ayer a LAS PROVINCIAS Fernando Navarro, alcalde del municipio. Además, ahora mismo las únicas salidas que existen son los caminos forestales situados en plena montaña, de modo que si se produjera un incendio, Cortes de Pallás se sumiría de nuevo en el caos. Todas sus vías de escape quedaría cortadas «ya que no tenemos capacidad de evacuación», añade Navarro. El único modo de huir «sería en el barco que ahora usamos para trasladar a los vecinos, pero hay que atravesar una pendiente que mucha gente no podría superar, ni con cargas». Con todo ello, el alcalde recalca: «tenemos un problema de seguridad».
Durante el día son los brigadistas los que se encargan de vigilar el monte para responder rápidamente ante un posible fuego, mientras que desde el Ayuntamiento han organizado turnos «de vigilancia nocturna, sobre todo por la ola de calor» que sacude toda la Comunitat y que ha secado las zonas verdes.
Otra medida a largo plazo que han solicitado desde Cortes es la creación de un puente que evite pasar por la carretera situada en la ladera de la montaña, «ya que cada vez que llueve con potencia hay desprendimientos, lo que es un peligro». Con este proyecto, «reivindicado desde hace meses» y que esperan entre en los presupuestos de la Generalitat de 2016, se llegaría a la población «por el lado contrario del pantano».
El corte de la única carretera de acceso al municipio acarrea problemas importantes para los negocios de la localidad de la comarca del Valle de Ayora. Durante todo el año residen alrededor de 300 habitantes, una cifra que se triplica en verano. Sin embargo, las expectativas esta vez son negativas, puesto que no superarán los 600 visitantes. «Además, los empresarios tienen pérdidas importantes de dinero. Todos los fines de semana llegaban unos cien moteros y más de 50 ciclistas al municipio y hacían gasto en los comercios locales, algo que ya no sucede», lamenta Navarro.
Sin grandes rocas
Por el momento, los trabajos para limpiar el trozo de montaña caída sobre la carretera de acceso a Cortes siguen el cauce esperado. De este modo, la dinamita ya ha destruido las grandes rocas que había sobre el asfalto de modo que falta por quitar el resto de los escombros. Los ingenieros de Iberdrola que informan frecuentemente a los vecinos aseguran que a mediados de agosto empezará una nueva fase de estas obras.
«Después de triturar las piedras más grandes, están cosiendo las grietas que quedaron en la montaña para que no haya nuevos desprendimientos en la zona con una especie de grapas. Luego, podrán una malla de acero de alta resistencia», continuó explicando el alcalde.
«A partir del 15 de agosto levantarán muros de contención prefabricados, de 80 metros, para salvaguardar la central y reconstruir el lecho de la carretera». Iberdrola prevé que estos trabajos finalicen en noviembre, cuando la Diputación de Valencia podrá asfaltar ambas carreteras. Sin embargo, Navarro prefiere ser cauto y considera que puede haber complicaciones que retrasen el proyecto. «Esperamos que este acabado en Navidad».
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