El cazador de atardeceres

Cada día, si el tiempo lo permite, el embarcadero de la Albufera recibe a unas cuantas personas que se acercan hasta allí para contemplar uno de los atardeceres más bonitos que pueden disfrutarse en Valencia.

Un habitual de este lugar, y de ese momento del día, es Rodrigo Fernández. Este valenciano de 44 años, profesor de música de oficio, es un enamorado de la fotografía que emplea gran parte de su tiempo en inmortalizar los atardeceres. Se ha convertido en todo un experto amateur.

Mi pasión por la fotografía viene de hace años; empecé con las cámaras de carrete, haciendo fotos a todo lo que se movía; poco a poco he ido mejorando, explicó Rodrigo Fernández.

Hará un par de años tuve la oportunidad de hacerme con una buena cámara y fui informándome e hice un curso teórico intensivo, y a partir de ahí me puse a hacer fotografías de todo y probando distintas técnicas, señaló.

Rodrigo fotografía esculturas, paisajes, amanecer y, sobre todo, puestas de Sol. Es su momento preferido para desenfundar la cámara e inmortalizar el horizonte. Y siempre que puede, lo hace en la playa o en la Albufera, lugar al que le acompañamos una tarde de viernes.

Hoy el agua está bastante tranquila, y a nivel visual da mucho juego; las nubes, si está algo nublado, también hacen un buen contraste; si pudiese venir todos los días lo haría, me encanta, aseguró.

La fotografía ideal sería aquella que ofreciera todo el juego posible de luz, nubes, gente y una historia que contar, señaló Rodrigo, que cuelga sus mejores fotos en las redes sociales y que las envía también a distintos programas de televisión.

Evidentemente es una afición, pero no voy a negar que si surgiese una oportunidad de poder ampliar mis conocimientos y práctica estaría encantado; no sería el primero que de una afición saca una profesión, concluyó Rodrigo.