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«Me ha tocado alquilar un piso por el tiempo del viaje»

Los estudiantes de las universidades de Valencia y Castellón son los principales afectados por retrasos en la línea

DANIEL NAVARRO

Sábado, 23 de enero 2016, 23:54

«Utilizo el tren todos los días para ir a la facultad», explica Lucía Navarro, una estudiante de un máster en Psicología en la UJI. «Si pierdes uno por cualquier motivo, tienes que esperar mucho tiempo hasta que pase el siguiente», lamenta mirando los horarios de la C-6, alterados por las obras del corredor mediterráneo. «El siguiente tren después de las ocho de la mañana no pasa hasta una hora después», lo que, a su juicio, «te hace perder tu tiempo y llegar tarde a tu destino».

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La futura psicóloga subraya que muchas veces el convoy se para en mitad del trayecto. «Ha llegado a estar entre media hora y 45 minutos parado. Es vergonzoso», apunta. «Espero que esto se solucione cuanto antes porque llevamos sufriendo los retrasos todo el primer cuatrimestre», pide Lucía.

En la misma línea se manifiesta Laura García, una estudiante de Comunicación Audiovisual de la UPV que realiza sus prácticas en una empresa de Castellón. «Es increíble que un trayecto que en coche dura algo más de media hora, en algunos casos esté superando la hora y media», denuncia.

La joven explica que ha tenido que alquilarse un piso en Castellón «por el tiempo de viaje» y detalla que «para llegar a las 9.00 horas al trabajo, tendría que coger el tren de las 7.00 horas». Lamenta «tener que estar pagando un alquiler y los otros gastos que supone vivir fuera de tu casa, cuando podría estar pagando tan sólo un abono de transporte si el servicio de Cercanías fuera el adecuado».

Coincide con ellas Paula Mena, que realiza un máster en Comunicació corporativa. «Soy usuaria habitual del tren y ahora me supone una pérdida considerable de tiempo», detalla ya que desde septiembre el recorrido «se ha alargado considerablemente, a la vez que se han disminuido su frecuencia de paso».

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Asegura que su situación «es desesperante» porque vive en Ribarroja y una vez llega a la estación del Norte tiene que enlazar con el metro. «Al final tardo más de dos horas y media en llegar a casa, en un trayecto que en coche me supondría una hora», comenta.

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