¿Se ha acabado la crisis?

¿Ha terminado ya la crisis, o sólo ha pasado lo peor? ¿La recuperación es ya un hecho? ¿Lo nota la gente en sus trabajos o en sus hogares? En LAS PROVINCIAS hemos hecho estas preguntas a seis valencianos con diferentes situaciones laborales y personales.

Carlos San Martín tiene 32 años, es director financiero en una empresa de seguros y vive solo. Siempre había compartido piso y, al llegar este nuevo trabajo, mis condiciones económicas mejoraron y entonces me planteé por primera vez vivir solo, asegura. Tiene sus complicaciones pues has de cuidar de ti mismo y de la casa; económicamente es algo más difícil, pues no compartes nada, pero con las condiciones que tengo lo puedo llevar bien, señala.

Situación parecida, a nivel laboral, atraviesa Luis Gardó, también de 32 años. Es comercial administrativo en una empresa de molturación de minerales para la industria cerámica. Tiene contrato indefinido desde hace más de cinco años y se encuentra estable en cuanto a su situación laboral.

Respecto a mi empresa sí que he notado la crisis, pues hace tres años vi que muchas empresas con las que nosotros trabajábamos iban desapareciendo; tengo la suerte de que la empresa en la que trabajo lleva más de 50 años en el sector y hemos pasado la crisis de una forma muy correcta, destaca.

Cristina García, por su parte, tiene 27 años, está parada desde hace tres semanas y tiene un hijo pequeño a su cargo. Le apunté a la guardería porque tenía trabajo; ahora que ya no lo tengo, es un gasto más, muy caro, que tengo que afrontar, señala.

Hace un par de años le cambió la vida a David Llopis, de 37 años. Decidió dar el salto y montarse un negocio, como autónomo, en el sector en el que había trabajado toda su vida, el de la carpintería exterior. En 2008, en la empresa en que trabajaba, nos tocó la crisis, y vimos una bajada de ventas bastante importante; ahora mismo, en mi negocio me va bastante bien; empecé con trabajo y sigo con trabajo, pero no he visto un crecimiento exagerado, asegura.

Carlos Sanchis es cocinero en un salón especializado en eventos. A sus 32 años, su situación laboral es de fijo discontinuo. Hay tres meses en los que estoy parado, de enero a abril, y el resto del año es la temporada en la que trabajo; un año cobro el paro y otro no, por lo que ese año he de ahorrar y hacer malabares para poder llegar a fin de mes durante los tres meses que no trabajo, afirma.

Cuando empecé en esta empresa, en 2010, había bastante trabajo, pero ha ido de más a menos; hemos sufrido un retroceso en estas temporadas en las que los eventos son más pequeños y tenemos menos celebraciones; ha bajado la faena, comenta.

Para un padre de familia con dos hijos como Carlos Albors, las preocupaciones se multiplican. Es director gerente en Laiex, una empresa dedicada a la polimerización de emulsiones. Hace siete u ocho años de repente el volumen de los negocios bajó drásticamente, y como propietario de una empresa tienes el miedo de que te toque a ti, que te afecte, pues estás viendo que empresas de tu sector están cerrando, destaca.

Personalmente, la crisis me ha obligado a trabajar muchas más horas al día, a viajar más a distintos países, y para poder afrontar eso he necesitado el apoyo de mi familia, pues paso menos tiempo en casa con mis hijos, añade Albors.

Respecto a si la recuperación ya es un hecho y si lo están notando en sus respectivos trabajos y hogares, las opiniones de estos valencianos se inclinan hacia la moderación.

Más que mejorar, yo creo que lo que hemos hecho ha sido acostumbrarnos a lo de ahora; antes parecía un auténtico drama volver a casa de los padres o compartir piso, y ahora es como que está mucho más normalizado; no termino de ver que esté mejorando, señala Carlos San Martín.

Yo sí que estoy notando una ligerísima recuperación, pero va muy lenta; parece ser que ahora, después de una temporada en que teníamos menos trabajo diario, se están recuperando algunas empresas del sector, pero desde luego no como en años anteriores, apunta Luis Gardó.

Ahora parece que va mejor, aunque yo estoy parada, pero alrededor sí que hay gente que estaba desempleada y ahora mismo tiene trabajo; parece que se va moviendo un poco, comenta Cristina García.

Sí que es verdad que la gente se ha acostumbrado, por desgracia, a optar a unos salarios inferiores; la competencia es muy grande, la crisis ha servido para que la gente se profesionalice, opina Carlos Albors.

Creo que lo que estamos viviendo actualmente es lo que vamos a vivir durante los próximos años, de forma lineal; puede haber un pequeño crecimiento muy paulatino, pero no veo un crecimiento a corto plazo como el que se anuncia por parte de los gobiernos, sea el que sea, concluye David Llopis.