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Joaquín Batista
Martes, 23 de agosto 2016, 01:41
LAS BECAS
200 euros al mes
es el importe máximo de las becas. Corresponde a niños de entre 0 y un año. El mínimo es 70. Para los de ente uno y 2 oscilará entre 120 y 80 y para los de 2 a 3 irá de 140 a 80. La cuantía depende de la renta familiar. Las superiores a 72.460 euros anuales quedan excluidas.
El curso arranca en pocos días para las más de 700 escuelas infantiles que educan a niños de entre 0 y 3 años. A partir del 1 de septiembre empezarán a recibir a los alumnos y también a remitir los recibos mensuales que deben abonar las familias, un proceso lleno de incertidumbres porque a día de hoy la mayoría de padres no saben el precio real que tendrá el servicio. El problema está en que la convocatoria de las becas que cofinancian el puesto sigue en fase de tramitación.
La conselleria fija todos los años un coste máximo de las plazas del Primer Ciclo de Infantil en concepto de enseñanza (sin incluir servicios como el comedor). No se pueden superar los 460 euros al mes para niños de hasta un año, los 350 para los de uno a 2 y los 280 para los de 2 a 3. Y de los importes mensuales que fije el centro, dentro de estos límites, se debe descontar la ayuda pública a los alumnos que sean beneficiarios. Así se obtiene el coste efectivo del servicio.
«He llegado a tener una carta redactada para enviarla a los padres diciéndoles que cobraríamos el importe total hasta que se sepan las becas y luego descontaríamos, pero no me he atrevido a enviarla», señala la directora de un centro de Valencia, que tilda de «angustiosa» la situación. Al fin y al cabo la práctica está permitida pero supone trasladar el problema a los padres, que no siempre pueden asumir el pago del precio máximo hasta que se conceda la ayuda. En base a la convocatoria, oscila entre los 70 y los 200 euros al mes en función del tramo de edad y del nivel de renta.
Como explican desde la patronal Acade, antes del periodo estival se recomendó a sus asociados que descontaran el mínimo de la beca, para una vez resuelta la convocatoria calcular los importes efectivos mediante una regularización de pagos, devolviendo dinero a quienes, al tener una beca mayor, hubieran pagado de más. «Eso sí, lo planteamos contando con que antes de septiembre nos hubieran pagado los tres meses que nos adeudan del bono infantil del curso pasado», explican desde la entidad. Al no haberse abonado, «cada centro hará lo que esté dentro de sus posibilidades».
Y es que el problema que se encuentran muchas escuelas infantiles es la falta de liquidez a la vuelta de verano. Tras un mes de julio con menos ingresos y un agosto sin actividad, pero manteniendo los gastos corrientes, septiembre suponía un balón de oxígeno al empezar a recibir las mensualidades, que se remiten en los primeros días. El problema, como ya ha sucedido en años anteriores, es que los impagos tensionan la situación hasta extremos peligrosos. De ahí que haya centros que no tengan más remedio que pedir a los padres el coste íntegro de la plaza para disponer de fondos para mantener la actividad.
Como señalan gráficamente en la asociación Salvem 0-3, «la bola de los tres meses de deuda se hará enorme con este inicio del curso». También critican la situación «angustiosa» generada por la gestión de las becas y temen que sean muchas las escuelas que no puedan hacer frente a gastos como las nóminas.
En este sentido, la directora de otro centro de l'Horta explicaba ayer que han tenido que pactar con los padres que a los niños de entre dos y tres años se les va a calcular, dentro del límite, un importe algo más elevado en relación al descuento aplicado al resto de alumnos. Al menos hasta que se conozcan las becas. «Es la manera de evitarnos un descubierto», añadió. También auguró un inicio de curso «lioso» y problemas cuando llegue la regularización de los cobros aplicados. «En años anteriores también se hacían, pero eran cuantías pequeñas, de unos pocos euros. Ahora la diferencia entre los importes máximos y mínimos de la ayuda es mucho mayor», dijo.
Desde Feceval, patronal de escuelas infantiles, destacan las numerosas llamadas de centros preguntando por cómo proceder hasta que se resuelvan las ayudas, pues pueden suponer meses de «inquietud y de búsqueda de recursos para no perjudicar a las familias». Según el procedimiento, podrían demorarse seis meses desde el inicio del plazo de presentación. O lo que es lo mismo, llegar en enero. Feceval reclama que en los cursos venideros la tramitación sea más «sensible» a las necesidades de centros y familias.
«No lo han hecho mal, lo han hecho peor», tercia la titular de otra escuela de la capital: «A estas alturas Educación debería, al menos, decir qué importes corresponden a cada renta. Así los padres podrían prever lo que recibirán, comunicárnoslo y así poder gestionar los recibos».
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