JAVIER MARTÍNEZ
Sábado, 18 de marzo 2017, 00:42
La fortuna que amasó Paco Sanz González, el hombre que pedía dinero para tratarse los 2.000 tumores que aseguraba tener en su cuerpo, se esfumó en 11 viajes a Estados Unidos entre los años 2010 y 2012, un crucero de lujo y un gran número de compras en las mejores tiendas, tanto de aparatos electrónicos como de ropa, según se desprende del sumario del caso. Las investigaciones de la Policía Nacional, con el rastreo incluido de los movimientos bancarios de 21 cuentas, han permitido descubrir que el presunto estafador y sus padres destinaban a su lucro personal todo el dinero que recaudaban.
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Con sus falacias y exageraciones sobre los diagnósticos de su enfermedad, el síndrome de Cowden o de hematomas múltiples, Sanz engañó a más de 8.000 personas y se embolsó alrededor de 250.000 euros desde el año 2010 a través de donativos en su página web, recaudaciones de galas benéficas, beneficios de un libro e ingresos por mensajes de tarificación adicional.
El presunto estafador creó la Asociación Paco Sanz para la Investigación del Síndrome de Cowden para dar apariencia legal a su campaña solidaria, pero «no destinó el dinero a ningún tratamiento médico», según la policía, sino a costear su alto tren de vida con la compra de vehículos, aparatos tecnológicos y ropa en tiendas de lujo.
Gracias a la colaboración de la Embajada de Estados Unidos en Madrid, los investigadores de la comisaría de Puente de Vallecas averiguaron que el hombre investigado había viajado, entre los años 2010 y 2012, hasta en 11 ocasiones a Estados Unidos, donde se sometió «únicamente a un ensayo clínico completamente gratuito», según informaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Además, una de las entradas a este país está registrada como pasajero de un crucero de lujo que atracó en Miami. Una amiga lo acompañó en este viaje de placer.
La estrategia que siguió Sanz para recaudar la mayor cantidad posible de dinero, al igual que hicieron los padres de Nadia, fue exagerar su diagnóstico médico y hacer creer a sus víctimas que padecía una enfermedad terminal con una esperanza de vida muy corta. Sin embargo, la policía constató que la vida del presunto estafador no corría peligro, y tampoco había recibido un tratamiento de quimioterapia, como aseguraba en las redes sociales para dar pena y conseguir más donativos.
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Durante las entrevistas que concedía a 'youtubers', Sanz afirmó que era «un fabricante de tumores malignos» y que había perdido la vista de un ojo. También dedicó un apartado en su libro con comentarios lacrimógenos sobre los seis meses de vida que le quedaban, un pronóstico médico falso que también difundía en las redes sociales.
Entre los 8.000 afectados por la estafa se encuentran varios personajes famosos. El 30 de mayo de 2013, el conocido humorista Santi Rodríguez organizó una gala benéfica en el Paraninfo de la Universidad Politécnica de Valencia con un sorteo de camisetas del Valencia CF, Real Madrid, Atlético de Madrid, Sevilla y de la selección española firmadas por futbolistas como Álvaro Negredo y Juan Carlos Valerón. Una fila cero permitió recabar más donaciones. El acto contó con la participación de Xavi Deltell, Diego Arjona, Guillermo Martín, Manu Gorriz, Eugeni Alemany y Jesús Arenas. Otro famoso que apoyó la campaña benéfica es el 'youtuber' Auronplay.
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La Policía Nacional detuvo el pasado 8 de marzo a Sanz y a sus padres en la Pobla de Vallbona por los delitos de estafa, apropiación indebida y blanqueo de capitales tras una denuncia presentada por el editor Alejandro Ruiz, que comenzó a sospechar del enfermo por el alto nivel de vida que llevaba. El joven también desveló a la policía la estrategia que el hombre ahora encarcelado seguía para conseguir donativos de menores, con edades comprendidas entre los 12 y 16 años, a través de Twitter. A estos adolescentes les pedía que le enviaran mensajes de texto a un número de tarifación especial, ya que al ser menores «lo hacían de una forma impulsiva sin pensar en la factura del teléfono, pues la pagaban sus padres».
El Juzgado de Instrucción número 5 de Llíria ordenó prisión provisional, comunicada y sin fianza para Sanz, que se acogió a su derecho a no declarar, mientras que sus padres quedaron en libertad pero deberán comparecer ante el magistrado que instruye el caso. El presunto estafador fue incluido en un programa de prevención de suicidios tras ingresar en la enfermería del centro penitenciario de Picassent.
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