Bernat Sirvent
Viernes, 18 de noviembre 2016, 01:27
El ente aeroportuario AENA está invirtiendo casi un millón de euros en un proyecto urgente para la reparación de las cubiertas planas de la nueva terminal del aeropuerto internacional de Alicante-Elche, que sufren goteras cuando se producen lluvias. En los últimos días, la empresa adjudicataria, ACSA, está colocando mallas protectoras en parte de la techumbre del recibidor del complejo aeronáutico para realizar los trabajos en altura, sin generar molestias a los pasajeros, y para evitar cualquier tipo de incidente. El nuevo aeropuerto de El Altet lo inauguró el entonces ministro de Fomento, José Blanco, el 22 de marzo de 2011, hace algo más de cinco año, y la faraónica obra reportó una inversión que finalmente alcanzó los 628,67 millones de euros.
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AENA confirmó ayer a este diario que la inversión total alcanza los 940.000 euros tras una licitación pública que finalmente fue adjudicada a la compañía ACSA. A los pocos meses de la inauguración y, pese a la escasez de lluvias que registra la provincia, ya se notaron los primeros defectos al detectarse unas pequeñas goteras.
El equipo técnico de AENA decidió entonces actuar con celeridad, pero las filtraciones siguieron y no funcionó el plan A. Por ello, se pasó a un plan B mucho más costoso y complejo. ACSA ha colocado en los últimos días unas mallas protectoras para evitar cualquier desprendimiento de objeto, así como para permitir el trabajo en altura. Es decir, en la terminal no ha sido necesario instalar ninguna grúa ni andamio, sino que los operarios trabajan en la cubierta.
AENA recalca que las filtraciones de agua no se están produciendo en el sistema de cubiertas, que llevan un sofisticado sistema de apertura automática para aclimatar la terminal en función de la estación del año, tal y como ya relató este diario. Los defectos se han detectado en las zonas planas o llanas de las cubiertas, en concreto en el área del vestíbulo, no en la zona de embarque propiamente tras salvar el control de seguridad.
Las obras, en realidad, se iniciaron en septiembre, pero no ha sido hasta ahora cuando han despertado la curiosidad de los miles de empleados de la terminal y las distintas compañías aéreas, así como de los turistas y viajeros de negocios. AENA no especificó ayer la duración de los trabajos.
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El concurso público para la nueva terminal de Alicante fue adjudicada a la UTE formada por las compañías Acciona y la alicantina Ecisa, fundada por Manuel Peláez. El coste de las obras se elevó finalmente a 628,67 millones de euros (105.000 millones de las antiguas pesetas), según informó AENA en su día. Como informó este diario a finales de enero del pasado año, con ocasión de la emisión del folleto informativo de la oferta pública de venta (OPV) y admisión a negociación de acciones de AENA por parte de la CNMV, estas dos empresas reclamaron al ente aeroportuario 34 millones de euros por la vía judicial al considerar que habían «sufrido perjuicios por aumentos en el precio de los materiales».
La terminal dispone de un hall de facturación, con una superficie de 15.500 m2, y pasa de 53 a 98 mostradores de facturación. En total, el aeropuerto suma 333.500 metros.
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