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La orilla de la playa de la ciudad de Valencia, repleta de algas y otros restos, ayer. :: damián torres

Cañas y algas se pudren en la costa valenciana 15 días después del temporal

Vecinos, hosteleros y alcaldes piden ayuda para limpiar el litoral, ya que puede originar «un problema de salud pública»

D. GUINDO R. ESCRIHUELA R. GONZÁLEZ

Miércoles, 4 de enero 2017, 20:17

Toneladas de cañas, algas y restos de vegetación continúan afeando buena parte de las playas valencianas como consecuencia del intenso temporal que hace dos semanas se registró en la Comunitat; una situación que ha comenzado a indignar a vecinos, hosteleros y hasta a los alcaldes de algunas localidades afectadas, especialmente de las comarcas de la Marina y la Safor.

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En el caso de la ciudad de Valencia, aunque ya se llevó a cabo una primera actuación de limpieza tras el temporal, los primeros metros de la orilla de las playas del Cabanyal y la Malvarrosa están repletos de despojos. «Echamos en falta algo más de rapidez a la hora de limpiarlo, ya que en ocasiones anteriores lo han retirado antes. A la gente le gusta acercarse a la orilla y esta vez están tardando más de la cuenta», comentó ayer el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de la Playa de las Arenas, José Miguel Bielsa.

Fuentes de la Concejalía de Playas, por su parte, explicaron que la retirada de estos restos responde a cuestiones técnicas. Recordaron que son los especialistas municipales los que estudian la situación y programan las actuaciones de limpieza, destacaron que la presencia de algas es un indicador positivo sobre la calidad de las aguas y que ahora no es temporada de baño, por lo que no se lleva a cabo una retirada diaria de estos restos.

Desde la Delegación del Gobierno, por su parte, recordaron que la limpieza de las playas es responsabilidad de los ayuntamientos, mientras que la reparación de los daños causados por el temporal sí corresponde al Gobierno central.

Sin embargo, en otros puntos de la geografía valenciana la situación es peor. En la playa de Daimús el fuerte oleaje que azotó la costa dejó en la orilla todos los restos que el río Serpis fue sacando tras las intensas lluvias. Estos días en el municipio no se habla de otro tema. Existe un malestar generalizado que se palpa en el ambiente y en las conversaciones entre vecinos. Empresarios de la zona turística y gobierno municipal se sienten impotentes al contemplar en qué situación está la playa. El alcalde de la localidad, Javier Planes, denuncia la indefensión en la que se encuentran y lamenta la «desatención total de todas las administraciones».

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Planes explicó ayer que tras finalizar las lluvias comenzó «un periplo de llamadas a todas las administraciones para ver cuál de todas era la encargada de retirar estos restos pero que nadie se ha puesto al otro lado del teléfono para dar una solución». La indignación crece cada día al no encontrar respuesta alguna de las administraciones. «Las cañas están en la playa porque las ha sacado el río Serpis, que quizá no estaba tan limpio como debía estar», sentenció el alcalde. «No es suciedad generada aquí y Daimús no tiene porque gastar miles de euros en retirarlas». Según fuentes municipales, el coste de retirar las cañas y las algas putrefactas es de unos 150.000 euros, una cantidad que la localidad no está dispuesta a «afrontar».

Los vecinos no entienden cómo las administraciones «olvidan a Daimús y no aportan ninguna solución». El consistorio sólo tiene autorización de la Diputación para mantener la playa durante el verano. Un permiso que ahora no tiene validez. Por ello, Planes ha exigido la actuación urgente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Costas o el Gobierno. El alcalde del municipio insistió en la gravedad de la situación a la que se enfrentan los vecinos. «Nadie se quiere hacer cargo de la situación y en cuestión de días puede ser un problema de salud pública». Los vecinos están indignados porque no se «puede pasear por ningún lado y todo empieza a oler mal».

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Desde el Ayuntamiento de Gandia también están evaluando los daños que causó el temporal después del decreto del Consell que ha dado 45 días a los municipios afectados para que valoren los estragos que dejó el episodio de lluvias. Según el edil de Servicios Básicos, Miguel Ángel Picornell, desde el día siguiente del temporal, los servicios de limpieza están trabajando en la Platja Nord. Las zonas más cercanas al Serpis, Venècia y Marenys de Rafalcaid son las más afectadas, ya que la suciedad es constante porque el río no para de arrojar cañas por la gran cantidad que hay acumuladas en el cauce fluvial.

En la Marina Alta también son visibles todavía los efectos del temporal. Vecinos de la Almadrava, junto a la desembocadura del río Girona, denunciaron ayer que a pesar del tiempo transcurrido la playa sigue repleta de cañas. «Se acumulan y forman montañas», criticaron. Incluso alguien aprovechó la abundancia de estos restos para construir una tipi, una especie de tienda india que ahora forma parte del paisaje del litoral entre Els Poblets y Dénia.

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Según lamentaron, no se han quitado las acumulaciones de cañas a pesar del malestar vecinal. En ese sentido, culparon a ambos consistorios de la imagen que presenta la costa, al segundo por no retirarlas y al primero por no exigir al ayuntamiento dianense que proceda a quitarlas. Por ello reclamaron con insistencia que se limpien las cañas.

El concejal de Medio Ambiente de Dénia, Josep Crespo, al tener conocimiento de las quejas que se han suscitado en ese tramo del litoral, aseguró que pocos días después de las fuertes lluvias, que hicieron que el caudal del Girona arrastrase cañas en su descenso hasta el mar, mandó a la empresa concesionaria de la limpieza de playas que las retirara y que así se hizo en aquel momento. Es más, subrayó que se utilizaron palas y grúas para destaponar ese tramo donde se encuentra con el mar. Sin embargo, matizó que el río todavía sigue bajando y eso puede hacer que vuelvan a aparecer más en la zona. Los vecinos también incidieron en que la fuerza con la que bajó el agua esos días hizo que en la desembocadura quedaran diversas piedras, que «han formado una isleta y no sabemos si eso es bueno o si resultará peligroso» en caso de que vuelvan a registrarse fuertes precipitaciones.

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El alcalde de Els Poblets, Salvador Sendra, y el edil de Medio Ambiente de Dénia están a la espera de que la CHJ les conceda una cita para hablar de la situación del río Girona, cuya desembocadura linda con ambos municipios. Según comentó el concejal dianense, la petición de esa reunión se hizo hace meses, pero todavía no han obtenido respuesta.

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