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Cine 'mantero'. Un vendedor vulnera la propiedad intelectual junto al Mercado Central. :: J. signes
La herida del 'top manta'

La herida del 'top manta'

La Comunitat es la tercera región de España en piratería y menos de la mitad de los detenidos acaba con condena

J. A. MARRAHÍ

Domingo, 20 de noviembre 2016, 23:26

Calcular el negocio de las falsificaciones es tarea imposible. Lo que el Ministerio de Interior sí computa es el valor de los bolsos, zapatillas, camisetas o calzoncillos de imitación que se confiscan en calles, almacenes o contenedores del puerto. De acuerdo con esas cifras, se puede establecer el azote económico aproximado que para los comerciantes legales suponen las falsificaciones. Y en el caso de la Comunitat rondaría los 50 millones, la inmensa mayoría por delitos contra la propiedad industrial.

Este verano el paseo de la playa de Calpe estaba tomado por 'manteros', al igual que otros muchos de zonas costeras. Zapatillas de imitación de Nike de vistosos colores, cinturones, camisetas deportivas... Hasta caminar resultaba complicado sin pisar el género. Las rondas de la Policía Local por la zona sólo conseguían alejar unos metros a los vendedores, parapetados en las esquinas y bocacalles. Como si del escondite se tratara, cuando el patrulla se alejaba, las mantas-saco volvían a desplegarse. La misma escena se repetía hace una semana en las calles más céntricas de Valencia, ante el estupor de los comerciantes legales.

Tanto por su atractivo turístico como por ser entrada de mercancía por el puerto de Valencia, la Comunitat está a la cabeza de España en delitos contra la propiedad intelectual e industrial. En concreto, en tercer lugar tras Andalucía y Madrid. En los primeros, se detectaron medio centenar de casos de ventas ilegales durante el año pasado en la Comunitat, con 34 detenidos y más de 25.000 objetos intervenidos. Películas, música, programas informáticos...

Sin embargo, la piratería de música y cine es cada vez menos física y más virtual, como confirman las cifras y fuentes policiales. En 2008 un piso de la calle Castán Tobeñas de Valencia acabó convertida en una verdadera fábrica de piratería audiovisual. Varias torres con más de 106 grabadoras, las denominadas 'tostadoras' trabajaban día y noche para producir cantidades descomunales de copias ilegales, tanto de películas como de discos de música.

«Podían producir hasta 11.500 ejemplares ilegales en sólo 10 horas. Habían establecido el mayor centro de abastecimiento para 'top manta' descubierto en Valencia», recuerdan los policías nacionales que trabajaron en la operación.

Descargas en hogares

Pero eso ahora ha cambiado. El verdadero daño a la industria audiovisual y discográfica no lo hacen los discos plastificados de los 'manteros'. Es el que llega desde cada casa, desde cada ordenador o tableta, con las decenas de páginas de descargas ilegales que siguen operando impunemente y que ofrecen películas, series, libros o juegos casi al mismo tiempo que llegan a las tiendas, al cine o a los videoclubes que aguantan el temporal.

Pero todavía hay cosas que no se pueden descargar por internet y por eso los complementos, ropa deportiva, relojes, bolsos y cinturones suponen hoy el plato fuerte de las falsificaciones. En la Comunitat Valenciana se confiscaron el año pasado alrededor de medio millón de productos de imitación en manos de vendedores o almacenistas ilegales, un 43% más que en 2014. Hubo 189 detenciones, unas 60 más respecto al año anterior.

Si atendemos al tipo de género confiscado, el sector más perjudicado es el textil, seguido de la electrónica y maquinaria, la bebida y comestibles y los complementos. Pero si nos fijamos en el valor de lo decomisado, el mayor perjuicio económico lo sufren los joyeros y relojeros. Con abrumadora diferencia.

El 'top manta' o vendedor ambulante es el brazo más visible del tráfico de falsificaciones. Se calcula que en Valencia operan alrededor de 200 que hasta controlan los turnos de la policía para lograr operar con la mayor impunidad posible.

Sin embargo, los últimos datos de Interior muestran que los decomisos a 'manteros' son bajísismos. Del total de objetos que se confiscan por delitos de propiedad industrial el que se interviene en poder de estos vendedores no llega ni al 2%. El mayor volumen de productos de imitación es el que procede de intervenciones en naves industriales o áreas clandestinas de pequeños establecimientos.

Y una vez se producen los arrestos, ¿cual es el peso de la ley? Liviano. Lo confirman los informes de Interior y las estadísticas de condenados del INE. Durante el año pasado hubo 1.684 detenidos o imputados por vulnerar la propiedad intelectual o industrial. Sin embargo, sólo se contabilizaron 600 condenas. Menos de la mitad de traficantes de falsificaciones acaba finalmente sentenciado.

Pilar Jove es abogada penalista y diputada de la junta de Gobierno del ICAV. «Yo no conozco ningún caso en Valencia de vendedor 'top manta' encarcelado. Sólo recuerdo imposición de multas de unos 400 euros». El año pasado la reforma del Código Penal elevó las penas de los dos delitos. «En los casos más graves contra la propiedad industrial se prevén penas de hasta cuatro años de cárcel», describe Jove. Pero la legislación es mucho más suave con los vendedores callejeros. Y en los casos de escasa cuantía de material, como sucede con el 'top manta' «las penas oscilan entre multa de uno a seis meses» o trabajos en beneficio de la comunidad, decisión habitual en los juzgados de Valencia en el primer o segundo arresto. «Eso si se localiza al sospechoso, porque a veces no tiene domicilio fijo o no está documentado y entonces todo se complica», añade la letrada.

Según Jove, las imitaciones de mala calidad de zapatillas se venden unas cinco veces más baratas que las auténticas en comercios legales, «de ahí el daño al fabricante legal y al comerciante». En los casos de bolosos de Carolina Herrera, el precio de la falsificación puede rondar los 20 o 30 euros, unas diez veces menos que los modelos auténticos. Y en los casos de los relojes, las diferencias son todavía mayores.

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