Juan Antonio Marrahí
Martes, 26 de enero 2016, 20:27
Humedad del terreno. Viento. Temperatura. Son los factores esenciales, junto con una adecuada vigilancia, que marcan la diferencia entre un pequeño conato y los grandes incendios forestales.
Publicidad
Benito Serrano conoce como pocos el fuego y el monte. El técnico forestal del Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia sitúa el grado de humedad como el rey en esta trinidad de elementos. Y lanza una advertencia: «Otro año más estamos sin lluvia, con un nivel de riesgo muy elevado en pleno invierno. Nos estamos encontrando con fuegos a diario. Barrancos, cañares, matorrales, campos abandonados... La humedad es otra vez muy baja, el abandono de campos persiste y el combustible crece».
Si la vegetación acumula cierto grado de agua por las lluvias el fuego se frena. De lo contrario, con un monte seco, «los incendios avanzan muy rápido y en todas direcciones», describe el experto. Y las cifras que manejan los climatólogos no son optimistas. Desde la Agencia estatal de Meteorología (AEMET), José Ángel Núñez cifra en un 30% el déficit de lluvias que padece la Comunitat desde el pasado 1 de octubre. «En Alicante, el balance está más o menos equilibrado, pero en Valencia esa escasez alcanza el 40%». En resumen, en la mayor parte de la provincia ha llovido la mitad de lo normal y hay 'zonas rojas', las más peligrosas, donde la sequedad del terreno es mayor.
En estos casos, la visita de las precipitaciones ha sido cuatro veces menor de lo habitual. Y son áreas de abundante vegetación forestal como el Valle de Ayora, el sur de la comarca de Utiel-Requena, la zona de Moixent, Vallada, Xàtiva, Ontinyent, la Vall d'Albaida, Bocairent o el parque natural de la Serra de Mariola.
José Montó trabaja en una de estas zonas delicadas. Es el jefe de los bomberos voluntarios de Vallada. «El riesgo ya es alto en invierno. Por aquí no ha llovido casi nada. La semana pasada actuamos en dos fuegos, uno en Benigànim y otro cerca de Genovés. Además de seca, la vegetación está muy densa. Lleva dos décadas creciendo desde los grandes incendios de 1994», advierte.
Publicidad
La sequedad del terreno tocó fondo en agosto de 2014. A partir de entonces, las lluvias volvieron a recuperar un ritmo razonable. Pero esa tregua a la sequía ha durado sólo seis meses. En octubre del año pasado, la Comunitat volvió a estar por debajo de su promedio de precipitaciones y la caída sigue en picado. Los informes de la Confederación Hidrográfica del Júcar confirman que el actual año hidrológico roza los mínimos históricos.
Más calor de lo habitual
Y de momento los pronósticos no son buenos. Si bien la fiabilidad es aún relativa, el primer tercio del año no parece que vaya a traer lluvias abundantes que palien el problema y sí temperaturas anormalmente cálidas como las que se registraron en Navidad.
Publicidad
«Los incendios ya no son cosa del verano, sino de todo el año. Hay una tendencia clara a la desestacionalización de los fuegos. Y con semejante falta de lluvias basta que sople poniente para que todo se complique mucho», razona Serrano. El técnico forestal recuerda importantes incendios forestales durante esta época en el Puigcampana, Llaurí, Mondúver o Barxeta, entre otros.
Un simple vistazo a las estadísticas de los bomberos corroboran sus palabras. En 2014, otro año bajo condiciones climáticas parecidos al actual, los meses de enero, febrero y marzo sumaron 1.429 incendios de vegetación en la provincia de Valencia. Son casi el doble que los declarados en el trimestre estival. Fue la época con más fuegos del año y marzo marcó un asombroso pico de 619 fuegos.
Publicidad
Sólo en lo que llevamos de año, las llamas han aparecido en 221 ocasiones en montes y zonas de matorral de la provincia. A razón de 10 fuegos al día. Ha habido ya 15 jornadas con preemergencias por riesgo alto y extremo y se han registrado incendios en municipios como Quatretonda, Náquera, Massalavés, Cocentaina, Planes, Alberic, Villena Xeresa o Redován, entre otros.
