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José Remohí, el cerebro empresarial con 125.000 niños

Un romántico con 'Wanda' en el corazón

PPLL

Domingo, 19 de febrero 2017, 21:46

José Remohí (Valencia, 1958) nunca fue un estudiante brillante. No por falta de esfuerzo. Hincaba codos, pero la dislexia hacía que los temas se le evaporaran. («Aprobaba rasito, nunca he sido de notas). Pepe tampoco es un médico vocacional. Casi por descarte. Las Matemáticas no eran lo suyo. Su dislexia le hacía cometer un montón de faltas de ortografía. Letras fuera. «Me quedaba Medicina o Biología». En 1986 se doctoraba 'cum laude' por la Universidad de Valencia tras hacer la licenciatura de Medicina y Cirugía. Hoy es uno de los dos pilares de una firma líder en la reproducción asistida, con medio centenar de centros en todo el mundo y una cifra espectacular: más de 125.000 niños nacidos de los tratamientos del IVI.

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«Es un caldo (ríe), un romántico que no deja de ser cariñoso, y estamos juntos desde el 95... Siempre ve lo bueno de las personas, a veces demasiado. ¡También con defectos, eh! Es un poco terco y cabezota», cuenta Ana Cobo, su mujer, una eminente bióloga colombiana que trabaja también en el IVI. Tienen tres hijos, Laura, Pablo y David (el mayor, de su primera mujer). Pepe aún remonta dos recientes pérdidas. La primera, un referente de su vida, su padre Eduardo, «su ídolo», fallecido el pasado mes de diciembre. El otro, una pequeña joya que acompañó años a la familia, 'Wanda', una perrita que murió en noviembre de leishmaniosis. Hoy el yate familiar con el que surcan las aguas de Xàbia luce su nombre.

Labra su cuerpo a diario en el gimnasio con un entrenador personal (antes nadaba) y es un «comedor frugal». Adora las Fallas y el Valencia CF. Disfruta al volante de su Maserati o surcando el pasado en novelas históricas. Gusto musical, «cero, no tiene oído», ríe su esposa.

Pepe no es hombre de olvidar sus comienzos, de dos primeros años codo a codo con Pellicer «viviendo de ahorros», invirtiendo las ganancias en comprar animales y operando conejos en un piso para investigar. Amparo Ruiz ya estaba también allí. Hoy dirige la clínica IVI de Valencia. En 1984, Remohí y Pellicer, con el catedrático Fernando Bonilla como 'factotum', la eligieron para su 'primer hijo': el primer laboratorio de reproducción asistida de la medicina valenciana en el Clínico. Mientras Pellicer regresaba de Alemania y se iba a Yale. Remohí viajaba a EE UU. «Ellos se rodean de los mejores y te valoran, trajeron de Estados Unidos el modelo de trabajo en equipo. Pues no hemos estudiado en su casa o en la mía...», suspira vocacional Amparo.

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