La falta de financiación estable del Consell aboca a la UA a la parálisis

Una universidad que se puede quedar estancada. La falta de una financiación estable por parte del Consell ha puesto en serios aprietos a la UA. La situación para el próximo año es más que complicada por lo que se ha visto obligada a paralizar la partida de inversión en infraestructuras y así poder cumplir con los gastos de personal.

El Consejo de Gobierno de la institución académica aprobó ayer unos presupuestos para 2017 que consideró «atípicos» ya que -según informó en un comunicado- para salvar las cuentas del año que viene se ha tenido que congelar la inversión en infraestructuras. «Se ha llegado al límite de nuestras posibilidades de crecimiento, sin una financiación estable y justa estamos abocados al estancamiento», advirtió la vicerrectora de Planificación Económica, Mónica Martí, quien explicó que «en apariencia, los presupuestos parecen haber mejorado en cuanto a transferencias, pero en realidad dejan un escaso margen para la maniobra y el crecimiento».

La situación es la siguiente: el incremento de ingresos tiene unos fines concretos y el 98% de la subvención de la Generalitat Valenciana, que es la principal fuente de financiación, está comprometida en el capítulo de recursos humanos, por lo que «los demás ingresos resultan insuficientes para cubrir los gastos de la actividad ordinaria». «Estamos financiando gasto estructural con ingresos puntuales, por eso, para salvar el presupuesto de 2017 nos vemos obligados a ajustar congelando la inversión en infraestructuras», insistió.

Preocupación

Para Martí, se está «tocando el techo de nuestra viabilidad económica pero, aún así, queremos mantener nuestra apuesta por las personas, la producción científica, la docencia en másteres oficiales y los recursos, tanto tecnológicos como bibliográficos, por lo que es ahí hacia donde encaminaremos nuestros esfuerzos presupuestarios».

La única salida viable que ve la UA es que el Consell «se comprometa con un plan de financiación estable a largo plazo, acorde con la realidad de las universidades y suficiente para acometer el crecimiento necesario». De lo contrario, no se podrá salir de esta situación.

Es más, existe una seria preocupación para el año 2018. Si la Generalitat no atiende las demandas de las universidades de la Comunitat «las perspectivas son poco halagüeñas», ya que «contaremos con la misma subvención, menos ingresos procedentes del convenio de la recuperación de la deuda histórica y al mismo tiempo, soportaremos mayores costes de personal, teniendo que afrontar compromisos ya asumidos».

Martí diferenció entre ingresos generalistas, que son los que permiten financiar la actividad ordinaria y hacer política universitaria y los ingresos finalistas, que son los que llegan con una finalidad de pago concreta. Este año la UA recibirá un suplemento para afrontar la amortización de los bonos emitidos a través del Banco Europeo de Inversiones en 1997 y con el objetivo de completar la edificación y modernización del actual campus y la sede de la Ciudad de Alicante. Unos bonos de los que la Generalitat Valenciana se comprometió a asumir tanto el pago, como los intereses de la amortización y cuyo vencimiento será en 2017. La aprobación definitiva de los presupuestos corresponderá al pleno del Consejo Social, que se celebra el próximo martes.

Hay que recordar que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha insistido en que la mejora de la financiación de las universidad dependerá de la revisión financiera de la Comunitat.