J. A. M./A. R.
Miércoles, 1 de marzo 2017, 11:43
Primero fue Sauron, después Troll y, por último, Ural. Cada vez quedan menos bisontes en la reserva de Valdeserrillas. Con el fallecimiento de este otro ejemplar hace unas semanas son tres los bisontes cuyas muertes se suman a una investigación que ya es judicial. Y todos ellos bajo la sospecha inicial de la falta de alimentación a la que aluden los investigadores. Además, otros animales habían fallecido con anterioridad en la reserva por causas que se desconocen.
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Con Sauron empezó todo. Fue encontrado el 16 de septiembre del año pasado en el recinto de la reserva por donde los animales campan en libertad. La inquietante foto de su cuerpo descabezado y con el cuello ensangrentado llenó portadas de prensa e informativos. El macho alfa y líder de la manada, un flamante ejemplar de unos 800 kilos, yacía sin vida y su muerte desató la denuncia ante la Guardia Civil. El director de la reserva cree que alguien empleó un hacha para decapitarlo. «Sabía bien lo que hacía», alegó Álamo en su día.
Menos de una semana después, el segundo bisonte apareció muerto. Esta vez la cabeza estaba muy cerca y se sospecha que fue apartada del cuerpo por la acción de animales carroñeros. Ural fue el último en sumarse a la lista que maneja la Fiscalía. Su muerte sobrevino el pasado mes de enero y no ha trascendido si estaba decapitado.
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