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Juan Antonio Marrahí
Viernes, 1 de julio 2016, 20:44
Con la Sierra Calderona como principal atractivo y con un buen número de propietarios de monte entre sus vecinos, Serra es el primer pueblo valenciano que ha apartado definitivamente el fuego de sus campos. «El año pasado aún se veía alguna hoguera cerca de zonas forestales, pero este año ni una sola. Los planes municipales de quema se han suspendido», resume Juanjo Mayans, ingeniero agrónomo municipal e impulsor del sistema que ahora impera en el municipio: la trituración de restos.
Allí da igual que sea verano o invierno. Tampoco importan las distancias, que sople poniente o haya nivel máximo de riesgo de incendios. «El fuego ya es historia», concluye Mayans. «El dueño del campo sólo tiene que separar las hojas de las ramas más gruesas, contacta con el ayuntamiento por teléfono, pide que vaya la trituradora, se fija una cita y se olvida del problema».
La trituración de la poda se hace siempre en el propio terreno. «De las hojas se saca un abono reutilizable en ese campo y luego el dueño puede elegir si quedarse con la madera triturada o entregarla al ayuntamiento», detalla el responsable municipal. En este último caso, el personal contratado por el consistorio traslada los restos a su planta de peletizado, donde se transforma en 'pellets', combustible para calderas.
A esta planta llegan también restos de jardinería de chalés o los de limpieza de terreno de monte para prevenir incendios forestales. Este año se prevé obtener 800 toneladas aprovechables. De ellas, 200 son para calderas de una guardería, de un colegio público y del ayuntamiento. Otras 200 podrán ser compradas por vecinos a bajo.
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