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Un campo de cítricos totalmente anegado, en la mañana de ayer en la población valenciana de Benifaraig. :: EFE/Manuel Bruque

Los pantanos recuperan en tres días las reservas perdidas en los últimos dos meses

El temporal origina retenciones kilométricas y unas filtraciones causan el desprendimiento del falso techo de una sala de la Universitat de València

DANIEL GUINDOJOAQUÍN BATISTA

Martes, 29 de noviembre 2016, 23:52

El temporal sigue causando estragos, especialmente en el tráfico de Valencia y su área metropolitana y en algunas edificaciones; aunque las intensas lluvias también cuentan con una nota positiva, ya que han conseguido romper la tendencia y que los embalses de la cuenca del Júcar vuelvan a ganar recursos tras unos meses de septiembre, octubre y primeras semanas de noviembre especialmente secos y calurosos, situación que había agravado la sequía que sufre la Comunitat.

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En concreto, según el último informe de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), las precipitaciones de los últimos tres días y los chubascos del pasado día 22 han conseguido incrementar el nivel de los pantanos en más de 16 hectómetros cúbicos, prácticamente la misma cantidad de agua que los embalses han perdido durante los últimos dos meses. Así, los recursos disponibles se han elevado hasta los 879,86 hectómetros cúbicos, cifra que no se contabilizaba desde mediados de septiembre. El próximo informe de seguimiento de la sequía, que analizará el mes de noviembre en su totalidad, indicará el grado de incidencia que estas precipitaciones han tenido a la hora de paliar la carestía hídrica.

Beneficio agrícola

Para el campo, los chubascos han tenido efectos enfrentados. Por un lado, las lluvias han supuesto un gran beneficio agrícola generalizado, porque se ahorran riegos, se recargan embalses y acuíferos subterráneos, se han limpiado los árboles y, en las zonas de secano, supone un excelente aporte de agua para afrontar los meses próximos.

Por otro, se están incrementando las pérdidas millonarias registradas en cítricos, hortalizas y caquis, como avanzaba el lunes La Unió de Llauradors, situación que se ha generalizado y va en aumento, especialmente en satsumas y clementinas.

También se han visto dañados por el temporal invernaderos hortícolas en la franja litoral del sur de Valencia, en puntos como El Perelló, El Perellonet y el Mareny de Barraquetes. Las hectáreas afectadas por el pedrisco, apuntaron, pueden superar las 8.000, la gran mayoría en el norte de Castellón (municipios de Sant Jordi, Sant Rafael.), también en l'Horta y en la Ribera, donde han sido afectados campos de caquis.

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A nivel de tráfico, las precipitaciones originaron ayer retenciones kilométricas en las carreteras de entrada a Valencia, sobre todo a primera hora de la mañana y a última de la tarde. En la carretera CV-35, a la altura de Paterna, las retenciones de tráfico alcanzan los siete kilómetros en la entrada a la capital valenciana, mientras que también se registraron atascos de cerca de cinco kilómetros en la pista de Silla, en dirección a Valencia, y de cuatro kilómetros en la circunvalación V-30.

La autovía V-31 sufrió, asimismo, retenciones de vehículos de cinco kilómetros, desde el punto kilométrico 13 en Valencia al 8 en Catarroja. Sólo se salvaba la entrada por la V-21 a la ciudad de Valencia, por la avenida de Cataluña: por la mañana el tráfico era fluido y no registraba retenciones.

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Las lluvias también estuvieron presentes en un accidente registrado en la V-31 de entrada a Valencia y a la altura de Silla, siniestro en el que un turismo terminó volcado. El accidente dificultó la circulación en ese tramo. En la ciudad de Valencia, los conductores tuvieron que lidiar con fallos en los semáforos, por ejemplo el registrado en el cruce de la avenida del Puerto con Cardenal Benlloch. El acceso a la calle dels Gremis desde el Camí Nou de Picanya también fue cortado por la presencia de un gran charco de agua.

Desplome en la facultad

En un primer momento, las filtraciones de agua parece que también están detrás del desplome de parte de la talla del techo de la sala Joan Fuster de la Facultad de Geografía e Historia de la Universitat. Según explicaron testigos presenciales, un grupo de estudiantes estaba visionando un documental cuando se produjo el incidente, que no ocasionó daños personales al estar los alumnos en las primeras filas.

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Fuentes de la Universitat explicaron que el desplome afectó a una sección de unos cuatro metros de falso techo de la parte trasera de la sala y que los alumnos fueron trasladados a otra sala mientras los técnicos de mantenimiento revisaban los desperfectos. Al parecer, un embolsamiento de agua provocó el incidente, aunque habrá que esperar al resultado definitivo de la inspección.

Precisamente la zona universitaria de Valencia fue uno de los puntos en los que se registraron mayores acumulados. En concreto, según la delegación valenciana de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la estación ubicada en el parque de Viveros (la más próxima a la avenida Blasco Ibáñez donde se encuentra la facultad de Geografía) había registrado hasta las seis de la tarde 30,4 litros por metro cuadrado, el tercer dato más elevado tras Rojales, en Alicante (37,6 litros) y la estación de la Universitat Politècnica de Valencia (37,2).

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En la capital, desde el pasado sábado se han acumulado cerca de 180 litros. Así, hasta este último episodio de lluvias, el 2016 estaba siendo el octavo año más seco en Valencia desde 1864. Con la tromba de agua de los últimos días, el presente ejercicio se ha desplomado hasta la 60 posición de años más secos.

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