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INÉS HERRERO
Sábado, 17 de diciembre 2016, 01:27
La patronal autonómica presentará el lunes el preconcurso de acreedores, tras elevar de 900.000 euros a millón y medio las pérdidas de 2015 por los impagos de cuotas y las deudas asumidas, o que deberá asumir Cierval, en nombre de las provinciales Coepa (Alicante) y CEC (Castellón). Su presidente, José Vicente González, reivindicó ayer que la confederación «tiene un problema financiero serio, pero no producido por la propia Cierval, sino producido por la gestión de la CEC y de Coepa», en las que también puso el foco cuando apeló a que «todo el mundo arrime el hombro por igual y nadie se quede a mirar los toros desde la barrera» en los cuatro meses de los que disponen para presentar «un plan de viabilidad creíble» y evitar el concurso de acreedores, por el que primero pasó la patronal de Alicante, que logró que le perdonasen un 95% de la deuda y, actualmente, la CEC.
González defendió que, «en circunstancias normales, Cierval funciona con normalidad e incluso da un ligero beneficio» a cierre de ejercicio, pero sus cuentas se tiñen de rojo al tener que «asumir deudas por Castellón y Alicante, de cuotas que no han pagado o de dinero que tenían que devolver a la Generalitat por mala ejecución, en criterios de la administración», de acciones de formación y planes de riesgos laborales como los que motivaron la reclamación de 600.000 euros que vence el día 20 y ha precipitado el camino de la patronal hacia el juzgado de lo mercantil, una vez denegado el aplazamiento del pago.
Tras la decisión unánime de sus órganos de gobierno de presentar el preconcurso, se abre una etapa de negociación que podría alargarse hasta Pascua y en la que González espera «que todo el mundo se dé cuenta de que hace falta arrimar el hombro» para evitar la quiebra. A su juicio, el plan de viabilidad pasa por sacar adelante la reforma estatutaria que preveían aprobar el día 21, en una asamblea extraordinaria que se desconvocó esta misma semana por las reticencias de Coepa.
La clave de esa refundación es el nuevo reparto de poder, en el que las provinciales diluirían su peso hasta un 10% gratuito cada una, ampliable a un máximo del 30% previo pago, para dar entrada a empresas (30%) y entidades sectoriales (40%), a razón de «una cuota, un vocal».
Esa reforma estatutaria, anunciada hace un mes por los entonces «eufóricos» dirigentes de las cuatro patronales de la Comunitat, exige el acuerdo de tres cuartas partes de la asamblea -la CEV ostenta un 41,33%, Coepa un 32,33% y CEC un 26,33%-, que ahora se antoja complicado.
«Al final siempre nos toca a los mismos torear», reprochaba ayer González que, preguntado por el futuro plan de viabilidad de Cierval, replicó que incluirá, «entre otras cosas, esas sorpresas de última hora de los 600.000 euros que te caen del cielo», en alusión a las nuevas pérdidas contabilizadas por la patronal.
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