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C. M. A.
Jueves, 19 de enero 2017, 01:33
Ya casi nadie recordaba en Torrevieja la última nevada y menos la anterior que tuvo lugar en enero de 1914, pero ayer, justo 90 años y 21 días después, la nieve volvió a hacer acto de presencia, recibida con regocijo y sobre todo con asombro. Las predicciones así lo apuntaban y especialmente las de Proyecto Mastral, quien en las últimas horas se mostraba casi seguro de la aparición, al menos de unos copos, a nivel del mar en la costa torrevejense. Y las previsiones se cumplieron con la aparición de la nieve que cubrió con su manto sobre todo las playas y las superficies de arena y abiertas. Los primeros copos de nieve se dejaron ver cuando faltaban cinco minutos para las ocho de la mañana, dejando por tierra la incredulidad de muchos que salieron a las calles para pasear y colmando las ilusiones de otros tantos que también la esperaban.
La nevada cogió más fuerza y espesura a medida que iban pasando los minutos y la mañana se adentraba. Al mismo tiempo eran muchas las personas que salieron a las calles para recibir el insólito espectáculo que en lugares como el centro de recepción de visitantes del Parque Natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja, se dejó notar con intensidad. También en las playas, donde el manto blanco cubrió las de La Mata, que en algunos momentos tuvo aspecto de pista de esquí y también otras como las de Los Locos o El Cura. También en los paseos pudo contemplarse el acontecimiento. Allí los bancos de madera fueron un buen refugio para los blancos copos. Pero una de las imágenes más esperadas era la de la Cala Ferrís, que también se cubrió de nieve por completo.
En las calles los torrevejenses no daban crédito al espectáculo que asistían y conscientes de ello salieron para inmortalizar el momento con fotografías que casi al instante fueron corriendo por las redes sociales. Una de las estampas más esperadas era la de la Plaza de la Constitución y la fachada de la Iglesia de la Inmaculada, una imagen que ya se vio sobre todo en la nevada de 1914. Hubieron algunos momentos en los que pudo repetirse, pero finalmente solamente se acumularon algunos copos en las torres de los campanarios. La nieve y sobre todo la temperatura no tenía la suficiente fuerza para que cuajara del todo. Donde también se disfrutó con intensidad de la nevada fue en los centros escolares. Los niños y niñas pudieron jugar y muchos de ellos cumplieron el deseo de ver y tocar por primera vez, algo que ni tan siquiera habían imaginado realizar en la ciudad. Muchos de los alumnos fueron recogidos a mitad de mañana por sus padres y familiares para que pudieran saborear algo en lo que casi todo el mundo coincidió ayer, que fue una jornada histórica.
Sin duda ayer se volvió a escribir una página de la historia de Torrevieja, que en raras ocasiones a lo largo de su existencia ha vivido una nevada que en muchos instantes llegó a parecer más propia de un puerto de montaña que de un puerto de mar, donde la nieve permanente es su sal.
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