Urgente La Ofrenda y la Nit del Foc siguen adelante pese a la lluvia

Así fueron los dos días sin luz y sin agua en Requena

Incomunicados, los residentes del municipio valenciano se informaban de la situación por la radio, se iluminaron con velas y acudieron en masa a por botellas de agua y estufas de gas

Elísabeth Rodríguez

Domingo, 22 de enero 2017, 11:20

A las 13:30 horas del sábado, Teresa prepara la comida en el garaje de su casa, donde ha improvisado una cocina de emergencia. Encima de un tablero, apoyado por dos caballetes, un camping gas calienta el aceite para hacer unas patatas a lo pobre. Al lado de la sartén, un plato lleno de carne que espera ser cocinada para no echarse a perder tras casi dos días sin suministro eléctrico. Hemos encendido el paellero porque mi cocina es de inducción, cuenta esta vecina del barrio de Casa Blanca de Requena, uno de los más afectados por los cortes de electricidad.

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Sobre las 19 horas del pasado jueves, la comarca de Requena-Utiel se quedó sin luz debido a los estragos de la tormenta de nieve, que destrozó varias torres de tensión eléctrica, además de estropear parte del cableado. A esto se añadió el bloqueo de los pozos, que al no disponer de energía para el bombeo dejó sin agua a miles de hogares. Hemos viajado a 70 años atrás en el tiempo, explica Teresa mientras se abriga con una manta. Su marido, Juan, añade que recurrió a una pequeña radio a transistores para acceder a algo de información, ya que la falta de televisión, Internet y cobertura les mantenía incomunicados.

Aunque poco a poco los requenenses vuelven a la normalidad, todavía quedan zonas donde el alumbrado es provisional, con el funcionamiento de grupos electrógenos. La jornada del viernes fue la más crítica. Calles completamente a oscuras, bares y comercios con la persiana bajada y solo un supermercado abierto, que en apenas unas horas se quedó sin agua embotellada en los estantes y sin barras de pan. También abrió las puertas una única ferretería en la localidad valenciana, donde se agotaron las todas las estufas, tal y como indican los vecinos.

Esta situación parece tercermundista. Cuando fui al supermercado parecía que se acababa el mundo; un montón de gente, todo medio vacío y la única cajera que había estaba con la chaqueta puesta y unos guantes, narra Natalia, una joven residente de Requena. Su casa fue una de las primeras en volver a tener suministro de luz y agua. La electricidad parece que no, pero lo es todo. No te das cuenta hasta que te pasa. La tarde que se fue la luz, nos fuimos a dormir pronto porque no se podía hacer nada. Al día siguiente, no podíamos calentar la leche siquiera. Y sin calefacción, claro, la casa estaba helada", describe esta estudiante universitaria, quien no quiso desaprovechar el temporal para disfrutar de la nieve.

En otros hogares, la menor dependencia a la electricidad ayudó a llevar mejor el frío. Es lo que ocurrió en la casa de Pilar, donde tienen estufa de gas. Pese a tener la estufa, el ambiente no se caldea tanto como cuando están las luces de casa encendidas, cuenta su hijo, Jesús, quien echaba de menos comer caliente después de un día sin poder usar la vitrocerámica. Hemos comido fiambre porque no podíamos cocinar nada. Al final, he decidido comprar un camping gas, afirma Pilar, que llegó a estar 48 horas sin electricidad. En cuanto al agua, gracias a Dios nos hemos apañado porque yo tenía unas botellas guardadas", sostiene. Mientras narra su testimonio, Pilar reflexiona acerca de la responsabilidad de esta situación: "No entiendo cómo se ha llegado a este punto. Bastante dinero pagamos en nuestras facturas como para que Iberdrola realice un mantenimiento adecuado de las instalaciones, que deberían estar preparadas ante estas contingencias".

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Para los niños, sin embargo, esta experiencia la vivieron como una aventura. Carolina, de diez años de edad, no fue al colegio el viernes, por lo que aprovechó para descansar y jugar con su familia dentro de casa, ya que el temporal no invitaba a salir. En casa nos iluminamos con velas y linternas. Tampoco funcionaba el teléfono ni la tele. Así que durante el viernes, estuve toda la tarde jugando a juegos de mesa con mis padres, cuenta la pequeña con tono de emoción. Con la nieve he jugado hoy sábado, me lo he pasado genial, señala.

La situación fue especialmente complicada para los jóvenes que se encuentran en plena época de exámenes, como es el caso de Davinia, quien se ha visto obligada a tener que suspender su jornada de estudio por el apagón eléctrico. "Yo, además, estaba sola en casa y no sabía lo que pasaba. Así que como estaba incomunicada, sin Internet ni móvil, encendí una pequeña radio que tengo para informarme". Esta estudiante destaca que el panorama fue bastante desesperante: sin agua, sabiendo que al día siguiente tengo un examen, pero sin saber si los trenes van a salir y sin poder estudiar. Tras casi dos días de apagón, en los que sienten haber vuelto al siglo pasado, los valencianos de esta comarca comienzan a volver a la normalidad. No obstante, advierten que todavía quedan varios días por delante hasta que los técnicos reparen los daños del temporal.

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