J. A. MARRAHÍ
Martes, 7 de febrero 2017, 20:28
La quedada se fija de boca a boca o con unos pocos mensajes de What's App. Cuanta menos gente, mejor. Grupos pequeños de amigos para no despertar sospechas y una zona aislada, de campo o polígono industrial. Un tramo recto y pocos vecinos en los alrededores para que los gritos o el rugir de los motores pasen desapercibidos.
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Cuatro comarcas de la Comunitat concentran hoy la mayoría de carreras ilegales o exhibiciones peligrosas de 'caballitos' que han acabado en los últimos años con avisos a la Guardia Civil en la Comunitat. Se trata de la Ribera, la Costera, la Canal de Navarrés y l'Alacantí. Sin embargo, los participantes y organizadores actúan con rapidez y casi siempre se disuelven antes de la llegada de los agentes, como indicaron fuentes de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC).
Según los agentes consultados, 'piques' clandestinos como el que el domingo se saldó con siete heridos en Rafelguaraf son «muy esporádicos». La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil organiza operativos para impedir su celebración en las pruebas o encuentros moteros más destacados, como en Cheste, e insiste en que cualquier vecino que sea testigo de una carrera ilegal «debe alertar cuanto antes».
En los avisos sobre pruebas moteras clandestinas en la Comunitat, la Guardia Civil ha llegado a emplear agentes de paisano para comprobar los hechos. «Y casi siempre nos encontramos con la calle o carretera vacía a nuestra llegada», aseguran los agentes consultados.
A finales del año pasado, Compromís presentó una proposición no de ley en Les Corts en busca de un remedio a carreras ilegales de motos en la Carrasqueta. La formación denunciaba que esta zona de Xixona se había convertido en una suerte de «circuito» con 'piques', excesos de velocidad de hasta 150 kilómetros por hora y exhibiciones de 'caballitos'. Los nacionalistas instaban a la Delegación del Gobierno y a ayuntamientos próximos a reforzar la presencia de la Policía Local y la Guardia Civil.
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Además de las citadas comarcas, la alarma ante las peligrosas carreras ilegales ha saltado también en l'Horta. El polígono industrial de Xirivella era, el año pasado, punto de encuentro nocturno para algunos jóvenes atraídos por los desafíos moteros. La Policía Local estableció un dispositivo junto a la Guardia Civil y la Policía Nacional en el que fueron identificadas casi medio centenar de personas. El despliegue tuvo un efecto disuasorio y los 'piques' no se han vuelto a repetir en este punto, según confirmaron fuentes de la Benemérita.
Castigo a la temeridad
La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil no ha detectado hasta la fecha ni apuestas ni el cobro de entradas para estas concentraciones en la Comunitat. Pese a ello, los 'piques' moteros no dejan de ser una ilegalidad en la que organizadores o participantes pueden acabar imputados en un delito contra la seguridad vial por temeridad.
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«Viene dada por los excesos de velocidad que se producen y por la falta de medidas de seguridad», detalla un agente de tráfico. «Si comprendemos que se pone en peligro la vida e integridad de las personas la ley prevé para los responsables hasta dos años de cárcel y hasta seis años de retirada del permiso de conducir». La pena podría agravarse si se producen víctimas, como sucedió en Rafelguaraf, con una confluencia del delito de lesiones por imprudencia.
Si bien las carreras ilegales son «esporádicas» y quedan relegadas a polígonos y afueras de los pueblos, lo que sí son mucho más habituales son los excesos de velocidad en algunas carreteras valencianas frecuentadas por moteros. El año pasado fueron controlados por la Guardia Civil 5.000 aficionados en vías como la CV-35 o la N-330, que discurre entre Requena y Almansa. De ellos, casi 800 acabaron denunciados y la mayoría por velocidades superiores a la permitida.
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Lo que sí parece claro es que los 'piques' moteros o exhibiciones de alto riesgo son, en muchas ocasiones, la 'cara B' de pruebas deportivas legales. Cheste. 3 de noviembre de 2007. Una menor falleció al caer cuando la moto en la que viajaba como acompañante chocó contra otra. Ambos conductores realizaban 'caballitos' en las inmediaciones del circuito y a finales del año pasado fueron condenados.
La Audiencia de Valencia impuso dos años de prisión al conductor de la moto con el que iba la menor de «paquete» y un año y medio al segundo motorista implicado. Culpables de conducción temeraria, homicidio imprudente y lesiones por imprudencia, pues una espectadora resultó herida. En segundos, la fiesta y la adrenalina dieron paso a la muerte.
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