Otro de los factores que agrava el riesgo de incendios es el abandono de cultivos, especialmente el de aquellos próximos al monte que se llenan de matorral y maleza. Constituyen un gran peligro, en especial los próximos a poblaciones o urbanizaciones, donde es más frecuente el error humano o la negligencia con el uso del fuego. Según datos de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), actualmente se contabilizan 164.000 hectáreas de campos abandonados, casi 30.000 más que cuando arrancó el milenio.
Publicidad
Salimos al monte a conocer la opinión de quienes más horas otean con prismáticos a la caza de esa columna de humo o lo recorren con coches y motos para atajar imprudencias: las unidades de prevención de incendios. «El cambio climático es innegable. El monte ya es un polvorín en invierno y, hasta la fecha, no se ha producido un aumento de vigilancia en esta época», denuncia uno de los profesionales.
Observatorios vacíos
La realidad es que hay casi 70 observatorios distribuidos por toda la región. Sin embargo, sólo 25 de estas torres están operativas en esta época, es decir, con un vigilante en su interior. A eso se suma las vacaciones en enero y diciembre, que aún reducen más los ojos que miran el horizonte. Una disminución similar se produce en personal motorizado. Y los refuerzos de personal no llegan hasta el mes de abril.
Noticia Patrocinada
Otro de los vigilantes consultado expone que en casi todos los puntos donde se han registrado fuegos este invierno «hay un observatorio próximo cerrado que habría detectado el humo en su inicio, avisando a una patrulla cercana que hubiese abortado rápidamente el conato».
¿Cuál sería una situación razonable ante la evidencia de que los incendios no son sólo estivales? La mayoría de los trabajadores considera que la prevención móvil, la de motos y coches que recorren el monte «debería estar ya operativa todo el año». Y la fija, la de las torres, mayoritariamente el mismo periodo con unos pocos observatorios de refuerzo entre marzo y septiembre.
Publicidad
Política contra el fuego
La Conselleria de Medio Ambiente prevé un inminente refuerzo de la vigilancia forestal en época invernal, pero a día de hoy ese plus de unidades de prevención todavía no se ha concretado.
Otra medida apunta a los incendios que proceden del campo. Conscientes de que las quemas agrícolas son causa de muchos fuegos en esta época, la dirección general de Prevención de Incendios planea una mayor rigidez y control de las pautas, límites, horarios y distancias de la eliminación de restos de poda.
Publicidad
«Creemos que hasta ahora ha habido en algunos pueblos demasiada manga ancha con las quemas y queremos poner mucha atención en coordinación con los ayuntamientos», criticó el secretario autonómico de Medio Ambiente. Su departamento estima que los planes locales de quemas presentan «deficiencias» que hay que subsanar.
El reto que se ha marcado la Dirección General de Prevención de Incendios es «disminuir definitivamente el número de incendios que se producen cada año, cifras que no han mejorado en las últimas décadas». Para conseguirlo, «estamos revisando toda la normativa reguladora del uso del fuego en el monte para agruparla en un cuerpo único, tanto el cultural como el recreativo, así como el problema de la interfaz urbano-forestal». Este punto se refiere, entre otras cosas, al nulo cumplimiento actual de las distancias de seguridad que los expertos marcan entre el monte y las zonas habitadas.
Publicidad
Hay voluntad de mejorar la red de tomas de agua contra incendios y los accesos a los medios de extinción. La Agencia de Seguridad y Emergencias pretende sumar, a partir de febrero, tres brigadas a las 22 ya existentes. También aumentar los vuelos diarios de aeronaves en aras de una mejor detección desde el cielo. Sólo el tiempo dirá si los planes son suficientes en un año en el que el monstruo de fuego podría despertar antes de lo previsto.
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Marc Anthony actuará en Simancas el 18 de julio
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.