ARTURO CHECA
Sábado, 18 de febrero 2017, 20:52
valencia. Álvaro Mustienes es el menor de ocho hermanos. Su mujer, Loreto Bellot, la sexta de 11. Álvaro recuerda lo que es «quedarme sin filete por llegar el último a la mesa». No olvida que hasta los nueve años «yo no supe lo que era estrenar nada de ropa, toda la heredaba, a no ser que me regalara algo mi padrino». De eso hace más de 30 años, aunque pocas cosas han cambiado entre los 'trucos' de las familias numerosas. Algunas sí. El Álvaro Mustienes 'retoño' también heredaba los libros de texto de su hermano. «Ahora ya no se puede, después de que la normativa que ha sacado algún listo diga que no», reivindica. Él es ahora el padre de una familia numerosa de cuatro hijos: Nacho, de 9 años, que pasea por la casa de Valencia descalzo y con un libro de 'Futbolísimos' bajo el brazo, «de la biblioteca del cole», apunta la madre; Gonzalo, de 12, que no se olvida de apuntar que comparte litera con el pequeño; Loreto, de 15, la única chica, «con el privilegio de tener habitación para mí sola, pero ¡ojalá tuviera una hermana!»; y Álvaro, con 17 años, el único que no sale en la foto porque está estudiando en la biblioteca, igual que otros días ayuda a entrenar a un equipo de fútbol o hace de canguro (como su hermana) o planea cómo sacarse un dinerillo paseando perros para sus caprichos o para irse de viaje fin de curso de segundo de Bachillerato, «porque si se lo pagamos, privamos de algo al resto de hermanos».
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Los Mustienes-Bellot conforman una de las 57.000 familias numerosas de la Comunitat, el colectivo que lleva años, «desde siempre», enfatiza Álvaro, sufriendo el olvido de la administración, la pérdida de ayudas materializada ahora en los retrasos de hasta seis meses en la expedición por el Consell del carné de familia numerosa y que les deja sin muchos descuentos. Álvaro Mustienes no duda en señalar responsables: «La burocracia nos quita mucho dinero. Acabamos muchos meses en números rojos o muy pelados. Las familias numerosas no están apoyadas a nivel institucional. Te deduces cosas por un lado y por otro te gravan mucho más. Con los retrasos en la renovación del carné, la gente acaba perdiendo mucho dinero. ¿Usted cobra al final de mes, señor Puig? Porque con estos bloqueos, si perdemos 100 euros al mes de deducción, son 1.200 al año, el sueldo de una persona», explica Álvaro.
Especialista en patentes y marcas en un despacho de abogados y profesora, Álvaro, Loreto y sus cuatro hijos conviven entre cajas. Recién mudados a una casa junto al colegio alemán tras quedarse pequeño su chalé en Bétera, «aún no tenemos ni cortinas», sonríe la madre. «Eso o se resiente la nevera», apostilla Álvaro, conocedor de una «economía familiar de guerra de guerrillas, entre fiambreras para el comedor escolar, compras semanales sin salirse de una lista «con una cerveza y unas papas como caprichos», pero sobre todo una convicción: «Los hijos de familias numerosas viven en un mundo más realista, en el que no se puede tener todo y cada cosa cuesta».
La palabra 'fiambreras' es también un vocablo muy conocido en casa de los Fernández-Darder. «Para comer en el cole, no nos podemos permitir pagar el comedor de todos». Al otro lado del teléfono habla Sonina, la locomotora de una familia de ocho miembros. Ella no lo niega. «Soy bastante 'máquina', la organización es clave para salir adelante cada mes». Y repite el mantra de los Mustienes-Bellot. «Llegamos muchas veces en números rojos». Ella está en pie desde las siete de la mañana y no se acostará hasta cerca de la una de la madrugada. «No tengo chica que me ayude en casa», como tampoco la anterior familia. Profesora desde hace 27 años ella y autónomo su marido, dueño de un estudio fotográfico, Guillermo Fernández sabe lo que es llegar a casa pasadas las diez de la noche «y ponerse con una secadora, aquí todos hacemos de todo», detalla Sonina.
El 'todos' se completa con Guillermo, de 24 años y que trabaja en Madrid tras hacer Ingeniería Civil y máster («él se lo paga todo», subraya su madre»); Pablo, de 22 y con idéntica carrera («ambos son monitores internacionales de tenis y se pagan salidas y ropa», apunta Sonina); Sonina, de 18 y también futura ingeniera; Javier, de 15; Alberto, de 12; y María, de 10. Todos los meses los Fernández-Darder superan 'listones' como «1.200 euros de gasto en alimentación, limpieza y extras».
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Pero el mayor muro es la «escasez de ayuda y apoyo institucional». Sonina lamenta especialmente que no haya una plataforma administrativa que englobe todos los datos para Hacienda, Ayuntamiento y demás instituciones «y no que haya que ir renovando siempre el carné, el bonobús...». Y con ello el riesgo de perder la ayuda de la matrícula, o los 900 euros del IBI o infinidad de descuentos. Critica que no se apoye más a las familias numerosas, «clave para mantener el país». Con lamentos de futuro como pensar en la jubilación de su marido, «autónomo, trabajando toda la vida por sacar adelante a una familia de seis hijos, y quién sabe si tendrá pensión. El Gobierno debería preocuparse más por esto».
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