¿Se ha recortado la brecha digital entre hombres y mujeres?

La brecha digital de género es la diferencia en el uso de tecnologías de información y comunicación (TIC) entre hombres y mujeres. Estas diferencias son muy reducidas en los principales indicadores, como la utilización de ordenador, el uso frecuente de Internet o las compras por la red. Según el Instituto Nacional de Estadística, en un informe de este mes de octubre, esos usos han reducido su brecha digital entre uno y dos puntos desde 2012, prácticamente igualando los resultados.

Sin embargo, tal y como apuntaba un informe del Observatorio e-Igualdad en 2011, avalado por el Instituto de la Mujer, el predominio masculino sigue estando presente en competencias más técnicas, así como las económicas y de ocio.

De hecho, en la Universitat Politécnica de València en este nuevo curso sólo el 13,1% de los alumnos de carreras relacionadas con la informática y las telecomunicaciones son mujeres.

Las mujeres no están optando por carreras más técnicas, probablemente, por una falta de referentes; no tenemos referencias de mujeres normales, como las que vemos cada día en la calle, que sepamos que se dedican a ingenierías o carreras técnicas, explicó Ana Cidad, del Centro de Investigación en Métodos de Producción de Software de la UPV.

Creo que los prejuicios nos los imponemos más nosotras; igual queremos pensar que es el entorno el que nos está limitando, pero más bien somos nosotras las que pensamos que por el hecho de ser mujer no podemos acceder a determinados puestos que son típicamente de hombres, o pensamos que no vamos a tener las habilidades necesarias, añadió Cidad.

A sus 40 años, esta experta en informática y telecomunicaciones ha conocido algunos ejemplos de la brecha digital de género en su entorno, a pesar de que ella decidió desde joven que quería dedicarse de lleno a este mundo.

En el instituto empecé a aprender informática, y en casa teníamos un ordenador; me gustaba mucho el resto de disciplinas que estaban asociadas con la ingeniería, como las matemática,s la física o el dibujo técnico, señaló desde su despacho en la UPV.

Éramos pocas, no se presuponía que pudiera ser buena técnicamente, pero enseguida se fue superando; al poco tiempo la gente te conoce y tanto mis compañeras como yo en la carrera éramos uno más, agregó Cidad.

Por su parte, Gema Piñero, del Instituto de Telecomunicaciones y Aplicaciones Multimedia de la Universitat Politécnica de València, nunca tuvo la sensación de que le pusieran trabas para alcanzar sus metas. De broma siempre le digo a mis hijas que tienen suerte de tener una madre experta en nuevas tecnologías, a la hora de comprar un ordenador para casa, instalar los programas o cuando se estropea algo, destacó desde uno de los laboratorios donde trabaja.

Por qué hay tan pocas chicas que quieran estudiar esto es lo mismo que por qué hay tan pocas mujeres que se interesan por resolver problemas básicos de tecnología; la publicidad de móviles o tabletas siempre va dirigida a hombres, señaló Piñero.

Sólo 415 mujeres se han matriculado este año en la UPV en carreras relacionadas con la informática y las telecomunicaciones. Junto a ellas estudiarán 2.761 hombres.

Los modelos que tenemos son de personas que creemos que son extremadamente inteligentes o que parecen demasiado frikis, por lo que no conseguimos identificarnos ni con unas ni con otras, lamentó Ana Cidad.

Lo que haría falta es que las pocas que nos estamos dedicando, aunque cada vez más, a las nuevas tecnologías, nos demos a conocer y que la gente vea que somos normales, y que las niñas y futuras generaciones pueden verse perfectamente reflejadas en cualquiera de nosotras, concluyó.