Arturo Checa
Lunes, 3 de abril 2017, 12:46
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Ha llegado a recibir insultos e improperios por su colaboración con Paco Sanz. «Hace mucho que abrí los ojos», es la respuesta que da Encarna Rodríguez, vecina de la Pobla de Vallbona, a quienes le recuerdan su pasado. A unos cientos de metros del lugar en el que fue arrestado el presunto estafador recuerda como el afectado por el síndrome de Cowden se ganó su afecto y confianza. «Lo quise mucho y le ayudé mucho. Hasta que empecé a ver la porquería que le rodeaba», rememora. Se refiere a las veces que lo veía desayunando fuera de casa cuando lamentaba en redes su carestía. «Con su tablet o pidiéndose hasta dos cafés», como dice Encarna que le apuntaba la dueña de un horno cercano.
Tras colaborar con el editor denunciante en aportar datos del supuesto engaño, la excolaboradora de Sanz se confiesa aliviada: «Me siento mejor ahora que cuando le ayudaba». No le gusta comparar lo ocurrido con el valenciano con el caso Nadia. «Allí había una niña metida por medio y aquí ha sido él quien ha engañado a mucha gente con su poder de convicción», puntualiza.
Da incluso un consejo a aquellos afectados por enfermedades raras. «En vez de pedir por redes sociales, que acudan a asociaciones y pidan dinero a través de ellas». Ha aprendido la lección.
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